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Dos datos recientes dan pistas de lo que ocurre con la sociedad en Estados Unidos, particularmente con los jóvenes.
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Más allá de las estadísticas | OP-ED

Dos datos recientes dan pistas de lo que ocurre con la sociedad en Estados Unidos, particularmente con los jóvenes.

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La Universidad de Michigan dio a conocer en estos días unas estadísticas preocupantes. Asegura que la primera causa de muerte entre niños y adolescentes en Estados Unidos está relacionada con el uso de armas de fuego. En 2020 murieron 4.300 jóvenes menores de 19 años por disparos. Corresponden a 2020 y es la primera vez que ocupa ese lugar, superando a los accidentes de tránsito.

Para sus conclusiones, la Universidad tuvo en cuenta la información de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC), publicada hace dos semanas. De los 45.222 estadounidenses que murieron en esas condiciones, 4.300 fueron jóvenes, entre homicidios y suicidios. Los homicidios aumentaron 33,4% en comparación con lo ocurrido en 2019. En el caso de los suicidios el aumento fue de 1,1%.

En este ranking macabro le siguen entre las causas los accidentes de tránsito, con 3.900 muertes, y la sobredosis de drogas, con 1.700. 

No extrañan, pero sí preocupan las muertes mediadas por armas de fuego, en un país que mantiene el porte de armas avalado por la Constitución, donde circulan unos 400 millones de armas, pero con muchos casos de masacres o acciones individuales que, de todas maneras, mantienen inamovible la posibilidad de restricciones, con la fuerte y poderosa oposición de la Asociación Nacional del Rifle (NRA).

El otro dato preocupante de estos días tiene que ver con el empleo de los jóvenes. Una encuesta realizada por Intellugent.com y referida por bloomberglinea.com advierte que el 25% de los jóvenes mayores de 25 años graduados en universidades no trabajan en campos relacionados con lo que estudiaron. Una misma proporción gana menos de 30.000 dólares al año.

En la parte salarial, de acuerdo con la encuesta realizada entre mil jóvenes, se nota una profunda inequidad según el tipo de estudios que se realicen. Por ejemplo, ganan hasta 90.000 dólares al año quienes han hecho carreras relacionadas con ingenierías, empresariales e informática. Esto lo manifestó el 40% de los consultados que estudiaron en esos campos.

En contraste, quienes escogieron profesiones relacionadas con ciencias sociales, educación y comunicación aseguraron en más del 40% que sus ingresos al año están en 45.000 dólares.

A estas cifras deben agregarse la inflación y los altos costos de la educación superior, que para el sector privado puede ser de 38.000 dólares la matrícula. En febrero, un estudio del Centro de Investigación Nacional de Compensación de Estudiantes reveló que desde mediados de 2019 cayó 6,6% la matrícula de pregrado en las universidades. Eso se traduce en más de un millón de jóvenes que no ingresaron, agravado por las circunstancias de la pandemia. 

Los indicadores sobre las causas de muerte entre jóvenes y las condiciones que tienen para estudiar y trabajar hacen parte del rompecabezas de lo que les ocurre en Estados Unidos y que deben ser atendidos para impedir crisis mayores.

 

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