En Washington, las audiencias para confirmar el gabinete propuesto por Donald Trump han captado la atención nacional e internacional, especialmente entre las comunidades latinoamericanas en Estados Unidos. Las posturas expresadas por figuras como Marco Rubio, nominado a secretario de Estado, y Chris Wright, designado para la Secretaría de Energía, reflejan la agenda política y diplomática que podría definir la administración Trump en los próximos años.

Marco Rubio, hijo de inmigrantes cubanos y senador por Florida, destacó su firme postura frente a los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua durante su audiencia. Rubio afirmó que Cuba enfrenta un "colapso literal" tanto a nivel económico como generacional, atribuyendo la crisis al fracaso del marxismo, la corrupción y la incompetencia del régimen. También criticó las recientes medidas de Joe Biden para aliviar sanciones contra la isla, argumentando que fortalecen a las fuerzas armadas cubanas en lugar de empoderar al pueblo.

Rubio defendió la necesidad de mantener la presión sobre La Habana, señalando que el "Paquete Completo de Valor" de la política exterior de Trump busca revertir estas decisiones. Además, dejó claro su compromiso con la democracia en América Latina al condenar al gobierno de Nicolás Maduro en Venezuela, calificándolo como una "organización de narcotráfico" disfrazada de estado. Esta clase de afirmaciones muestra el talante que tendrá el nuevo gobierno con la región y con cierto tipo de gobiernos no democráticos.

Rubio también dirigió su atención a China, a la que considera el "adversario más peligroso" de Estados Unidos. En su análisis, el Partido Comunista Chino ha manipulado las reglas del orden mundial para su beneficio, amenazando la seguridad y prosperidad estadounidense. Como parte de su estrategia, Rubio propuso una política exterior enfocada en garantizar que los intereses nacionales de Estados Unidos prevalezcan sobre las prioridades globales.

Chris Wright, candidato a secretario de Energía, enfrentó cuestionamientos sobre su visión para equilibrar la transición hacia energías renovables con la dependencia de hidrocarburos. Aunque en el pasado había minimizado la crisis climática, Wright sorprendió durante la audiencia al reconocer el cambio climático como "un desafío" que requiere innovación energética.

Wright propuso un enfoque amplio, promoviendo la expansión de la energía solar, geotérmica y nuclear, junto con un desarrollo responsable de los hidrocarburos. Esta postura moderada contrasta con la firme oposición de Trump a proyectos de energía eólica, calificada por el presidente electo como un "desastre económico y ambiental".

El nominado también destacó la importancia de construir infraestructura para exportar gas natural líquido (GNL), lo que refleja un enfoque pragmático para consolidar el liderazgo energético de Estados Unidos. Sin embargo, Wright defendió el desarrollo de hidrocarburos como parte esencial de la seguridad energética nacional, alineándose con la política de "Estados Unidos primero" que caracteriza a Trump.

Desafíos diplomáticos y estratégicos

Las audiencias también han puesto de relieve los desafíos diplomáticos que enfrentará la nueva administración. Rubio enfatizó la necesidad de una "diplomacia audaz" para abordar la guerra en Ucrania, proponiendo un enfoque que combine sanciones estratégicas y negociaciones para poner fin a la invasión rusa.

En cuanto a la seguridad fronteriza, Rubio subrayó la importancia de trabajar con México para combatir el tráfico de fentanilo y drogas, calificando a los cárteles como una amenaza terrorista que requiere medidas contundentes.

La nominación de Rubio ha generado reacciones mixtas entre los latinos en Estados Unidos. Mientras algunos ven en él un líder que entiende las complejidades de América Latina, otros critican su postura intransigente hacia la migración y los derechos humanos. Su nominación como primer hispano al frente de la diplomacia estadounidense es un hito histórico, pero también una responsabilidad significativa en términos de representar a una comunidad diversa.

En contraste, Wright enfrenta menos escrutinio en la comunidad latina, aunque sus decisiones sobre energía podrían tener implicaciones significativas para países como México y Venezuela, donde los hidrocarburos son un pilar económico.

Con información de AFP