Cada 14 de febrero, millones de personas en Estados Unidos y en diversos países del mundo celebran el Día de San Valentín. Este es el motivo para regalar souvenires y muchas familias cultivadoras y empresarios del agro en Latinoamérica se frotan las manos, porque son millones de flores cultivadas en nuestros países se venden durante esta época.

En declaraciones a Procolombia, la agencia de promoción de las exportaciones de Colombia, el presidente de Asocolflores, Augusto Solano, explicó que “Colombia es el segundo país exportador de flores a nivel mundial. La floricultura es una de las fuentes más importantes de trabajo formal en el campo colombiano y un ejemplo logístico del comercio internacional en nuestro sector agrícola. Este sector ha sido un catalizador clave en la apertura de mercados internacionales al posicionar a Colombia como un proveedor de flores de calidad, diversidad y de buenas prácticas sociales y ambientales”.

Se calcula que solo rosas se venden más de 250 millones de unidades durante la celebración y que solo Colombia exporta más de 700 millones de tallos durante la temporada.

A pesar del impacto económico positivo, muchas personas de la región aseguran que esta es una celebración estadounidense y que en los países de América Latina no debería celebrarse, porque la fecha real del santo es en septiembre, cuando muchos países conmemoran el día del Amor y la Amistad.

¿Qué tan cierta es esta leyenda?

La festividad tiene sus raíces en la Roma antigua. Se asocia con San Valentín, un sacerdote cristiano que, según la leyenda, casaba en secreto a parejas en tiempos en que el emperador Claudio II había prohibido los matrimonios para los jóvenes soldados. Valentín fue ejecutado el 14 de febrero del año 269, y posteriormente canonizado por la Iglesia católica. La celebración moderna se consolidó en el siglo XIX con la comercialización de tarjetas y regalos.

Así las cosas, el Día de San Valentín realmente se celebra el 14 de febrero para recordar el martirio del santo. Esta tradición se ha expandido gracias a la influencia cultural de Estados Unidos. Las estrategias comerciales de grandes marcas han promovido la festividad en países de habla hispana, incentivando el consumo de flores, chocolates y experiencias especiales. En algunas regiones, el día ha sido adoptado con naturalidad, mientras que en otras existen celebraciones alternativas con una larga tradición propia.

¿Qué pasa en septiembre?

Varios países latinoamericanos celebran el Día del Amor y la Amistad en septiembre. En Colombia, por ejemplo, la fecha se conmemora el tercer sábado de ese mes, una decisión impulsada en la década de 1960 para evitar la coincidencia con la temporada escolar y mejorar las ventas en una época del año con menos actividad comercial. En otros países como Bolivia, se celebra el 21 de septiembre junto con el inicio de la primavera.

El debate sobre si celebrar San Valentín en febrero representa una imposición cultural no es nuevo. Quienes se oponen argumentan que aceptar la fecha es una forma de colonialismo cultural que desplaza las tradiciones locales. También critican el enfoque comercial de la festividad, que transforma el amor en un producto de consumo masivo. Pero la realidad es que el 14 de febrero está incrustado en la tradición occidental como la fecha del fallecimiento de san Valentín.

Por el contrario, como ocurre en Colombia, la celebración en septiembre sí está atada a razones comerciales.

El impacto de las redes sociales ha sido determinante en la expansión de San Valentín en Latinoamérica. Plataformas como Instagram y TikTok han reforzado la visibilidad de la celebración, influyendo especialmente en los jóvenes. Las generaciones mayores, en cambio, tienden a mantener un apego a las fechas tradicionales de sus países.

Las marcas también han aprovechado esta tendencia, diseñando estrategias de marketing que posicionan el 14 de febrero como una fecha clave para el comercio. Restaurantes, tiendas de regalos y empresas de entretenimiento han contribuido a la consolidación de la festividad en diversos mercados.

La realidad en muchos países latinoamericanos es que ambas fechas coexisten y son claves además para la actividad comercial. Mientras algunas personas celebran en febrero influenciadas por la cultura estadounidense, otras mantienen la tradición de septiembre. En muchos casos, las parejas encuentran en ambas fechas una oportunidad para reforzar su relación.

Más allá de la discusión sobre imposición cultural o tradición local, lo cierto es que el amor y la amistad continúan siendo valores universales. Ya sea en febrero o en septiembre, la celebración de los lazos afectivos sigue siendo una necesidad para todas las culturas.

Feliz día de san Valentín.