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En la foto: la intérprete Marina Gross, toma nota cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, habla con el presidente ruso Vladimir Putin al comienzo de su reunión personal en el Palacio Presidencial en Helsinki, Finlandia. Fuente: https://www.voanews.com/
En la foto: la intérprete Marina Gross, toma nota cuando el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, habla con el presidente ruso Vladimir Putin al comienzo de su reunión personal en el Palacio Presidencial en Helsinki, Finlandia. Fuente: https:/…

¿Podrá la intérprete de Trump en Helsinki ser la clave para el Russiagate?

Marina Gross se ha transformado en el personaje más importante para legisladores demócratas en medio del fuego cruzado por la supuesta “traición” de Donald…

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Si las paredes hablaran, la realidad política de Estados Unidos sería otra.

Desde que se demostrara la injerencia rusa en los comicios del 2016 a través del pirateo cibernético, la presión sobre el equipo de campaña de Donald Trump ha crecido cada vez más, llegando a la puerta de la Oficina Oval.

Pero el comportamiento del presidente durante la reunión en Helsinki con su homólogo ruso, Vladimir Putin, dejó en claro que la relación entre ambos mandatarios no es común y corriente.

Sin mayores discusiones previas por parte de los asesores ni con una línea de debate establecida, ambos presidentes se reunieron durante más de dos horas el pasado lunes en la capital finlandesa en compañía tan sólo de sus intérpretes, algo más que inusual en reuniones diplomáticas.

Según argumentó la Casa Blanca, “Trump solicitó tiempo a solas con Putin para evaluarlo mejor y desarrollar una relación de líder a líder,” en especial después de su obsesión con las “filtraciones” de información provenientes de su propio equipo en casa.

La intérprete del presidente estadounidense, Marina Gross, se ha transformado desde entonces en el foco de la obsesión de muchos quienes creen que ella sería la única poseedora de la información que se discutió en la reunión, considerando la posibilidad de que “Trump hiciera promesas escandalosas a Putin”, explicó EFE.

“Ella es la única testigo fiable de la conversación entre los dos líderes”, opinó el representante demócrata Bill Pascrell, una aseveración con la que pareciera estar de acuerdo la mayor parte del país.

Ante la creciente desconfianza de la opinión pública sobre la “lealtad” del presidente a las prioridades del país – lo que ha alimentado teorías conspirativas sobre la legitimidad del Russiagate – Trump se ha visto representado como una “marioneta” de Moscú, lo que se traduciría en una grave crisis de seguridad nacional.

Es por ello que varios legisladores demócratas han exigido al Congreso que se llame a la veterana intérprete del Departamento de Estado a que testifique a puertas cerradas para dar detalles sobre la conversación entre Trump y Putin.

Legisladores como Jeanne Shaheen (New Hampshire), Joe Kennedy (Massachusetts) y Bob Menendez (New Jersey) han hecho un llamado público a que se publiquen “aunque sea las notas” de Gross.

El representante Bill Pascrell dijo que “las concesiones que el Sr. Trump hizo en público al Sr. Putin significaban que el Congreso y el público estadounidense merecen saber los detalles de su conversación privada”, según reportó la BBC.

Gross tiene décadas de experiencia como funcionaria del Departamento de Estado, “traduciendo en los más altos niveles”, como explicó CNN, y parte de su labor consiste precisamente en pasar desapercibida y en la más absoluta discreción, lo que hace que su posible declaración ante el Congreso no tenga ningún precedente legislativo.

El director del comité de asuntos exteriores en Moscú, Kinstantin Kosachev, incluso declaró que “la idea de cuestionar a un intérprete marca un precedente peligroso que amenazaba la idea general de la diplomacia”, reportó Associated Press.

“Es algo que nunca ha sucedido en la historia estadounidense” dijo Harry Obst, intérprete para siete presidentes, a USA Today. “Y si no ha pasado en 200 años, debe haber una muy buena razón para ello”.

La razón podría ser que esta es la primera vez que un presidente de Estados Unidos desacredita públicamente a sus propias agencias de inteligencia y pone por encima la declaración de un presidente autócrata como Vladimir Putin, cuyo gobierno está bajo investigación por supuesta colusión con un presidente electo en Washington.