Hacer la educación superior accesible para todos
El trabajo de la Dra. Amalia Dache, basado completamente en su experiencia personal, se enfoca en aumentar la diversidad y el acceso a la educación.
Ante la persistente necesidad de incrementar la diversidad en la educación superior, la Escuela de Posgrado en Educación de la Universidad de Pensilvania (UPenn) designó a Amalia Dache como profesora asociada.
Con la designación, Dache se convirtió en la primera profesora latina titular en la Escuela de Posgrado de Educación de UPenn.
Dache es una académica afrocubana-americana que ha centrado su investigación principalmente en cómo los factores raciales y económicos impactan la educación postsecundaria local y el acceso a la universidad en diversos estudiantes.
“¡Soy oficialmente profesora asociada en la escuela de educación número uno en los Estados Unidos!” escribió Dache en un post en sus plataformas de redes sociales.
Dache, nacida en Nueva York de inmigrantes cubanos, habló por primera vez con AL DÍA News sobre cómo le afectó la brecha de diversidad existente entre los maestros de escuelas públicas cuando ella era pequeña y sobre cómo esa tendencia la siguió en su educación superior.
“[Tenía] muy pocos recursos en cuanto a ingresos y recursos educativos”, recuerda Dache, que se crió en un vecindario de clase trabajadora negra y latina en Rochester, en la región de Finger Lakes, al norte del estado de Nueva York.
Su camino hacia la educación superior no solo estuvo marcado por la falta de recursos, sino por haber sido madre adolescente en la escuela secundaria. Con un niño que cuidar, Dache tuvo que perseverar y recibió su GED a través de una organización comunitaria en el corazón de su vecindario Latinx en Rochester.
A partir de ahí, pasó a la universidad comunitaria SUNY Monroe donde, después de mucho esfuerzo, obtuvo el grado de Asociado después de cuatro años.
Ese fue el inicio de un largo viaje que la llevaría finalmente hasta la Universidad de Pensilvania.
“En Penn supe que no solo que ninguna otra latina había sido nombrada antes profesora titular, sino que ninguna afrolatina lo había logrado”, dijo Dache.
Tras obtener su grado asociado, Dache continuó su búsqueda académica: primero una licenciatura en literatura inglesa en SUNY Brockport, después una maestría en estudios liberales en el Empire State College y, finalmente, su doctorado en la Universidad de Rochester, con un enfoque en la educación superior y el acceso a la universidad.
Esa búsqueda se basó en identificar los efectos que tuvieron la falta de diversidad y recursos no solo en ella, sino en toda la comunidad Latinx en Rochester.
Unos efectos que fueron especialmente severos en su carrera educativa.
“El hecho de que mi primer idioma sea el español, que mis padres no hablaran inglés, hizo que aún me fuera más difícil entender las revistas académicas. Siempre me sentía como que me estaba poniendo al día y que mis compañeros sabían más que yo, que yo siempre estaba atrasada”, dijo Dache.
Años más tarde, ya como profesora titular, Dache recuerda cómo su primera profesora latina en la universidad no solo tuvo un impacto en su carrera, sino que también se convirtió en su mentora, al ser una de las pocas representantes latinas a lo largo de su carrera en la educación superior.
“Cuando llegué a la universidad, mi primera y única profesora latina se convirtió en mi asesora para mi doctorado, era mexicano-estadounidense y eso me abrió los ojos”, dijo Dache. “Recuerdo que una de las estadísticas que me había compartido sobre las latinas y la educación superior era que solo el 0,003% de las latinas tenían un doctorado y no me podía creer que ni siquiera llegara al 1%”.
Esa estadística, además de la historia de su propia familia, sería toda la motivación que Dache necesitaba para continuar con sus estudios.
“Me impulsó a superar todos los hitos educativos”, dijo.
“Me impulsó a superar todos los hitos educativos”, dijo.
Hasta el día de hoy, Dache continúa enfocando su investigación actual no solo la falta de acceso a la educación superior de los estudiantes latinos y negros, sino también la continua falta de diversidad entre profesores y estudiantes de educación superior, un hecho que la afectó a ella y continúa afectando a la comunidad Latinx.
Como revelan las estadísticas que ya le mencionaron una vez, las latinas lo tienen mucho más difícil que la mayoría. Dache incluso admite que ni siquiera sabía qué era un doctorado antes de obtenerlo.
“Esto era algo de lo mucho que no sabía. Mis padres son inmigrantes, de Cuba, donde el sistema educativo era muy diferente”, dijo Dache. “Estos conocimientos son básicos para la mayoría de las familias blancas de clase media, pero yo no tenía ni idea”.
Durante la entrevista, Dache también destacó los crecientes casos de racismo, sexismo y clasismo a los que a menudo se enfrentan las latinas y que ponen barreras en el camino de su progreso.
Desde su época de estudiante, la educación superior ha mejorado a lo largo de los años, aunque sigue siendo uno de los principales problemas que afectan a las comunidades latinas y negras.
