La Chef Judith Suzarra-Campbell: elevando el paladar “Phillyzolano”
Armada con un talento nato y una pasión cultivada por la cocina, la Chef Judith Suzarra-Campbell está revolucionando la industria del restaurante moderno en…
En la costa venezolana, una niña de 5 años amasaba maíz pilado, colocando cada trozo de masa en un aripo con sus pequeños y pegostosos dedos. Mientras sus padres trabajaban hasta altas horas en el mercado local, ella daba de comer a sus hermanas, cocinando a quienes quería con el corazón.
Tan sólo el tiempo y las circunstancias cambiarían la manera en la que se sentiría el hacer las arepas. Tan sólo la adultez y el tiempo lejos de su país despertarían en la Chef Judith Suzarra-Campbell una pasión que había reprimido por mucho tiempo.
“Me dije a mí misma que nunca, nunca me metería a cocinera. Sabía el arduo trabajo que eso implicaba. Las horas, la dedicación. Mi madre era cocinera, mi padre era cocinero, mi abuela, mi tía. Así que estudié administración en la Universidad Santa María, y por un tiempo tuve una ensambladora con mi marido en Filadelfia, pero no sirvió de nada… La cocina está en mi sangre, en mis venas. No podía seguir ignorándolo”.
Menos mal que no ignoró su llamado vocacional, y mejor aún para Filadelfia, que ha recibido ese auténtico aura de abuela que los platos de Judith han traído a la mesa de la ciudad en el Sazón Restaurant & Café desde hace más de 13 años.
Tequeños que exudan queso y que superan por mucho a cualquier dedo de mozzarella; arepas sin gluten y con suficiente variedad de ingredientes para satisfacer incluso al más refinado de tus amigos y el rey de Caracas, un plato con la respuesta definitiva a la pregunta constante “¿dulce o con salado”? que persigue las salas de todos los restaurantes.
Este es sólo el principio de una comida básica en Sazón, porque para rematar, puedes beber lánguidamente un delicioso jugo de guanábana, generoso, espeso y cremoso, que pareciera no dejar espacio para los chocolates artesanales hechos en casa (pero, por supuesto, haces cualquier fegshui gastronómico necesario para probar la metra de cabra).
Esto lo hacen sin problema los clientes de Sazón, quienes se han vuelto “regulares” en un restaurant que les ha cobijado durante años, llenando el espacio con una genuina sensación de familiaridad y hospitalidad. Este flujo constante de regulares se suele atribuir a las deliciosas recetas de la Chef Judith Suzarra-Campbell, es cierto, pero la atención tan genial y genuina de los copropietarios (ella y su esposo, Robert), es lo que realmente les hace volver.
Sin embargo, estar casada con tu socio puede sumar tensiones y romper el aire de simpatía del ambiente, especialmente en un lugar de trabajo tan demandante como la restauración. Al preguntarle cómo lo logra, Judith se ríe y dice que agradece tener una cocina cerrada, “para que podamos gritarnos el uno al otro sin que nadie se de cuenta”.
Volviendo a la seriedad, reconoce que tanto para ella como para Robert, esta empresa no es sólo una fuente de dinero, es su bebé, y por lo tanto se le trata como tal: con cariño y ternura.
Empezando por los ingredientes que utilizan y la calidad de los platos de Sazón, todo es constantemente hecho en caso, priorizando la salud y los ricos sabores, por encima de la decoración y los ardides de marketing.
En resumen, la comida no es “instagramable”, pero ese no es el punto de una comida, ¿o sí? Los Millennials – y los llamados Baby Boomers que también han caído en la trampa de la adicción a las redes sociales – tienden a olvidar que lo que te hace anhelar ese primer mordisco, ese primer sabor, no es la presentación o la cantidad de “me gusta”.
Aunque, si el sabor tuviera seguidores, el pernil y la reina pepiada de Judith tendrían millones.
Me gustaría que las personas abrieran la mente con mi cocina, sin criticar. Comer, disfrutar y dejarse llevar por la experiencia.
