El negocio “verde”: La batalla de Mexico por el cuero para veganos
Varias empresas ya están comercializando biomateriales creados a partir de cactus o bacterias presentes en la fresa. ¿Está Mexico a la cabeza de un rentable…
En un país como Estados Unidos, donde la cultural del BigMac ha dejado paso a las alternativas saludables, el estilo de vida vegano ha crecido en un 500% en los últimos cinco años. Bien sea por conciencia, religión, necesidad o moda pasajera, lo cierto es que este grupo de población está formado por más de 600 millones de personas en todo el mundo y está en imparable ascenso, sobre todo en Estados Unidos y Mexico, donde los emprendedores del país exploran nuevas formas de satisfacer a la gran demanda de productos, y no solo nos referimos a la dieta y la cosmética.
A principios de este año, la mexicana Polybion anunciaba la creación de un biotextil a partir de desechos agroindustriales, que aprovechaba el trabajo de transformación de residuos de las bacterias en restos de mango y fresa para obtener una materia que asemejaba al cuero.
Desserto es el primer cuero fabricado a partir de cactus nopales, que abudan en Mexico.
Pero ahora dos emprendedores mexicanos han logrado un cuero orgánico y vegano tan resistente y elástico como el sintético o el animal, solo que sostenible y hecho a base de cactus.
O mejor dicho, nopales, un tipo de cactus que abunda en el país y que no precisa de agua para crecer. Así lo aseguraron sus creadores Adrián López Velader y Marte Cázarez, para quienes “Desserto” es el primer cuero orgánico realizado con esta planta y en cuya producción no se utiliza ningún tipo de químico tóxico, ftalato o PVC, aunque solo sea parcialmente degradable.
A un océano de distancia, aunque de raíces Hispanas, la creadora de Ananas Anam, Carmen Hinojosa, presentó a finales del pasado año una alternativa sostenible al cuero fabricada con hojas de piña, Piñatex, que utilizan gabricantes como Hugo Boss.
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Según informó Hinojosa a Reuters, aunque las fibras de piña se procesan en España, su cultivo y el pelado de fibras se realiza en Filipinas.
Grandes cadenas de tiendas se han lanzado a la moda “veggie” mientras en el lineal de al lado la ética no tiene cabida.
Científicos y fabricantes están investigando nuevos materiales a partir del residuo de uva, los posos de café e incluso las setas y champiñones.
Ahora bien, ¿en qué medida la ausencia explotación animales excluye o incluye la laboral? ¿Cómo pueden estar los consumidores veganos seguros de que su compra es éticamente consecuente a todos los niveles?
Ahora que numerosas celebridades y diseñadores se han lanzado a la carrera por la moda ecológica y grandes cadenas crean líneas de ropa “veggie” mientras en el lineal de al lado la ética no tiene cabida, conviene revisar nuestros principios y tal vez preguntarnos en qué medida un pujante negocio es también una pujante oportunidad para el medio ambiente o solo otro de sus males.
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