Dache dijo saber lo que se siente al estar en un sistema educativo que no valora la diversidad, pero ahora está en una posición en la que siente que es su obligación seguir hablando sobre las dificultades de acceso a la educación superior y ayudar a cambiar el sistema desde dentro.
“Al haber llegado a ese punto en el que tenemos algo de poder para dar voz a nuestras experiencias, me siento súper privilegiada y tengo la oportunidad y la obligación de decir realmente la verdad sobre por qué es tan difícil para nosotros acceder a la educación”, dijo Dache. “Gran parte de esto no es culpa nuestra, es porque los sistemas educativos están estructurados de tal manera que nos hacen sentir invisibles”.
Para revelar esta verdad, Dache ha basado parte de su trabajo en detallar los problemas educativos de la juventud puertorriqueña en el norte de Filadelfia. Problemas básicamente de finanzas, idioma y de querer sentirse cerca de casa incluso dentro de la propia ciudad.
“Los puertorriqueños del norte de Filadelfia tienen poco acceso a la educación no solo porque el idioma es un problema importante, sino [también] porque no hay muchas universidades cerca”, dijo Dache. “Aunque Temple está cerca, todavía no está tan cerca y descubrí que muchos estudiantes puertorriqueños eligirán la universidad en función de lo cerca que les quede de sus casas”.
Todos estos problemas están vinculados a uno mayor: la necesidad de aumentar la diversidad en la educación superior para hacerla más accesible a la comunidad latina y negra. Para ayudar, Dache recomendó otro cambio: crear más programas de extensión, centros culturales y recursos para los estudiantes en el campus y los futuros estudiantes en las comunidades circundantes.
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“Creo que necesitamos crear más programas que valoren más el capital cultural que aportan los estudiantes, no solo en el ámbito académico”, dijo Dache. “Necesitamos impulsar una mayor participación local y que más estudiantes Latinx de Filadelfia participen en el diálogo”.
Como afrocubana americana, Dache también reconoce no solo su arduo trabajo para llegar a su puesto actual, sino también el arduo trabajo de generaciones anteriores a ella.
“Si rebobinamos algunas generaciones, también soy nieta materna y paterna de trabajadoras domésticas cubanas e hija de una inmigrante cubana madre de cuatro hijos, trabajadora de línea de fábrica, que se jubiló como empleada de limpieza”, dijo Dache.
Dache siempre ha tenido una fuerte conexión con sus raíces cubanas que va más allá de su investigación, y recientemente fue a Washington, DC junto con otros activistas cubanos del área de Filadelfia para manifestarse en solidaridad con los cubanos que protestaban contra el gobierno de la isla.
Esas protestas comenzaron el 11 de julio, cuando las comunidades marginadas de la nación isleña se levantaron contra la incapacidad del gobierno para abordar una serie de problemas, comenzando con el COVID-19.
“Quería abogar y crear conciencia sobre este tema porque realmente no veía que los medios lo cubrieran y era necesario”, dijo Dache.
A pesar del malestar político que continúa en Cuba, ella continúa manteniendo esa conexión con su comunidad y está decidida a defenderla asegurándose de que se escuchen sus voces y difundiendo información sobre los eventos recientes en la isla y su cultura y tradiciones.
“Comencé a convertir mi Twitter en una página de recursos para encontrar recursos sobre cubanos y afrocubanos para que la gente pudiera aprender sobre la historia de la revolución cubana y cómo fueron silenciados y avergonzados por querer un gobierno diferente”, dijo Dache como ejemplo.
Dado que el principal trabajo de investigación de Dache implica la diversidad y el acceso a la educación superior, enfatizó la importancia de su reciente nombramiento como profesora asociada para su trabajo. A los ojos de sus mentores, el trabajo habla por sí solo.
“Defiendo mi trabajo y trato de hacer preguntas realmente importantes que normalmente no se hacen cuando se trata del acceso urbano a la educación superior. Gran parte de mi trabajo se enfoca en las cosas a nivel local, pero con una lente global ”, dijo Dache. “Fue gratificante sentir que mi trabajo, que es muy crítico, estuviera siendo reconocido en Penn y, encima, saber que yo era la primera latina en conseguirlo, fue algo realmente impactante”.
Dicho esto, a pesar del impacto que tuvo en ella su mentora, Dache confesó que le hubiera gustado tener ese impacto mucho antes.
“Aunque logré navegar con éxito en la educación superior, no ver o no identificarme con los maestros siempre me hizo sentir como si fuera un caso atípico”, dijo. “Fue enorme tener un modelo a seguir y tener a alguien con quien compartir y que quería ser mi mentor y creer en mí. Desearía haberlo tenido antes, quién sabe qué podría haber pasado si hubiera tenido ese modelo a seguir antes”.
Ahora que Dache se embarca en su carrera como profesora asociada titular, confía en que más estudiantes tengan la oportunidad, a diferencia de ella, de conectarse antes con aquellos que podrían tener el mayor impacto.
“No podemos simplemente continuar con las mismas personas en la mesa, tenemos que ser iguales y tener más representación para que otros estudiantes puedan tener estas experiencias para que puedan intervenir y decir ‘esto es lo que funciona’”, dijo Dache.
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