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Muchos lo han definido como el peor día en la historia del soccer de los Estados Unidos. Y así es. También es cierto que Panamá se vio ayudada por un gol que jamás cruzó la línea de meta costarricense, pero también es cierto que el resultado final hizo válido el refrán quien mal empieza mal acaba. EFE
Muchos lo han definido como el peor día en la historia del soccer de los Estados Unidos. Y así es. También es cierto que Panamá se vio ayudada por un gol que jamás cruzó la línea de meta costarricense, pero también es cierto que el resultado final hizo…

[OP-ED]: El peor día en la historia del soccer de Estados Unidos

Parecía que todo estaba encarrilado tras la victoria en Orlando, 4-0, sobre Panamá. El Team USA únicamente necesitaba un punto ante la débil Trinidad y Tobago,…

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Pero la debacle se consumó. La selección de las barras y las estrellas había realizado un hexagonal tremendamente irregular, encontrándose al límite del precipicio en muchos momentos y al final acabó por precipitarse al abismo. Dos rápidos goles de los locales -el primero de Omar González en su propia meta- abrieron una brecha insalvable, a pesar de que el Chico Maravilla de Hershey, Christian Pulisic, redujera diferencias a inicios de la segunda mitad.

Muchos lo han definido como el peor día en la historia del soccer de los Estados Unidos. Y así es. También es cierto que Panamá se vio ayudada por un gol que jamás cruzó la línea de meta costarricense, pero también es cierto que el resultado final hizo válido el refrán quien mal empieza mal acaba.

El hexagonal no empezó mal, sino fatal para los Estados Unidos. La escuadra todavía entrenada por Jurgen Klinsmann debutó en el torneo cayendo en casa frente a México, 2-1. La primera victoria azteca en tierras americanas en un partido clasificatorio para la Copa del Mundo desde 1972 no era un buen presagio. Después, el Team USA fue vapuleado en Costa Rica, 4-0, y Klinsmann fue destituido. En un torneo para olvidar, Estados Unidos solo pudo sumar un punto en sus duelos dobles frente a las otras dos potencias de CONCACAF: México y Costa Rica.

La vuelta de Bruce Arena al banquillo estadounidense fue como un bálsamo que duró cuatro encuentros y se extendió hasta el triunfo en una Copa de Oro en la que no podemos olvidar que mexicanos y costarricenses no contaron con sus onces de gala. Arena, el entrenador que ha obtenido el mejor resultado en una Copa del Mundo (cuartos de final en 2002) en la era moderna del soccer estadounidense, supo recuperar al vestuario y recobró la esperanza de la afición después de un convincente empate en México, 1-1, con un golazo del capitán, Michael Bradley.

Bajo la dirección de Arena, el Team USA encadenó nueve meses y medio sin perder. Sin embargo, el deporte ha evolucionado muchísimo en los últimos quince años. El veterano entrenador no acabó de encontrar una alineación fija. Como ejemplo: los cuatro defensas que alineó en la séptima jornada contra Costa Rica fueron totalmente diferentes a los cuatro que jugaron dos encuentros después frente a Panamá. Arena no supo ajustar un sistema 4-4-2 demasiado estático, con dos mediocentros actuando siempre en línea y permitiendo a los rivales progresar atacando los espacios para generar peligrosas oportunidades. Así, dos goles de Marco Ureña hicieron saltar las alarmas con el triunfo costarricense en Nueva Jersey, 2-0. Las cosas parecieron arreglarse, gracias a un empate in extremis, 1-1, en Honduras, firmado mediante un tanto de Bobby Wood, y destrozar a Panamá la semana pasada con un esquema ultraofensivo en el que brillaron Pulisic y el rocoso delantero Jozy Altidore.

Pero, cuando un empate en Trinidad y Tobago era suficiente, cuando había que manejar las cosas, Arena repitió la misma alineación que frente a Panamá, dejando enormes espacios que los locales supieron explotar ante un conjunto estadounidense atenazado e incapaz de reaccionar.

Las grandes derrotas suelen abrir periodos de reflexión que acaban haciendo a los equipos más grandes. Pero el mazazo es demoledor y a los Estados Unidos les costará reaccionar. ¿Qué debe cambiar? Primero, la estructura del soccer estadounidense tiene que incluir a más gente rodada en el deporte, capaz de tomar las decisiones adecuadas cuando son necesarias. Está claro que el soccer ha crecido en el país y que cada vez surgen más chicos con talento. Habría que buscar que estos diamantes en bruto emigraran pronto a Europa, donde pueden tener un proceso formativo superior al que ofrecen por el momento las academias de la MLS. Casos como el de Pulisic o Josh Sargent, estrella de la selección sub-17, fichado ya por el Wender Bremen, deben repetirse con mayor asiduidad.

Por último, creo que la batuta del Team USA tiene que ser llevada por un entrenador experimentado en el soccer mundial, capaz de enseñar a Estados Unidos a competir y resolver situaciones complicadas, como las que ha planteado este hexagonal clasificatorio. Vamos, se necesitaría un Klinsmann pero sin el enorme ego del alemán. Soluciones hay. Es cuestión de saberlas buscar para revertir una situación que nos permita a todos salir del tremendo estado de shock en el que estamos absortos desde el martes pasado.