Estoy seguro de que ustedes están de acuerdo en que el mundo no es precisamente agradable en este momento. En realidad, es tan cruel, peligroso e injusto como una película de Mad Max. Excepto que este es, por supuesto, real y sus consecuencias son devastadoras.

La conjunción de la horrible pandemia de Coronavirus, con Donald Trump, un individuo ignorante, codicioso, inmoral y con enorme poder que resulta ser presidente de los Estados Unidos, hace la vida difícil, miserable e incierta para el mundo entero.

Con una crueldad casi increíble, en medio de una pandemia global de alcance y consecuencias impredecibles, la administración Trump ha aumentado la presión sobre el gobierno venezolano y su presidente, Nicolás Maduro. Prometiendo "aplastarlo" y ejercer "máxima presión" en el mes de marzo, Trump ha impuesto sanciones aplastantes que obligan a Venezuela a gastar tres veces más en combatir la epidemia que los países no sancionados. Mientras proclama hipócritamente que quiere ayudar al pueblo venezolano, en realidad ha adoptado medidas que lo castigan, incluso aumentando sus posibilidades de morir por el virus.

 El editor de GrayZone, Max Blumenthal, tuiteó: “El régimen de los Estados Unidos ha ofrecido una recompensa al estilo de la mafia en la cabeza del líder electo de Venezuela y preparó el escenario para una intervención al estilo de Panamá. Busca instalar a Juan Guaidó, una marioneta no elegida que ha trabajado mano a mano con la pandilla de narco Los Rastrojos en Colombia ".

Pero tal crueldad no es suficiente para Trump y sus cómplices. La administración Trump también está pidiendo a los países que se están beneficiando de la generosidad de Cuba y sus médicos, Italia incluida, para combatir el Coronavirus, que rechacen dicha ayuda. No es que Trump ofrezca enviar a médicos de EE. UU. a tomar su lugar, u ofrezca proporcionar interferón alfa-2b, como lo hace Cuba, un medicamento que ha demostrado ser efectivo cuando se utiliza para tratar a más de 1,500 pacientes con Coronavirus.

La persona que ocupa la Casa Blanca solo exige que esas naciones permitan que sus ciudadanos mueran sin ayuda debido a su falta de solidaridad humana y su odio desbocado a Cuba, Venezuela, América Latina y los latinos en general.

Este es el mundo en el que vivimos hoy. Y solo se me ocurre terminar con las palabras del poeta cubano Roberto Fernández Retamar: "Buena suerte viviendo".