¿Qué podemos aprender los Latinos sobre las protestas en Hong Kong?
Las manifestaciones en Hong Kong podrían ser un ejemplo para crear consciencia sobre los estados de vigilancia, especialmente para los latinos en Estados…
A principios de junio aproximadamente un millón de personas salió a las calles de Hong Kong para manifestar en contra un proyecto de ley que permitiría extradiciones a China.
La oposición de los manifestantes hacia el proyecto es racional: intentan resguardar su autonomía y la libertad legal de su ciudad para que no caiga en manos de las leyes de la República Popular de China, sometiendo así a los habitantes de Hong Kong a un sistema legal diferente.
Aunque el proyecto de ley fue suspendido este miércoles para calmar las primeras manifestaciones, lo único que ha menguado ha sido la bolsa hongkonesa que ha salido en alza con un 3%. Sin embargo, para los protestantes el gesto llega tarde y es corto.
Las manifestaciones han continuado con el mismo modus operandi de hace semanas: unos protestantes se cubren la cara mientras otros hacen brillar láseres de alta potencia directamente a las cámaras de vigilancia, una táctica de protesta de alta tecnología destinada a confundir a la policía en las calles de Hong Kong.
De lograr extraditar a las personas desde Hong Kong a China, se desdibujaría la línea que actualmente separa los dos sistemas legales. Eso podría conducir a que los ciudadanos sean sometidos a la misma vigilancia estricta de los chinos continentales.
Por lo tanto, el uso de estos láseres es uno de los esfuerzos más importantes para enmascarar las identidades de aquellos que protestan, ya que las cámaras de seguridad y reconocimiento facial reflejan la sospecha generalizada de que las líneas entre China y Hong Kong ya no existen.
Según escribió David Carroll en un artículo de Qz, Estados Unidos ya es un estado de vigilancia similar al de China, especialmente por cómo ha venido usando la tecnología para controlar poblaciones minoritarias.
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Por ejemplo, en China, los uigures - miembros de un grupo étnico mayoritariamente musulmán - iven bajo las medidas de vigilancia más intensas de la nación y, si esta vigilancia revela algo que desagrada al gobierno, los uigures son enviados a campos de concentración que China prefiere llamar "campamentos de re-educación".
Si bien ese tipo de censura la podría hacer cualquier gobierno, el asunto más alarmante son los campos de concentración.
Mientras tanto, en los EE.UU., la atención se centra en los inmigrantes que ingresaron ilegalmente al país, pero los medios para controlar a la población no son tan diferentes.
En el mes de julio el ICE fue denunciado por un informe del Centro de Privacidad y Tecnología de Georgetown Law, por utilizar sin consentimiento las bases de datos de las licencias de conducir estatales para escanear millones de fotos de ciudadanos estadounidenses e inmigrantes legales o indocumentados para realizar deportaciones masivas.
Según Carroll, los agentes del ICE ahora están equipados con una app que tiene una interfaz de usuario "aparentemente optimizada para la limpieza étnica" para ayudarlos a "identificar objetivos para deportación". Estados Unidos incluso tiene su propia versión de campos de concentración en sus centros de detención.
Las protestas en Hong Kong nos trasladan a un futuro próximo, en el que quizás los latinos podrían comprometerse tanto como los protestantes hongkoneses a la hora de defenderse y estando completamente preparados para resguardar sus espacios e identidades.
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