Donald Trump finalmente se atrevió a ir más allá de la frontera como presidente de Estados Unidos.

Es primera vez que el mandatario estadounidense llevará su “America First” a Latinoamérica en medio de una acelerada escena internacional, donde la guerra económica con China y el apoyo al príncipe saudita son tan sólo algunos de los protagonistas.

El G20 (o Grupo de los Veinte), es una cumbre anual en la que se reúnen los gobiernos de Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, la Unión Europea, India, Indonesia, Japón, México, Rusia, Arabia Saudita, Sudáfrica, Corea del Sur, Turquía y los Estados Unidos.

Desde 1999, el foro promueve la discusión de políticas internacionales en torno a la estabilidad financiera, lo que hace de esta edición una sesión clave.

En medio de una crisis política interna, Donald Trump deberá enfrentarse a otro de sus escenarios menos preferidos: sus homólogos, a quienes frecuentemente prefiere atacar a través de Twitter.

Durante su administración, Trump se ha hecho nombre en la comunidad internacional por sus improvisadas participaciones en las reuniones globales, dejando en claro su poca experiencia en diplomacia.

Sin embargo, si se sigue de cerca su agenda, es mucho lo que se puede intuir de esta reunión.

Su primer viaje como presidente estadounidense fue precisamente a Arabia Saudita, donde firmó un contrato multimillonario por venta de armas y donde aseguró su participación en la guerra del país árabe en Yemen.

Después de que se confirmara el asesinato del periodista Jamal Khashoggi por parte del príncipe Mohammed bin Salman (MBS), Trump no cedió ante la presión de la comunidad internacional y reiteró su apoyo al mandatario.

En Argentina, MBS será visto como la oveja negra durante el fin de semana, y todos observarán de cerca la reacción del presidente Trump, quien ha mostrado una simpatía natural por líderes de ese calibre.

Asimismo, mientras en casa la investigación del abogado especial Robert Mueller pone el foco sobre su nombre, muchos anticipaban la reunión privada que Trump tendría con el mandatario ruso Vladimir Putin. Sin embargo, el equipo del presidente estadounidense decidió suspender la reunión y han argumentado que se trataría de una retaliación por los últimos ataques de Rusia contra Ucrania.

Para evitar que el presidente haga de las suyas, su equipo ha organizado una agenda repleta de reuniones personales con los otros mandatarios, descartando así la posibilidad de que se haga evidente el rechazo internacional que genera Trump cuando de reuniones grupales se trata.

Según recuerda CNN, “En las dos cumbres del G7 y una del G20, Trump ha parecido a veces malhumorado con los aliados más importantes de Estados Unidos. En la conmemoración del Armisticio de la I Guerra Mundial en París a principios de este mes, Trump caminó en la ceremonia solo, incluso mientras otros líderes se unieron para caminar juntos.”

Entre las reuniones programadas, una de las más importantes es con el presidente chino Xi Jinping, con quien Trump ha desencadenado una escalada guerra comercial a punta de aranceles.

Según explicó la BBC, la cena de trabajo entre ambos mandatarios es fundamental para el mundo entero, pues muchos esperan que se logre un acuerdo que ponga un freno al enfrentamiento económico.

Tan sólo días antes de la cumbre, Trump amenazó con aumentar las tarifas impuestas a productos importados de China (que suman 200.000 millones de dólares) en un 10 a 25% durante el 2019.

“Un aumento en esos aranceles haría que muchas firmas multinacionales aceleren sus planes para alejar las cadenas de suministro de China, mientras que los aranceles sobre las importaciones chinas adicionales plantearían un riesgo político y económico significativo para Trump”, explicó Michael Hirson, director de Asia en Eurasia Group a la BBC.

“Las importaciones estadounidenses remanentes de China están más inclinadas hacia los artículos de consumo. Los hogares estadounidenses, especialmente aquellos de niveles de ingresos más bajos, sentirán aún más el impacto”, agregó.

Finalmente, y a pesar de estar en suelo argentino, Trump ha pasado por alto reunirse con ningún mandatario latinoamericano que no sea el presidente de la cumbre Mauricio Macri, haciendo eco de su desdén hacia la comunidad hispana del que tanto hace alarde en su país.

Según agregó CNN, Trump y Macri se conocen desde hace años gracias a negociaciones de bienes raíces en Nueva York, y sería el único nexo que el presidente estadounidense pretende hacer con mandatarios latinos.