Suicidio y desesperación: la realidad de los jóvenes inmigrantes en centros de detención en Chicago
Una investigación de ProPublica y Mother Jones ha arrojado luz sobre la pesadilla que viven cientos de jóvenes inmigrantes indocumentados en centros de…
Para muchos en el país, los menores de edad indocumentados y detenidos al ser separados de sus familias en la frontera son tan sólo una imagen abstracta. Pocos pueden realmente imaginarse, mucho menos entender de primera mano, el día a día que viven estos niños, desde menores de un año maltratados por otros niños hasta adolescentes desesperados que sólo piensan en quitarse la vida.
ProPublica Illinois y Mother Jones han publicado una serie de datos, tanto recientes como de hace algunos años, obtenidos a través de miles de archivos confidenciales sobre “nueve albergues financiados por el gobierno federal en el área de Chicago” y operados por Heartland Human Care Services.
Si bien los datos reflejan la realidad puntual de albergues en Illinois, son indudablemente una muestra de situaciones simultáneas y propagadas por todo el territorio nacional.
“Los documentos revelan las rutinas de la vida en los albergues, días marcados por tedio y miedo mientras los niños esperan y esperan y esperan para irse”, explica ProPublica. “Pasan sus días tomando clases de inglés y aprendiendo sobre peculiaridades como el argot americano (…) Se quejan de la comida y de maltratos por los funcionarios. Y lloran, y escriben cartas y, empujados por la desesperación, se autolesionan.”
Los testimonios y registros en los centros de detención de Illinois demuestran el daño emocional y físico que sufren los jóvenes en detención, así como la negligencia a la que son sometidos por organizaciones que lucran con las medidas anti-inmigrantes del gobierno.
Tan sólo en esta región, la detención promedio durante el año fiscal 2017 era de 34 días consecutivos. Según explica el reportaje, durante la campaña de “mano dura en la frontera” por parte de la Administración Trump, el promedio de detención aumentó a 59 días.
De igual forma, algunos casos reportan la detención de jóvenes por hasta 598 días.
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La desesperación es el mínimo síntoma que puede presentar un menor de edad ante tales condiciones.
Aún cuando los albergues intenten cumplir con todos los requerimientos y satisfacer todas las necesidades de cada uno de los más de 3.000 niños separados de sus familias, las circunstancias no facilitan su trabajo.
Según explicaron funcionarios de los albergues en Illinois, el trabajo no sólo consiste en dar cuidado y atenciones a los jóvenes sino de iniciar el proceso de conseguir un guardián adecuado para que se haga cargo de ellos después de haber huido de sus países y haber estado detenidos.
“Jóvenes — muchos de los cuales están experimentando las repercusiones del trauma de violación, violencia u otros abusos en sus países nativos o durante sus odiseas a Estados Unidos — sufren mientras asistentes sociales intentan encontrar guardianes e persuadirlos que se someten a verificaciones de antecedentes”, continúa el reportaje. “Los menores que no tienen parientes o amigos de familia en Estados Unidos se quedan en detención aún más tiempo, a veces rechazados por programas de acogida de largo plazo que ya están totalmente llenos.”
Aún con estos registros, el gobierno insiste en intentar sortear los procesos judiciales y anular el Acuerdo Flores que impide la detención de menores de edad durante períodos de tiempo mayores a 20 días.
De lograrlo, las condiciones de estos jóvenes se verán agravadas y el trauma será irreversible, mientras sus destinos quedan en manos del Fiscal General Jeff Sessions y su ejército de jueces de inmigración.
Para leer el reportaje completo, hacer click aquí.
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