BLM: Breonna Taylor, de víctima de la violencia racial a icono del arte
Taylor es la protagonista de la exposición Promise, Witness, Remembrance, que podrá verse hasta el próximo 6 de junio en el Speed Art Museum de Louisville.
El 13 de marzo de 2020, tres agentes de policía entraron en casa de Breonna Taylor, de 26 años de edad, y le dispararon ocho veces. Las muertes de las personas de color en Estados Unidos suelen ser poco más que una estadística borrosa, pero tras el asesinato de George Floyd y la indignación ciudadana que impulsó el Black Live Matters, Breonna dejó de ser un número para enfrentar con su muerte el necesario cambio de un sistema putrefacto.
Tamilka Palmer, la madre de Taylor, lideró las protestas pidiendo el arresto de los agentes que la asesinaron. “Quiero que la gente diga su nombre”, clamaba Palmer el pasado junio.
Y tanto lo repitieron que la imagen de esta joven afroamericana se ha convertido en símbolo de una lucha que aún no ha terminado, y también en motivo de una exposición.
Cuando Allison Glenn decidió comisariar la exposición Promise, Witness, Remembrance, dedicada a la memoria de Taylor, ni siquiera sabía que iba a titularse así. Ni tampoco había visitado nunca Louisville, ni conocido a Breonna. Así que decidió dar voz a los que sí la conocieron, especialmente a su madre.
“Primero hablé con la madre de Breonna y le pregunté cómo podíamos pensar en el legado de su hija, y lo traduje en las tres ideas: promesa, testimonio y recuerdo. A continuación, convoqué un panel nacional", dijo Glenn al NY Times.
También incluyó a otros miembros de la familia de la difunta y a activistas, artistas locales, investigadores y expertos en salud mental para desarrollar una muestra que reflejase a la difunta más allá de las estadísticas, como la persona que era.
El Speed Art Museum de Louisville, que aloja la exposición hasta el próximo 6 de junio, se encuentra a muy poca distancia de la casa en la que Taylor falleció y el resultado de la muestra, asegura Tamilka Palmer, “está lleno del espíritu (de su hija)”.
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Toda la ciudad, de hecho, está llena de él.
Abriendo Promise, Witness, Remembrance se encuentra la ya mítica portada de Vanity Fair del mes de septiembre, diseñada por Amy Sherald en el que la trabajadora de EMT está vestida de color turquesa y luce el anillo de compromiso que nunca llegó a recibir de su novio Kenneth Walker. Su retrato divide la exposición en tres secciones y flanqueando una de las puertas pueden verse dos altas banderas de Hank Willis Thomas donde el número de las estrellas -15.433 y 19.281- representan la cantidad de personas asesinadas por la violencia armada en Estados Unidos en 2019 y 2020.
Aunque entre los artistas que participan en la muestra se encuentran algunos grandes nombres, como el de Nick Cave, Lorna Simpson, Kerry James Marshall, Rashid Johnson o la obra del fotógrafo Tyler Gerth, asesinado a tiros mientras tomaba fotos en una protesta, Glenn tiene muy claro a quiénes se dirige:
“Mucha gente siente que los museos no son accesibles, que no reflejan lo que son”, dijo. “Esta exposición trata de una mujer que vivió en Louisville, cuya familia vivió en Louisville; trata de lo que le ocurrió, y en respuesta a estas cosas. Habrá gente que quizás venga al museo por primera vez”.
La familia de Breonna Taylor sigue sin obtener justicia y ninguno de los agentes implicados en su muerte ha sido acusado. Tal vez Promise, Witness, Remembrance no mitigue la rabia, la indignación por asistir impotentes a la doble cara de un sistema que es todo menos justo. Pero el arte tiene algo poderoso, eterniza la memoria. Es lo contrario al olvido.
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