
Guerra Mundial 'A', de Aranceles: el matoneo comercial de Donald Trump
La táctica de Trump para obtener sus objetivos parece estar dando resultados. Pero podría convertirse en un tiro en el pie para la economía estadounidense.
La guerra comercial ha sido una de las tácticas predilectas de Donald Trump para consolidar su influencia global. Su estrategia de presionar a sus socios y rivales con aranceles ha redefinido la política económica de Estados Unidos. Pero, ¿hasta cuándo podrá sostener esta forma de relacionarse con el mundo?
Desde su llegada a la Casa Blanca, Trump ha utilizado los aranceles como un arma de presión económica. Su argumento central ha sido la protección de la industria estadounidense y la lucha contra lo que califica como comercio desleal. Ahora desató una guerra comercial contra China, aplicando aranceles a productos por más de 300.000 millones de dólares. De manera similar, amenazó a México y Canadá con gravámenes del 25% si no cumplían con ciertas exigencias, como un mayor control migratorio y medidas contra el tráfico de fentanilo.
China no se quedó de brazos cruzados y respondió con aranceles a hidrocarburos, maquinaria y vehículos estadounidenses, además de presentar una queja ante la Organización Mundial del Comercio (OMC). Al mismo tiempo, inició investigaciones contra Google y otras corporaciones norteamericanas, endureciendo las regulaciones sobre la exportación de metales raros, clave en la industria tecnológica.
En el caso de México y Canadá, las amenazas de Trump generaron tensión, pero también negociaciones. Ambos países reaccionaron y lograron un acuerdo que evitara la aplicación de aranceles, lo que llevó a una tregua condicional con Estados Unidos.
México acordó desplegar 10,000 efectivos en su frontera norte para combatir el tráfico de drogas, mientras que Canadá prometió reforzar su seguridad fronteriza y nombrar un "zar del fentanilo". A cambio, Trump suspendió los aranceles por 30 días.
Sin embargo, la tregua no se extendió a China. Pekín aumentó los aranceles sobre productos energéticos y agrícolas estadounidenses, mientras que la UE expresó su preocupación por el posible impacto de la política comercial de Trump en el bloque europeo. Varios líderes europeos, incluyendo Emmanuel Macron y Olaf Scholz, advirtieron sobre los efectos negativos de un posible conflicto comercial con Estados Unidos.
¿Hasta cuándo?
El uso de aranceles como arma de negociación le ha permitido a Trump obtener concesiones rápidas, pero también ha generado inestabilidad económica y tensiones con sus aliados. La estrategia de "matoneo" comercial no solo afecta a China, sino también a empresas y consumidores estadounidenses, que terminan pagando precios más altos por productos importados.
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Sería un sinsentido decir que Trump no tiene noción de estos impactos. Por eso la presión con los aranceles y otras medidas drásticas que ha tomado en el frente de la migración pueden ser leídas de otra forma: son señales de debilidad, porque el Presidente tiene claro que su tiempo está contado y que es mejor gastar el capital político ahora tomando medidas que son completamente contraproducentes, para luego corregir el camino.
La preocupación que surge es cuál será el escenario si el presidente no endereza el camino y sigue con esta clase de medidas los cuatro años de su mandato. En el frente económico lo que cabe esperar con más aranceles es una presión inflacionaria, lo que pondría a la FED contra las cuerdas para subir las tasas y eso desaceleraría la economía. Algo que nadie quiere, porque durante la anterior campaña "volvió a ser la economía, ¡estúpido!": la inflación y el desempleo condicionaron mucho la posición de los votantes que le achacaron al gobierno Biden el mal momento que pasó el país en esos cuatro años.
¿Qué puede venir?
A medida que Trump se avance en su gobierno existe el riesgo que redoble su retórica proteccionista. Enfrentar a China sigue siendo una prioridad para su base política.
Por otro lado, la UE podría verse obligada a responder si se imponen aranceles a sus exportaciones, lo que podría desembocar en una guerra comercial de mayor escala. Además, las negociaciones con México y Canadá podrían intensificarse si las exigencias de Trump se vuelven más severas.
La política comercial de Donald Trump ha cambiado las reglas del juego en el comercio internacional. Su estrategia de aranceles como herramienta de presión ha dado resultados inmediatos en algunos casos, pero también ha generado incertidumbre y riesgos económicos.
Si se concretan los riesgos esperados (inflación y desaceleración económica) Trump va a tener que sacar otra clase de armas: el matoneo comercial de Trump podría agotarse pronto por sus efectos negativos en la propia economía estadounidense.
Con información de AFP.
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