Una de las excusas más populares para justificar el apoyo a la invasión o a aterrorizar otros países – a través de las masacres a niveles de genocidio – ha sido el asunto del matrimonio infantil.

“Esos brutos, ignorantes, pervertidos y fanáticos religiosos”, lloriquean todos en los hilos de comentarios en Reddit, “¿Cómo pueden actuar mujeres en Estados Unidos como si las cosas fuesen difíciles para ellas cuando podrían estar ALLÁ?”.

Allá, mejor conocido como los países del tercer mundo – frecuentemente en América Central o el Medio Oriente, o cualquier lugar que los medios convencionales han demonizado a través de los años.

Estos individuos preocupados no están necesariamente equivocados. Girls not Brides (“Niñas, no esposas”) recalca que los 20 países con las tasas más altas de matrimonio infantil se encuentran especialmente en el Medio Oriente, en el norte de África y en el África subsahariano, pero su lógica para escoger los países con los cuales entrar en conflicto es irónica. Si el matrimonio infantil es el motivo para levantar las armas y liberar a las mujeres con nuestro “Destino Manifiesto Americano”, entonces deberíamos empezar por bombardear dentro de nuestras propias fronteras.

De hecho, si realmente nos vamos a comprometer 100% con esta causa, debemos atacar a casi todos los estados, de manera de liberar a las mujeres de la tiranía del matrimonio infantil, pues en 25 estados de nuestro país no existen requerimientos de edad mínima para el matrimonio, cuando en otros la edad mínima requerida va entre los 13 y los 17 años.

Unchained at Last encontró que, en los últimos 15 años, aproximadamente 250.000 niñas en Estados Unidos fueron obligadas a casarse, la mayoría juntadas con hombres que les doblaban la edad. Un reporte del Pew Research Center reportó también que West Virginia, Texas, Oklahoma, Arkansas, Tennessee, North Carolina, Nevada y California tienen la mayor prevalencia de matrimonio infantil, mientras que Alaska, Rhode Island y Maine son los estados donde menos se presenta (comparado con la media nacional).

El matrimonio infantil se correlaciona con violencia doméstica, desórdenes psiquiátricos, el abandono escolar, la pobreza y la inestabilidad financiera, y estrés prematuro que conlleva a enfermedades cardíacas, diabetes y cáncer. Se ha percibido en cada cultura y religión americana, y sin importar el estatus migratorio.

La Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional ha declarado el matrimonio infantil global como una de las violaciones a los derechos humanos por abordar, pero hasta ahora, ni un solo estado de nuestra nación lo ha prohibido. Ni siquiera nuestro vecino New Jersey, quien fuera el primero en tener un precedente histórico positivo en el país, pudiendo hacerlo en mayo del 2017. El Gobernador Chris Christie argumentó “sensibilidades” y “costumbres religiosas” como las razones para oponerse al proyecto de ley, y los críticos denunciaron su debilidad, contemplando que la presión de los legisladores anti-aborto podría haber sido la causa de la decisión final de Christie. Después de todo, muchos matrimonios forzados/arreglados (Unchained at Last considera que estas categorías son indistinguibles) ocurren como resultado de un embarazo no deseado y, en esos casos, quedarse con el violador “hasta que la muerte los separe” sería la manera de “defender el honor” y evitar escándalos.

Florida, un estado donde las niñas embarazadas pueden casarse a cualquier edad si un juez lo aprueba, podría tener la oportunidad de redimirse y finalmente tener una ley más estricta que, digamos, Afganistán, donde las niñas embarazadas sólo pueden casarse si tienen 16 años.

La ley SB 140/HB 335 solo permitiría el matrimonio por encima de los 18 años en Florida, sin excepciones. En un estado donde más de 16.000 matrimonios infantiles se han llevado a cabo desde el 2000 – y en un país que va muy por detrás de El Salvador, España, Honduras y Guatemala en las restricciones de matrimonio infantil – esto sería revolucionario. El Senador Perry Thurston recientemente declaró que, “Sólo me estoy asegurando de que no estamos hablando de niños de 17 años que se preparan para entrar a las Fuerzas Armadas, y ahora quieren casarse antes de poder ir. Hablamos de menores de edad, y sencillamente me cuesta creer que existan jurisdicciones hoy en día que permitan a los adultos casarse con menores de edad que tienen 12 o 13 años, embarazadas; no puedo creer que nadie esté cuestionando quién es el padre y lo encarcelen” (WTVY).

La Human Rights Watch ha lanzado oficialmente una campaña para apoyar este proyecto de ley, haciendo un llamado a los defensores a proteger a los jóvenes de Florida enviando emails y llamando a los legisladores del estado.

El momento de progresar es ahora.