[OP-ED]: La retórica anti-latina está elevando muros dentro de nuestras escuelas
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Donald Trump llegó a la Casa Blanca promoviendo la idea de que los musulmanes tienen una propensión al terrorismo, que los afroamericanos viven en ghettos en dilapidadas zonas de guerra y que los latinos son inmigrantes ilegales que traen la delincuencia a nuestras comunidades.
Si uno forma parte de uno de esos grupos, esas ideas logran penetrar en su mente, aún cuando uno trata de impedir que lo hagan.
No hace mucho tiempo yo salía de Walmart con un carro lleno de cosas y un empleado en la puerta, un señor blanco mayor, me paró para chequear mi recibo e inspeccionar mi carro.
Algo similar sucedió en una tienda diferente el mes pasado. Estaba empujando mi carro por el pasillo y una señora mayor blanca, aparentemente sin motivo, fue sumamente grosera y condescendiente conmigo.
Quizás era sólo una idiota. Quizás tenía un mal día. Pero tuve que preguntarme si la mujer sintió que podía ser prepotente conmigo porque era blanca y yo no lo soy.
Cuando uno tiene ese tipo de experiencia hay dos opciones: (1) Sentirse mal por los demás porque, potencialmente, discriminaron contra uno o (2) Sentirse mal por uno mismo por pensar que hubo discriminación. (¿Estaba yo atribuyendo conductas a esos individuos a causa de su raza o etnia?)
De cualquier manera, uno se siente mal.
Esas experiencias cotidianas dejan su marca—a veces en formas totalmente inesperadas.
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Por ejemplo, un estudio reciente que apareció en línea en la publicación Ethnic and Racial Studies, halló que los varones latinos de la escuela media con mayor conocimiento de la ley de Arizona SB1070—también conocida como la ley de “muéstreme sus papeles”—tuvieron más problemas para controlar su conducta en el aula que las chicas con conocimiento semejante de esa ley y que los varones con menos conocimiento de esa ley.
Hay varios factores en juego. En primer lugar, está documentado que los varones tienen más dificultad que las mujeres en controlar su conducta en el aula. Y los autores, todos ellos investigadores de la Universidad del Estado de Arizona en Tempe, señalan: “Hay creciente literatura psicológica que sugiere que los varones tienen más probabilidades de percibir la discriminación que las mujeres.”
En general, los niños y los muchachos latinos tienen más riesgo que sus pares blancos y que las muchachas de retrasarse en lectura y matemáticas. Los niños latinos, según los autores, “podrían enfrentar ya presiones sociales que desalientan las conductas auto-regulatorias en entornos académicos (por ejemplo, presión de los pares para hacer parecer que la escuela no les importa).”
Cuando echamos a esa pila los trastornos causados por los posibles efectos de la SB1070 sobre estructuras familiares frágiles—es decir, saber que un familiar vive en el país sin permiso o tener un pariente cercano bajo riesgo de remoción—los mismos muchachos reportaron niveles menores de conducta en la clase, como no poder seguir las instrucciones del maestro o permanecer en silencio mientras los demás hablan.
“[Eso] sugiere que los varones latinos, muchos de los cuales pertenecen a familias inmigrantes o coexisten con inmigrantes en sus comunidades y escuelas, pueden correr riesgo de sufrir problemas de ajuste académico como resultado de la imposición estricta de leyes de inmigración,” escriben los autores. “Los varones latinos tienen las [tasas] de deserción escolar más altas comparadas con cualquier otro grupo en Estados Unidos. (Departamento de Educación de Estados Unidos, 2014). Por lo tanto, es fundamental identificar factores que obstaculizan y promueven las perspectivas educativas de esos jóvenes.”
Que los temores de que las deportaciones que dividen a las familias tengan un efecto adverso sobre los estudiantes latinos no es sorpresa. Pero es aleccionador que el mero conocimiento tenga esos efectos.
Considerando que las investigaciones de todo el país documentaron en las escuelas instancias de matonismo y racismo relacionadas con la inmigración, una cosa está clara: No se ha financiado ni construido ningún muro fronterizo, sin embargo el compromiso de Trump con esa idea tendrá un duradero impacto negativo en una porción creciente de los estudiantes de las escuelas públicas del país.
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