El espacio de Sazón en Northern Liberties está adorablemente decorado con casitas salpicadas en las paredes color mostaza, con gotas de color en luz tenue, fotografías personales de Judith y de Robert (de hace algunos años y otras más actuales), arte local e internacional, una orgullosa bandera venezolana con siete estrellas, un peculiar candelabro y un letrero que sentencia: “Ningún Ser Humano es Ilegal”.
A diferencia de otros establecimientos populares, Judith es una chef con diez manos. Atiende las mesas, las limpia, sirve las bebidas, recibe a los clientes, cocina y se pierde entre los visitantes, asegurándose atender cada esquina de su restaurante. Le asiste su equipo, su esposo y su suegra (a quién agradeció de corazón durante nuestra entrevista), pero principalmente – y a pesar de las demandas de la modernidad – Judith dice que mantiene su administración familiar, tradicional y sin florituras.
La Chef Judith destaca por hacer de una noche en Sazón una experiencia inolvidable.
Siendo una ex jugadora profesional de voleibol y una mujer emprendedora, también es una fuerza con peso en la cocina… Si bien es bajita, es feroz y también es ferozmente leal a su restaurante. Nunca ha jugado el juego de la popularidad en el que caen los restauradores famosos en Filadelfia o las exageradas cadenas, escogiendo por el contrario ir a su propio ritmo, en este caso el del silbido de su cazuela.
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Pero el inconformismo no siempre le ha funcionado. Judith recuerda que ser de color, mujer y Latina es a veces una gran carga y suele ser difícil, lo que le hace aún más complicado su única posición como líder. Asimismo reconoce que la White America está llena de prejuicios, pero que la comunidad latina en Estados Unidos puede ser igual de ignorante al discriminar en base al machismo, la raza o la clase.
Como resultado, frecuentemente ha tenido que defenderse a sí misma recordándole a los curiosos que sí, ella es la chef; sí, es la socia y sí, es la jefa.
Aunque esto ha sido agotador a veces, el socio y esposo de Judith la describe como una “badass” en varias ocasiones durante nuestra entrevista, incapaz de esconder su orgullo por ella.
Un apoyo marital avasallante, tres pitbulls que llenan el espacio, una disposición a trabajar por placer, y el deseo de cambiar la conversación en torno a la comida latinoamericana en Estados Unidos, son los motores que impulsan a Judith a seguir adelante, sin importar los obstáculos.
Transformando la Cocina de Filadelfia
Desde el 2004, Sazón ha sido el modelo del auténtico encanto y de la cocina venezolanos en la 10th and Spring Garden Street, atrayendo a fanáticos de la comida que tienen expectativas estereotipadas del sabor latinoamericano, y a hispanos que necesitan recordar a veces las ciudades que han dejado atrás, y regresar por un momento.
Estoy muy orgullosa de mi cocina, estoy orgullosa de ser venezolana, así que haré todo lo posible para transmitir eso a través de mi cocina y de mi pasión. Me encanta hacer a los venezolanos recordar, y suelen decir que mi comida les “sabe a casa”. Esta es mi manera de mostrar el amor que siento por lo que hago y por mi país. Mi esposo siempre dice ‘tu quieres a tus arepas y a tu cocina más de lo que me quieres a mí’, jaja, ¡no es verdad! Pero tienes que hacerlo bien, y eso se hace con amor.
La Chef Judith trajo el calor de la cocina venezolana saludable y hecha en casa al público en Independence Live, gratis, gracias a AL DÍA News. Puntualmente, junto con los platos favoritos de Sazón, la Chef Judith contribuyó con un sabor de un plato único y tradicional para navidad, las hallacas, que sólo se sirven en su restaurante durante el mes de diciembre. Del mismo modo, Robert, “el alquimista del chocolate”, trajo su famoso chocolate caliente, que ha cogido renombre y ha sido reconocido por los medios locales como simplemente uno de los mejores en la ciudad. La Chef Judith, su esposo, su equipo y sus clientes, nos acompañaron en la quinta muestra en vivo de comida (“Meet the Chef’s Transforming Philadelphia’s Cuisine”) el día 28 de noviembre.
Estamos ansiosos por nuestra sexta y última demostración de cocina en este 2017, que se llevará a cabo el jueves 14 de diciembre. Pronto daremos más detalles.
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