Hace un año la terrible noticia de la muerte de Breonna Taylor daba la vuelta al mundo. Breonna estaba durmiendo en su casa cuando la policía irrumpió y la mató a tiros durante un operativo policial por una investigación de narcóticos. -Tres policías entraron a la casa de Taylor vestidos de civiles buscando drogas que jamás se encontraron en el domicilio. 

Su caso originó protestas multitudinarias en numerosas ciudades de Estados Unidos contra el racismo y la violencia policial. 

Este fin de semana, Tamika Palmer, madre de Breonna y quien se ha convertido en una activista y referente contra el racismo sistémico de la policía estadounidense, lideró una marcha con el lema “Justicia para Breonna Taylor”. Cientos de personas se concentraron en la Plaza Jefferson, en Louisville, donde durante meses se mantuvo un memorial en honor a la Taylor con una imagen de su rostro, flores y mensajes en su honor.

La plaza se encontraba llena de activistas, amigos y ciudadanos que exigen justicia para el caso de Taylor y para exigir cambios estructurales en la relación de la Policía con la comunidad negra.  Los abogados Lonita Baker y Benjamin Crump, representantes legalmente de la familia de Taylor, hablaron en la manifestación dirigiéndose a la madre de Breonna y a su familia con palabras de consuelo y fuerza para esta lucha que aún no recibe justicia.

Si bien la familia de Breonna ha recibido una indemnización de 12 millones de dólares como resultado de la demanda civil contra la ciudad de Louisville, ninguno de los tres agentes que irrumpieron en la casa han sido imputados por la muerte de Taylor, aunque dos de ellos fueron despedidos de sus puestos de trabajo el diciembre pasado. 

La madre de Taylor continúa luchando en nombre de su hija hasta que el compromiso de reformar el departamento de policía de Kentucky se materialice y pueda hacerse justicia por Breonna, por George Floyd y por tantos otros miembros de la comunidad afroamericana que han sufrido abusos y violencia racista por parte de la policía en EE.UU.