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En una visita a AL DÍA News el 4 de junio, Corchado expresó su alegría de poder lanzar su libro Homelands en Filadelfia, la ciudad donde inició su carrera profesional. Samantha Laub / Al Dia News
En una visita a AL DÍA News el 4 de junio, Corchado expresó su alegría de poder lanzar su libro Homelands en Filadelfia, la ciudad donde inició su carrera profesional. Samantha Laub / Al Dia News

Alfredo Corchado: Una voz por la verdad en ambos lados de la frontera

El periodista y escritor regresó a Filadelfia para celebrar el lanzamiento de su nuevo libro, que traza la historia de la inmigración entre México y Estados…

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Para muchos inmigrantes en los Estados Unidos, el concepto “hogar” es complicado. Significa sentirse parte de un país y al mismo tiempo que pertenecen a otro lugar. Significa aprender a amar un país que les obliga a cortar los lazos con su otro hogar, a veces literalmente, mediante muros, y a veces metafóricamente, mediante la barrera del idioma y los prejuicios.

Pero Alfredo Corchado, periodista mexicano-americano y actual director de la oficina del Dallas Morning News en Ciudad de México, ha sabido construir un puente, en lugar de un muro, entre sus dos patrias.

“Siempre vi mi rol de reportero como una forma de construir puentes de entendimiento, basándome en hechos, en lo que vemos y sabemos, en nuestras perspectivas, siempre tratando de tener en cuenta los dos lados de la historia”, explicó Corchado.

“Como periodista, como escritor, cuentas historias, intentas preparar esos puentes de entendimiento y contarlos en los dos lados”, añadió.

Corchado es uno de los más de 36 millones de americanos que tienen lazos con México aproximadamente el 11 por ciento del total de la población. Nacido en San Luis de Cordero, Durango, cerca de la costa occidental de México, Corchado explicó que sus padres siempre se preocuparon por si “de alguna forma” su hijo se olvidaba del país donde nació.

 

 

“Creo que el hecho de que mis primeras memorias de infancia sean en México me ha mantenido de alguna forma unido a mi país, y muchos años después, tengo la sensación de que sí, pasé por un alto nivel de asimilación, de integración, pero también aprendí a abrazar los dos países”, dijo Corchado. Y de esa profunda conexión, tanto con Estados Unidos como con México, surgió el título de su nuevo libro, “Homelands: Four Friends, Two Countries, and the Fate of the Great Mexican-American Migration” (“Patrias: Cuatro Amigos, Dos Países y el Destino de la Gran Migración Mexicano-Americana”), que ha salido publicado este mes.

Esta “bi-nacionalidad” también es parte integral de la historia de los Estados Unidos.

“Creo que es algo que nos enriquece y nos hace más fuertes, además de servir de puente”, reflexionó el reputado periodista. “En el libro insisto en que a veces siento que el puente está roto, pero aún y así, es un puente”.

Por muchos muros que se hayan construido entre EE.UU. y México, la historia de Corchado y de muchos otros muestran cómo se ha ido construyendo este puente a lo largo de varias décadas, sobrepasando cualquier muro pasado, presente o futuro entre los dos países.

Entablar amistad en la Ciudad del Amor Fraternal

A pesar de sus muchos lazos con Texas y otros territorios fronterizos entre EE.UU. y México, Filadelfia ocupa un lugar especial en el corazón de Corchado. En esta ciudad nació la amistad que le une desde hace décadas a otros tres mexicano-americanos, y que constituye una de las historias principales de su nuevo libro. Filadelfia también fue la ciudad donde empezó su ilustre carrera como periodista profesional, llevándole a cubrir temas trascendentales a ambos lados de la frontera, sacar exclusivas o investigar sobre violencia y cárteles de la droga con la mirada objetiva y determinada necesaria para identificar y deconstruir los poderes entrelazados que moldean la realidad de México y los Estados Unidos.

Para Corchado, Filadelfia es la ciudad que le vio llegar en uno de los momentos “más críticos de su vida”.

“(En esta ciudad) me formé y aprendí mucho sobre diversidad… Ocupa un lugar muy cercano a mi corazón porque, como inmigrante, me dio la oportunidad de reinventarme”, dijo Corchado durante su visita a la redacción de AL DÍA News, un día antes de la presentación de su libro en Filadelfia.

No obstante, aquellos años de joven periodista mexicano-americano en la Filadelfia de los 80, donde todavía era una minoría, no fueron para nada fáciles.

