El Tribunal Supremo de México eleva a una mujer a la máxima magistratura
La magistrada Norma Lucía Piña, destacada como juez progresista, es la primera mujer elegida como Presidenta del Tribunal Supremo del país.
La Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) hizo historia el lunes 2 de enero al elegir a su primera magistrada para ocupar el máximo cargo judicial, un revés para el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.
Con una mayoría de seis votos, la Honorable Norma Lucía Piña asciende al máximo tribunal de México como una jueza progresista que se ha manifestado a favor de los derechos de la mujer, la comunidad LGBTQ+ y el derecho a la marihuana recreativa.
Cinco ministros votaron en contra de su nombramiento, informó Associated Press.
La Honorable Piña inicia un mandato de cuatro años, al frente de un tribunal de 11 miembros y prometiendo independencia judicial.
Maestra convertida en abogada, la Honorable Piña se licenció en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México en 1986 y se centró en el derecho penal en los años siguientes de su carrera como nueva abogada.
Posteriormente fue secretaria del Tribunal Supremo durante seis años, antes de convertirse en juez de distrito en 1998.
Dos años más tarde, la Honorable Piña presidía un tribunal federal en el Distrito para los Tribunales Administrativos.
En 2012, Enrique Peña Nieto, ex Presidente de México, le ofreció la oportunidad de formar parte del más alto tribunal del país, pero su candidatura fracasó en dos ocasiones.
Finalmente sucedió a Olga Sánchez Cordero en 2015, lo que la convirtió en la undécima mujer en formar parte de la Suprema Corte.
"La independencia judicial es indispensable para resolver los conflictos entre los poderes del Estado", dijo la Honorable Piña el lunes en su discurso, según informó Associated Press.
"Mi principal propuesta es trabajar para construir mayorías, dejando de lado mi visión personal".
Optimista sobre su posición, la Honorable Piña ha sostenido en entrevistas de prensa que su nominación y posterior votación no deberían ser una sorpresa, a pesar de que el presidente López Obrador presionó a otros ministros presidentes de la corte para que votaran en sentido contrario.
"Saben cómo pienso, cómo voto, mi convicción", dijo la Honorable Piña al diario español El País.
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Pero mientras la Honorable Piña dice estar firme contra la influencia indebida del poder ejecutivo, López Obrador no ha escatimado en hacer público su descontento y dijo en una conferencia de prensa que el "poder judicial ha sido secuestrado".
Hizo estas declaraciones apenas una hora antes de la votación final, que llevó a la Honorable Piña a su escaño.
Durante su mandato, López Obrador ha creado una relación rocosa con los tribunales al intentar aprobar leyes bloqueadas en última instancia por los jueces del país.
El nombramiento de una jueza amiga, según los informes, era clave para el presidente, que necesitaba desesperadamente un aliado en los pasillos judiciales.
Inicialmente había propuesto a otra candidata, la jueza Yasmín Esquivel, para cubrir la vacante, pero su currículum se vio envuelto en la polémica cuando las acusaciones de plagio dominaron el ciclo de noticias.
Se dice que Esquivel plagió su tesis de licenciatura en los años 80, aunque ella mantiene su integridad.
Su alma mater dijo que aún están evaluando el caso y no han determinado si Esquivel incurrió en lo que se considera una transgresión capital en el ámbito académico.
"Como mujer de valores, creo en la transparencia y la honestidad; en este proceso he sido objeto de una campaña de mentiras y difamación", escribió Esquivel en una declaración escrita.
No ha habido conclusiones concluyentes en su caso.
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