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Video still from a 1996 music video of Macarena, directed by Vincent Calet, featuring Los Del Río and Tracee Ellis Ross
Imagen del videoclip Macarena, dirigido por Vincent Calet, en el que aparecen los componentes de la banda Los Del Río y Tracee Ellis Ross

Dale a tu cuerpo alegría, rebelde Saudí

 Un adolescente de 14 años fue detenido esta semana en Arabia Saudí por un video que se hizo viral el año pasado, en el que aparecía bailando en un cruce de…

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La noticia que ayer causó furor en las redes y medios de comunicación es tragicómica:  un muchacho de 14 años, cuya identidad nacional y personal no ha sido revelada, fue detenido por fuerzas policiales de Arabia Saudí por “violar la moral pública.”

El video fue difundido en 2016 y enseguida se hizo viral, lo que facilitó incriminar al protagonista. Enfundado en shorts de deporte, Crocs verde fosforito y auriculares anticuados, el rebelde de la causa funky protagonizó un regreso a los 90 al ponerse a bailar la Macarena en el cruce entre Tahlia Street  y la avenida Riyadh’s Prince Mohamed bin Abdulaziz. En un estado de trance (como la mayoría de todos nosotros cuando nos ponemos a bailar esa cursilada de coreografía) y durante casi 40 segundos, el joven se dejó llevar por la música, indiferente a los vehículos que tiene delante. No es complicado alcanzar el flow- como lo llamó el psicólogo positivista  Mihály Csíkszentmihályi- y perder el control del tiempo y el espacio cuando se está en trance, bailando la canción de moda.

Las autoridades saudíes no parecieron encontrarle la gracia al video. El martes, portavoces de la Sabq anunciaron que el joven delincuente había sido arrestado por su comportamiento “grosero.” Por supuesto, una canción sobre una mujer llamada Macarena que le es infiel a su novio mientras está sirviendo en el ejército puede parecer ‘inapropiada’, pero realmente es para tanto?

Para occidentales residentes en EEUU, como yo, e incluso en Oriente Medio, el chico “Macarena” se ha convertido en una especie de héroe, la  force de resistance que nunca creímos necesitar. Haciéndole la peineta a las autoridades de un estado religioso (o, en este caso, moviendo el trasero), este adolescente está haciendo lo que los adolescentes saben hacer mejor: rebelarse y hacer el tonto.

No es la primera vez que alguien es detenido en Arabia Saudí por un acto que muchos occidentales considerarían inocuo. A principios de agosto, Abdallah Al Shahani fue arrestado por repiquetear durante un concierto. Muchos sauditas, enfadados, han echado las culpas al auge de estas sórdidas conductas - lo que los LAtinos llamamos simplemente “pesadeces” - entre los jóvenes de su país a la Autoridad General para el Ocio y la Cultura (GAEC).

 

 

 

El Rey Salman Bin Abdulaziz Al Saud creó la GAEC en mayo de 2016 mediante un real decreto con el fin de aprovechar las oportunidades económicas de “promover el ocio en todas sus formas, a la vez que preservando el preciado patrimonio cultural.” Eso ha permitido la apertura de cines, conciertos, un concurso de cómic e incluso un parque temático Six Flags en el futuro.

Sin embargo, aunque estas nuevas ofertas de ocio deben “adherirse a los principios islámicos”, los saudíes más conservadores se sienten decepcionados y buscan  ejemplos como el del joven adolescente de la Macarena como una excusa para que el país vuelva atrás y recupere el estricto tradicionalismo.

Lo que es más inquietante y alarmante sobre este incidente es que los niños en el sistema de justicia penal de Arabia Saudí están enormemente desaventajados ante la falta de cualquier ley penal codificada y cualquier respeto por las normas internacionales. Arabia Saudí tiene una serie de castigos físicos que ha utilizado para reprender a los delincuentes juveniles, incluyendo flagelación, amputación, abuso y malos tratos. Incluso ha habido casos de menores ejecutados. Usted puede leer el informe completo de HRW, y otros delitos de derechos humanos cometidos por Arabia Saudí, aquí.

Como tal, recemos y esperemos que nuestro anónimo y rebelde se mantenga (por encima de todo) seguro, que lo juzguen con justicia y que siga dando alegría a su cuerpo al no dejar que la severidad de su país rompa su espíritu.