El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, está haciendo muchas declaraciones polémicas justo antes de iniciar su mandato y esto ha generado controversia en la arena internacional. Ya ha dicho que quiere tener el control de Groenlandia, retomar el control del Canal de Panamá y renombrar el Golfo de México como "Golfo de América". Adeás de reacciones diversas, las declaraciones del primer mandatario de los estadounidenses empiezan a generar preocupaciones sobre una posible reconfiguración de la política exterior estadounidense.

Trump ha manifestado que Groenlandia es una "necesidad absoluta para la seguridad nacional y la libertad en el mundo", sugiriendo incluso la posibilidad de utilizar la fuerza militar para asegurar su control.  Esta postura ha sido rechazada por Dinamarca y las autoridades groenlandesas, quienes han reafirmado su soberanía y desestimado cualquier negociación al respecto.

El presidente electo también ha expresado su intención de retomar el control del Canal de Panamá, criticando las tarifas impuestas a los barcos estadounidenses y sugiriendo que la infraestructura podría caer en "manos equivocadas", en referencia a la influencia china en la región.  Las autoridades panameñas han respondido enfatizando su soberanía sobre el canal y rechazando cualquier intervención externa.

Para completar el menú de salidas en falso, ahora Trump ha propuesto renombrar el Golfo de México como "Golfo de América", argumentando que es un nombre "más adecuado".  Esta sugerencia ha sido recibida con escepticismo y críticas, especialmente desde México, donde se ha defendido la denominación histórica y se ha ironizado con llamar "América mexicana" a Norteamérica.

La Doctrina Trump

Las acciones y declaraciones de Trump evocan la Doctrina Monroe de 1823, resumida en la frase "América para los americanos", que buscaba limitar la intervención europea en el continente americano y consolidar la influencia de Estados Unidos en la región.  Sin embargo, las recientes propuestas del presidente electo parecen ir más allá, sugiriendo una política de expansión y control directo sobre territorios estratégicos, lo que podría interpretarse como una evolución hacia una doctrina de "El mundo para los americanos".

Estas posturas expansionistas podrían generar tensiones diplomáticas y conflictos con naciones soberanas, además de cuestionamientos sobre el respeto al derecho internacional y la autodeterminación de los pueblos. Pero hay que incluir otro elemento de análisis: Donald Trump sigue en líos judiciales y se espera que este viernes un juez de Nueva York dicte sentencia en el polémico caso Stormy Daniels, una actriz que habría recibido dinero del Primer Mandatario para pagar su silencio justo antes de las primeras elecciones que ganó Trump en 2016. Trump siempre ha alegado que nunca cometió ninguna irregularidad.

Se puede plantear que el nuevo Presidente de los Estados Unidos está pensando en una nueva estrategia internacional, pero tampoco es descabellado concluir que todo se trata de una estrategia para distraer la atención de la opinión pública norteamericana.