En su libro describe el aislamiento y la “crisis de identidad” que sufrió después de mudarse a Philly, en pleno invierno, para empezar a trabajar por primera vez a tiempo completo como reportero del Wall Street Journal. Era su primera vez lejos de su hogar, en el El Paso, Texas, y tuvo que lidiar con el ambiente rígido y calculador de su nueva oficina, además de con la fría cultura de una ciudad de la Costa Este. Este párrafo de su libro, donde recuerda el trayecto en metro que hacía cada mañana de su casa al trabajo, lo describe muy bien:  

“Si toda esta gente fueran mexicanos, pensé, este vagón estaría mucho más animado cada mañana. Todo el mundo se conocería, todo serían risas y carcajadas. Besos en las mejillas y abrazos grandes y familiares. Pero no, en Filadelfia todo parece aséptico, sin alma”.  

“Echaba mucho de menos mi hogar, me sentía muy solo”, dijo Corchado, recordando que antes de marcharse de El Paso alguien llegó a darle el nombre y teléfono de contacto de una persona que “probablemente fuera el único mexicano” de toda Filadelfia. Se trataba de Primitivo, “Primo”, Rodíguez Oceguera, quien en esos momentos trabajaba para el American Friends Service Committee y era responsable de asuntos migratorios en la frontera entre EE.UU. y México en Filadelfia. Su encuentro coincidió con un periodo crucial, muy movido, ya que el presidente Ronald Reagan acababa de garantizar la “amnistía” a muchos inmigrantes indocumentados mexicanos que vivían en los Estados Unidos.

Los dos amigos empezaron a reunirse de forma regular en un restaurante indio en Spruce Street, cerca de donde vivía Corchado por aquel entonces.

Una noche, sin embargo, decidieron ir a probar un nuevo restaurante mexicano en el centro de la ciudad, a pesar del escepticismo de Corchado, quien creía que se trataría de un restaurante de cadena más, sin nada que ver con la anhelada cocina de su madre.

Pero cuando Corchado entró esa noche de invierno en el restaurante Tequilas, se encontró con mucho más que un simple consuelo en forma de comida mexicana de imitación. Esa noche, él y Rodríguez conocieron a otros dos mexicano-americanos que vivían en Filadelfia: David Suro-Piñera, propietario del Tequilas, y el abogado, político y empresario Ken Trujillo. En esa reunión fortuita de una noche nació una amistad que ha durado hasta hoy, además de dar pie a un intenso e inacabable debate sobre la identidad y la inmigración mexicano-americana.

Durante la presentación del libro, que tuvo lugar en el restaurante Tequilas el pasado 5 de junio, Corchado, Rodriguez, Suro-Piñera y Trujillo celebraron su historia en el lugar donde empezó todo. Fue la prueba real de cómo han conseguido preservar los lazos que les unen, por mucho que hayan cambiado sus vidas, tanto a nivel personal como profesional, y los desafíos que han sufrido “en el contexto del mayor cambio demográfico de la historia de los EE.UU.”: la migración mexicano-americana de los últimos 40 años.

“Nos reunimos entorno a esa cuestión… y seguimos así durante los 30 años siguientes, mientras nos íbamos haciendo amigos; hoy, en la actual atmósfera divisiva generada entorno a la inmigración, este tipo de cuestiones sigue siendo igual de importante”, dijo Corchado.

Cuestiones que el periodista expone en su libro, pero para las que todavía no hay respuestas claras: "¿Llegamos a encajar en el pasado?, ¿cómo podemos encajar en este país? y ¿qué significa ser americano?"

Un país dividido

Han pasado ya varias décadas - y numerosos premios y reconocimientos - desde aquel desventurado y joven Corchado periodista que intentaba abrirse camino profesional en Filadelfia. Pero su forma de trabajar sigue siendo modesta, centrada en una cierta humildad, sin duda ligada a esa infinita curiosidad que le llevó a descubrir todas esas historias que otros olvidaron. Un día, poco después de mudarse por primera vez a Filadelfia, Corchado alquiló un auto y manejó hasta la región de los Amish, una región que quería investigar, y de camino a casa pasó por casualidad por el municipio de Kennett Square.

Por aquel entonces, Corchado seguía convencido de que él y sus tres amigos eran los únicos mexicano-americanos de toda Filadelfia, o quizás de la región entera. Así que cuando pasó por ese pequeño municipio y vio a un grupo de mexicanos pasando el tiempo, “el impacto fue increíble”.   

