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Francisco había recibido burlas por Internet, pero nunca antes una amenaza de muerte. Photo: BBC
Francisco había recibido burlas por Internet, pero nunca antes una amenaza de muerte. Photo: BBC

El pequeño Thunberg colombiano amenazado por los enemigos del planeta

Francisco Vera tiene 11 años, pero lleva desde los 6 militando en favor del clima en un país donde los activistas ambientales llevan una diana en la frente.

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Hace sólo unas horas veíamos impactados las imágenes de una protesta en India donde granjeros quemaban fotografías de la líder climática Greta Thunberg, que desde muy joven se convirtió en una de las más críticas y valientes voces de la lucha por el clima. 

Thunberg, cuya imagen infantil con su impermeable amarillo ya es icónica, es una adolescente de 18 años. Pero sus herederos son muy niños y pelean por causas similares en sus respectivos países, donde a menudo llegan a poner en peligro sus vidas. 

Este es el caso de Francisco Vera, al que apodan “el niño ambientalista” en Colombia, pero que por su arrojo, su madurez y su ardida defensa del clima es bastante más que eso. 

Francisco empezó su activismo a los seis años, cuando asistía de la mano de su familia a las protestas contra las corridas de toros. 

Su temprana vocación y amor por la naturaleza lo llevó a implicarse en otras muchas campañas en favor de las reservas naturales y contra la minería, o en acciones de reciclaje, hasta que fundó con 9 años un grupo ecologista llamado Guardianes de la vida. 

Al principio, contó a BBC, sólo eran él y seis amigos, pero ahora hay más de 200 personas siguiendo a Vera en toda Colombia e incluso fuera del país. 

Ser un “guardián de la vida” entraña numerosos riesgos, en especial en Colombia, que encabeza la lista mundial de ambientalistas asesinados por testaferros trabajando a las órdenes de intereses mineros o de la agricultura a gran escala. 

Vera ya había denunciado incansable estos temas y había sufrido burlas por Internet, según expuso su madre, pero cuando llegó la pandemia de COVID-19 y el país se paralizó, el joven activista, famoso también por su defensa de los derechos de los niños, reclamó una mejora urgente del acceso a la educación. 

Y entonces, Francisco empezó a recibir amenazas de muerte. La primera fue el pasado 15 de enero, cuando recibió un anónimo en Twitter justo después de publicar un video en donde pedía al gobierno una mejora de la conexión a Internet para los niños que estudian en sus casas. 

El incidente conmocionó a Colombia y quienes vigilan y dan cuenta de las frecuentes agresiones que reciben los líderes comunitarios. 

“Este tipo de amenazas son habituales y suelen quedar impunes”, dijo a BBC la activista Lourdes Castro, de Somos Defensores. 

“Amenazar a un niño de 11 años lo único que demuestra es que hemos llegado a nuevos niveles de intolerancia y falta de respeto por la libertad de expresión”, denunció. 

Tras el incidente, la Alta Comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, envió una carta a Francisco Vera  agradeciendo su activismo y su “pasión por proteger el planeta”, y dándole la razón respecto a la necesidad de una mejor conexión a Internet para todos los niños y las niñas del mundo. 

El ambientalista celebró el reconocimiento, pero tuvo también algunas palabras para quienes intentan socavar con la violencia la libertad de expresión.

“La crítica es parte de la vida, y la acojo con agrado siempre que sea constructiva y respetuosa”, dijo. “Pero obviamente no hay lugar para los insultos y las amenazas”. 

De nuevo, los niños vuelven a darnos lecciones a los adultos de las que deberíamos tomar buena nota.