Dejemos algo en claro de antemano: cualquier propuesta introducida por una coalición de representantes – aún si es aprobada en la Cámara – pasa por un profundo proceso de modificaciones producto de la negociación política en el Congreso y, con frecuencia, se queda sólo en papel.

Es decir, que aún cuando los demócratas tengan todas las intenciones de abrir una vía hacia la ciudadanía para millones de inmigrantes, el trayecto a hacerle realidad es bastante arduo.

Sin embargo, gestos como la introducción de la Dream and Promise Act el día miércoles indica una fuerte determinación por parte del Partido Demócrata a no sólo cumplir promesas, sino mantener un mensaje claro y una marcada distancia con la retórica presidencial.

Después de haber ganado la mayoría en la Cámara durante las elecciones de mitad de período, la nueva presidenta del órgano, Nancy Pelosi, prometió en diciembre “aprobar una legislación que otorgue a los llamados Dreamers una vía a la ciudadanía”, argumentando la necesidad de antagonizar “la destructiva agenda anti-inmigrante de los republicanos”.

Tres meses después, y bajo la autoría de las representantes Lucille Roybal-Allard (D-CA), Nydia M. Velázquez, Yvette D. Clarke (D-NY), el representante Steny Hoyer (D-Md.) y la misma Pelosi, el partido ha dado su primer pie hacia el cumplimiento de la promesa.

La H.R.6 combina la antigua Dream Act “con una propuesta para permitir que algunos inmigrantes con protección humanitaria temporal soliciten un estatus legal permanente”, explica Vox.

Entre ellos los jóvenes indocumentados llegados al país cuando niños (Dreamers), protegidos bajo el programa de Acción Diferida (DACA), y los ciudadanos provenientes de países destrozados por catástrofes naturales o guerras y que tienen Estatus Temporal de Protección (TPS).

Ambos programas han sido amenazados por la Administración Trump desde el principio de su gestión, poniendo a millones de inmigrantes en riesgo de ser deportados.

“No vamos a permitir que Donald Trump los envíe de vuelta, y no vamos a pedirles que vivan en un estado constante de miedo e incertidumbre”, dijo la representante Velázquez en una rueda de prensa.

Asimismo, la propuesta plantea una vía hacia la ciudadanía para miles de Liberianos bajo la Deferred Enforced Departure (DED), según explico NBC News.

Sin embargo, esta no es primera vez que los demócratas intentan aprobar una medida semejante.

También con una mayoría en la Cámara, los representantes aprobaron la llamada DREAM Act en el 2010, pero sin obtener los votos necesarios en el Senado para que se transformara en ley.

Gracias al divisionismo actual en cuanto al asunto migratorio y la intransigencia del otro lado del pasillo en cuanto a una aproximación bipartidista, es posible que esta nueva propuesta – que también es mucho más ambiciosa – tampoco logre ser aprobada.

Sin embargo, demuestra una nueva fuerza detrás del compromiso demócrata que ha ido creciendo durante los últimos años y, con unas primarias presidenciales en puertas, pareciera garantizar que la inmigración será la manzana de la discordia en el 2020.