Silencio en el continente asiático tras la derrota electoral
Vladímir Putin y Xi Jinping mantienen silencio tras el cambio geopolítico. Podría suavizarse la guerra mercantil con Huawei o avecinarse sanciones en materia…
Hace ya dos días que la victoria de los Demócratas es un asunto evidente, matemáticamente hablando y conforme a las propias vías del proceso electoral. Dejando a un lado la actitud de Trump, su familia y su equipo, hasta la fecha se han seguido los procedimientos históricos de las felicitaciones por parte de los líderes del resto del globo. Sin embargo, otra anomalía aparece en la forma del silencio por parte de Rusia y China.
Si en este pequeño margen de tiempo hemos podido informarles de las reacciones en múltiples países europeos, actitudes principalmente de voluntad de reconciliación, salvo ciertos líderes de extrema derecha que veían al 45º presidente a un símbolo de las nuevas políticas, también lo hemos hecho con la euforia bursátil basada en la posibilidad de un futuro con mayores inversiones y energía renovable.
Pero mientras todas esas señales se emitían desde Europa desde el continente asiático proseguía el silencio institucional con las miradas todavía puestas en las últimas decisiones de Trump antes de abandonar la Casa Blanca. Pero no es la precaución la única motivación tras las reticencias del Kremlin y es que Joe Biden dejó claro durante su campaña que Rusia suponía para él “la mayor amenaza al orden”, prediciendo nuevas intromisiones y declarando en un discurso en Suiza que su propósito sería el de “colapsar el orden liberal internacional”.
CONTENIDO RELACIONADO
Aunque en las vísperas de las elecciones Vladímir Putin dijo que “Vamos a trabajar con el jefe del Estado que elija el pueblo estadounidense”, la realidad es que por estas fechas en las elecciones anteriores ya estaban celebrando la llegada del magnate al poder. También es cierto que resulta difícil felicitar a un candidato del tipo que sea cuya estrategia haya sido la de presentar al interlocutor como el mayor enemigo de Europa y Estados Unidos.
Estos miedos podrían concretarse con un incremento de las sanciones económicas por su injerencia en Ucrania y la anexión de Crimea que a la larga podría inferir en las necesarias renovaciones de tratados armamentísticos que Trump paralizó.
Quien también ha guardado similar silencio pese a que en 2016 felicitó al presidente al día siguiente es el actual líder chino Xi Jinping, que aunque inicialmente podría parecer relajado por al alivio que supondrá el cambio de gobierno para la actual batalla comercial, lo cierto es que por otro lado podría iniciar una serie de sanciones en materia de derechos humanos. De momento los analistas predicen una posición más grande respecto al enfrentamiento con el gigante Huawei, que en febrero vio bloqueado el despliegue del 5G como parte de la precampaña electoral.
La alegría sí se ha manifestado en Irán y Pakistán, que esperan ambos una mejora de sus relaciones internacionales. El primer ministro iraní Eshaq Yahanquirí ha escrito un mensaje en Twitter con esperanza en “un retorno a la ley y los compromisos internacionales” mientras que el palestino Mahmud Abás asegura tener mejores proyecciones después de que Trump reconociera a Jerusalén como capital israelí en 2017.
DEJE UN COMENTARIO:
¡Únete a la discusión! Deja un comentario.