Los Republicanos siguen empeñados en borrar del mapa la Ley de Cuidado de Salud Asequible, mejor conocida como Obamacare. Y para ello son capaces hasta de desandar sus propios pasos.

Tras una ardua batalla en el Senado por aprobar una propuesta considerada vil y agresiva contra el menos pudiente, el GOP ha logrado retrasar el voto en el Senado para incorporar algunos cambios que pudieran convencer a los mas escépticos.

Entre ellos, han incluido una provisión propuesta por el Senador Ted Cruz de Texas que permitiría a los programas de salud ofrecer escasas opciones de cobertura, siempre y cuando los pacientes tengan al menos un plan que cubra el grueso de sus beneficios. Es decir, pañitos de agua tibia frente a condiciones de salud importantes.

Según reportó Vox, medio que obtuvo parte del documento oficial, la industria aseguradora estaría en contra de esta maniobra, pues la considera “irrealizable”, temiendo que pudiera crear “una gran inestabilidad”.

La nueva propuesta también incluiría un paquete adicional de 70 mil millones de dólares para compensar las facturas de las aseguradoras frente a pacientes que resulten un alto costo y permitirá a los individuos usar cuentas de ahorro de salud con ventajas tributarias (conocidas en inglés como HSA) para lograr pagar las primas de las aseguradoras, es decir, que cada individuo deberá pagar más de su bolsillo por cada visita extra o en caso de una emergencia.

Entre otros cambios, el proyecto de ley revisado de los Republicanos, conocido como la Better Care Reconciliation Act, presenta 45 millones de dólares para el tratamiento y la recuperación de adicciones, y programas de créditos fiscales con deducibles más altos.

De la misma manera, la propuesta permite a los estados aplicar para exenciones en el caso de mejorar los servicios comunitarios para personas mayores, ciegas o discapacitados y para emergencias de salud pública.

Finalmente, la medida ha intentado mejorar el enfoque en los individuos de alto riesgo, creando un modelo de fondo que ayude a los pagos en casos específicos de salud, pero que incluirá requisitos específicos para poder calificar.

De una u otra manera, y aunque los Republicanos hayan insistido en dar el brazo a torcer en aspectos fiscales contenidos en su propuesta original, el nuevo proyecto de Salud sigue siendo una sentencia para la mayoría de los estadounidenses, cuyos costos de vida no son discutibles, ni mucho menos disimulables.