Los filadelfianos apenas conocen el Mes de la Herencia Hispana
Después de merodear un buen rato por el parque Dilworth preguntando a los transeúntes algunas cuestiones sobre el Mes de la Herencia Hispana, mi colega y yo…
En mi infancia, como alumna de una escuela pública de primaria en Miami, el Mes de la Hispanidad fue siempre un motivo de pompa y solemnidad. Los pasillos de la escuela se adornaban con banderas y guirnaldas de los países de América Central y Sudamérica, las aulas de clases se llenaban de pósters de latinos influyentes y en las pastelerías, los cupcakes daban paso a las arepas, pastelitos de guayaba y los tequeños.
Mi momento favorito del mes era el día en que todos debíamos disfrazarnos con trajes tradicionales de dónde eran nuestros padres. Los chicos se vestían de matadores, futboleros o boxeadores, mientras que las chicas nos vestíamos de Thalía, Shakira, Frida Kahlo, Selena o como una bailarina de flamenco cualquiera.
Para diferenciarme del resto de mis amigas cubanitas, yo llevaba cada año el mismo vestido que mi familia de Mallorca -de donde son mis bisabuelos- me trajo cuando tenía seis años, hasta que crecí tanto que el dobladillo ya me quedaba por las rodillas y con solo un respiro era capaz de romper todas las costuras. El Mes de la Herencia Hispana, sin duda, es algo importante.
Pero quizás sea demasiado optimista. Estos días, mientras realizaba un video sobre el Mes de la Herencia Hispana en Filadelfia, me di cuenta de que las expectativas que despierta esta celebración son muy diferentes en una ciudad como Miami, con el 66.8% de la población hispana, a una como Filadelfia, con solo el 12.3%.
Sin embargo, al margen de las estadísticas demográficas, asumí que los ciudadanos de Filadelfia tendrían al menos un conocimiento básico sobre el Mes de la Herencia Hispana, por ejemplo, de qué fecha a qué fecha transcurre (del 15 de septiembre al 15 de octubre, tal y como lo estableció la administración Reagan), o cuál es su objetivo principal.
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Después de tres días dando vueltas por la alcaldía y el Parque Dilworth enfundadas en vestidos chillones, sujetando aparatosamente un micrófono de AL DÍA, y entrevistando a gente de todas las razas, religiones y regiones, mi colega y yo nos dimos cuenta muy pronto de la triste verdad: la mayoría de la población de Filadelfia no está bien informada sobre este periodo de celebración que se conmemora en todo el país. Los niños no sabían ni siquiera lo que significa “hispano”, los adolescentes y adultos jóvenes admitían cabizbajos no saber nada del evento, y los más mayores se reían nerviosos ante su propia ignorancia.
Sin embargo, entre cada “um”, “uh” o el absoluto silencio que conseguimos de esas entrevistas, también nos llegó el deseo de querer saber más. A preguntas cómo: ¿Por qué cree que es importante reservar un día, semana, o mes para celebrar las minorías?, ¿Por qué cree que este mes es especialmente importante dado el clima político actual? ¿Qué diferencia cree que existe entre los términos “Hispano” y “Latino”?, ¿Qué contribuciones cree que ha hecho la comunidad latina o de descendencia hispana a este país?, primero recibimos miradas de extrañeza, pero después la gente se animó a dar respuestas más emotivas y más elaboradas, que claramente articulaban el deseo de estar socialmente más comprometidos con la historia de los hispanos/latinos y su comunidad.
El interés está ahí, así que, ¿por qué la alcaldía no lo ha aprovechado?
En la web de la Ciudad de Filadelfia, actualmente en fase de remodelación, no hay ningún calendario de eventos que recopile la oferta de actividades culturales de la ciudad, incluyendo acontecimientos como el Mes de la Herencia Hispana. Otros blogs más populares de la ciudad, como VisitPhilly y UWishUNu, han hecho un trabajo mejor a la hora de dar publicidad al Mes de la Herencia Hispana en Filadelfia, pero solo destacan los eventos estrella, como desfiles y encuentros en bares.
Corríjanme si estoy equivocada, pero estoy bastante segura de que la herencia hispana es mucho más compleja y diversa como para reducirla a meros bailes folclóricos y puestos de venta de elotes. No negaré que pueden ser festivales alegres y deliciosos, pero la comunidad de habla hispana y portuguesa de Filadelfia se merece más visibilidad, por ejemplo, haciendo difusión de los eventos de tipo “educativo”, más allá del puro “entertainment”.
Y no solo eso. Hay que plantearse qué se está enseñando a los jóvenes en las escuelas. ¿Se está prestando la misma atención al Mes de la Herencia Hispana que, por ejemplo, al Mes del Legado Negro o al Mes del Legado de las Mujeres en la aulas?. Y si es así, ¿por qué?
La Oficina del Censo estima que los hispanos representarán el 57% de la población de EE.UU. en 2050. La Ciudad y el Distrito Escolar deberían ser inteligentes y utilizar el Mes de la Herencia Hispana como un período oportuno para preparar y formar a la actual generación sobre la emocionante diversidad de historias, culturas y preocupaciones que marcarán la generación del futuro.
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