El establecimiento demócrata tiene tanto miedo al cambio, el cambio progresista, por supuesto, que el presidente de su Comité Nacional, Tom Pérez y compañía, parecen preferir otro mandato de Trump en lugar de nominar a Bernie Sanders, el único candidato presidencial democrático capaz de expulsar de la Casa Blanca al personaje corrupto y grosero que ahora la ocupa. Debería darles pena.

"Bernie Sanders es el más elegible porque es el candidato demócrata más fuerte", dijo Connie Milton en Facebook. "Tiene la calificación de favorabilidad más alta, es el senador más popular, obtuvo la mayoría de los votos en Iowa y New Hampshire, tiene la mayoría de los voluntarios, la mayoría de los donantes, la mayoría de los asistentes a los rallies,  el de más seguidores en las redes sociales, genera el mayor entusiasmo y es más capaz de atraer una coalición ganadora de demócratas, independientes, Greens, republicanos y nuevos votantes ".

Aún más, Sanders es un político decente, veraz e inteligente, algo cada vez más raro en estos tiempos. El viernes pasado recibió el respaldo del alcalde de Nueva York, Bill de Blasio.

"Estoy con Bernie porque él está con las familias trabajadoras, y siempre lo ha estado", dijo de Blasio. El senador de Vermont nació y creció en Brooklyn. "Los neoyorquinos conocen muy bien el daño causado por la xenofobia, racismo e imprudencia de Donald Trump, y Bernie es el candidato para enfrentarlo y derribarlo".

Sin embargo, el DNC preferiría nominar a alguien como Pete Buttigieg, quien además de tener una experiencia muy limitada, ha dicho que está dispuesto a invadir México y está respaldado por dinero corporativo. Esta, por supuesto, es una de las razones por las que le gusta al DNC. Mayor Pete no sacudirá ninguna mata en el improbable caso de resultar electo. Más de lo mismo.

Entra el oligarca Michael Bloomberg. Este está gastando millones para comprar la nominación. Ya había hecho algo similar antes, cuando utilizó su billonaria fortuna para comprar un tercer mandato ilegal como alcalde de la ciudad de Nueva York.

No es extraño que la campaña de Bloomberg ya haya demostrado que el establecimiento demócrata se esforzará por no criticar las posturas y declaraciones que típicamente preocupan a los demócratas, como su conocido apoyo a la política de detención y registro (stop and frisk), las escuelas charter y los grandes bancos, así como su escepticismo sobre el movimiento #MeToo y sus odiosos comentarios sobre las mujeres.

No se engañe, con excepción de Sanders, todos los demás no son más que el mismo perro con diferente collar.