Aumenta la tensión en la Península de Corea, después de que el régimen de Kim Jong-un realizara otra prueba subterránea de un arma nuclear el pasado domingo. Ante la amenaza inminente, el gobierno de Corea del Sur ha requerido la autorización de Estados Unidos para aumentar el límite en el tamaño de sus cabezas de misiles de guerra, que podrían ayudar en una respuesta en caso de la declaración abierta de un conflicto bélico.

Según reportó Reuters, el ejercicio nuclear del pasado domingo sería el sexto y más grande llevado a cabo por Corea del Norte, y los funcionarios del gobierno del país vecino aseguran que se han realizado varios traslados de armas hacia la costa oeste, en lo que se espera sea otra prueba de misiles balísticos intercontinentales el día 9 de septiembre.

Por su parte, el gobierno de China condenó la prueba nuclear, demostrando su profunda preocupación después de que Corea del Norte asegurara que habría diseñado una bomba de hidrógeno que podía ser transportada por un misil balístico intercontinental.

Si bien el país oriental ha sido no sólo es vecino inmediato de Corea del Norte, sino también su benefactor económico y protector comunista desde 1950, según Forbes, Beijing estaría utilizando la histeria de Corea del Norte para mostrarse al mundo como una nación más conciliatoria en comparación, y es por ello que ha estado de acuerdo con la imposición de más sanciones por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. 

Asimismo, otro de los aliados históricos de Corea del Norte ha manifestado su preocupación por el incremento de tensiones entre la península y Estados Unidos. El Presidente ruso, Vladimir Putin, ha declarado este martes que la solución entre ambos países debe volver a ser el diálogo, evitando una “catástrofe global” que afectaría a millones de personas, según reportó CNN.

Por su parte la Embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas, Nikki Haley, aseguró que Corea del Norte está “rogando por una guerra”, y urgió al Consejo de Seguridad que impusiera nuevas e inmediatas sanciones a Pyongyang para detener su programa nuclear.

Pero Putin sentenció que cualquier sanción nueva será “inútil e inefectiva”, pues Kim Jong-Un “preferiría que su gente comiera pasto” antes de ver a su régimen fracasar.