“Pensé, de verdad, estoy loco, estoy delirando”, dijo Corchado, describiendo cómo consiguió que su reportaje sobre el rol de los inmigrantes mexicanos en la industria de la seta y la revitalización del pequeño municipio de Kennett Square se convirtiera en el tema de portada de The Wall Street Journal.

“Representaban una fuente de energía nueva, nuevos negocios, cientos de estudiantes que más tarde terminaron graduándose y accediendo a la universidad”, añadió, explicando que ahora la comunidad empresarial local está muy preocupada porque el actual contexto de miedo ha desmotivado a muchos inmigrantes a venir o instalarse en Kenneth Square, haciendo más difícil encontrar trabajadores.

La importancia de los inmigrantes en la revitalización de los pequeños municipios de América forma parte de la historia nacional, pero a menudo pasa desapercibida. Tiene sus raíces en la llegada de miles de los primeros inmigrantes de Alemania, Italia, Irlanda y otros países, que fueron los primeros en contribuir al crecimiento de pequeñas aldeas y al auge de la economía de la nación en general, tal y como señalaba Corchado recientemente en una columna de opinión en The New York Times.

“No se trata de una anomalía, es algo que está ocurriendo en otras partes del país. El miedo a las deportaciones, el miedo a las redadas del ICE, etc., ha asustado a muchos inmigrantes. Hoy, en 2018, en comparación a 2007, hay un millón menos de mexicanos en este país”, dijo Corchado.

“Como periodista, tengo curiosidad... por saber el motivo de tanto resentimiento. Sigo pensando que quizás es un tema de desinformación sobre la historia de nuestro país como nación de inmigrantes. Y me refiero no solo a inmigrantes mexicanos, sino de todo el mundo... Gente que contribuimos diariamente al bienestar de este país”, añadió, destacando que espera que el libro sea accesible y leído por gente “de todos los contextos”.

En este sentido, Corchado está convencido de que su libro “realmente rinde un homenaje a los millones de inmigrantes en este país y a toda esa gente que hoy se hace la misma pregunta: ¿cómo podemos encajar aquí?”.  

México de allá, México de acá

Corchado está tan familiarizado con el lado oscuro de México que con los problemas diarios que afrontan los inmigrantes en EE.UU. En su primer libro, “Midnight in Mexico” (“Medianoche en México”), publicado en 2013, detalla su viaje por el inframundo de los cárteles del narcotráfico transnacionales que operan en la frontera y más allá - un viaje que le costó caro: Corchado ha sido amenazado de muerte en diversas ocasiones y ha sufrido la pérdida de amigos y colegas de trabajo en uno de los países más peligrosos del mundo para los periodistas. Dice sentir gratitud por tener la ciudadanía americana y la protección del gobierno de EE.UU, que le han ayudado a seguir con vida, y a la vez “enojo y frustración” por sus colegas mexicanos, que no gozaban de los mismos niveles de protección y murieron.

“Por un lado, sí, puedes escribir todos esos reportajes, capear las amenazas, pero también ves que muchos de tus amigos son asesinados”, dijo, añadiendo que más del 95 por ciento de los casos [de asesinato] no han sido resueltos y que en lo que llevamos del año  2018 ya han muerto al menos seis periodistas.

Según Corchado, si su primer libro “trataba principalmente sobre el México de allá”, al sur de la frontera, entonces “Homelands” es una mirada al “México de acá”, al de los Estados Unidos, y a “cómo los dos interactúan a diario”.

“Porque los inmigrantes ya no solo somos los que estamos haciendo trabajos de servicio, sino también los que creamos empleo en este país”, destacó. “Así es como ha cambiado la dinámica migratoria, y cómo continúa cambiando”.   

Y Corchado y sus amigos son un producto de ese “ambos”, dos países juntos, que tanto ha crecido con el tiempo.

“Creo que somos como híbridos. Somos un híbrido norteamericano, no tanto como un resultado directo del NAFTA [el acuerdo de libre comercio], sino como un resultado de las conexiones migratorias”, dijo Corchado. “En México también hay una discusión, un debate, sobre si estamos empezando a estar demasiado americanizados”.

Para Corchado, las elecciones presidenciales del próximo 1 de julio en México son muy importantes tanto para ese país como para los EE.UU., ya que, para bien o para mal, determinarán el futuro de las relaciones bilaterales en el caso de que el candidato favorito a la victoria, Andrés Manuel López Obrador, resulte ganador.

“Creo que ambos países van a estar muy pendientes de lo que ocurra… pues ambos tienen mucho en juego”, concluyó Corchado.