California no sólo es la economía más pujante del país, sino también el epicentro del reformismo político.

Ante las convulsas elecciones primarias a nivel nacional, este estado será uno de los escenarios más observados, en especial por su importancia para lograr un cambio en las cámaras legislativas y por su particular sistema electoral.

Si bien en muchos estados las elecciones primarias funcionan como una suerte de filtro para escoger uno entre muchos, en California el sistema es distinto. Los votantes deben escoger a sus dos mejores candidatos entre una gran cantidad de contendientes, después de la reforma electoral del 2010.

“Hace ocho años, California era notoria por sus demócratas de extrema izquierda, sus republicanos de extrema derecha y su parálisis política”, explica un análisis de The Economist. “Los pocos moderados, como el entonces gobernador Arnold Schwarzenegger, defendieron la reforma primaria como una forma de empoderar a los centristas. En teoría, las dos primarias principales alientan a los candidatos a atraer a muchos votantes, no solo a los puristas ideológicos que asisten a las elecciones primarias ordinarias. Los límites de las circunscripciones y los límites de los mandatos se modificaron aproximadamente al mismo tiempo”.

Este año, y gracias a la errática administración de la Casa Blanca, las primarias son más importantes que nunca.

Organizaciones como el Comité de Campaña Demócrata del Congreso (DCCC, por sus siglas en inglés), han puesto todo el empeño en recaudar fondos e impulsar campañas de candidatos que logren concentrar el apoyo que quedó rezagado en las elecciones presidenciales del 2016 – en especial de las minorías -, aprovechando el descontento general del país.

En California, “el Distrito 39 del Congreso es visto como una de las mejores oportunidades de captación de potenciales de los Demócratas en 2018, siempre y cuando un Demócrata salga del sistema principal de los dos primeros,” explica el Washington Post. “Seis demócratas se presentarán en las primarias del 5 de junio, así como seis republicanos”.

Uno de ellos es el candidato independiente Gil Cisneros, recientemente respaldado por el DCCC y quien, a pesar de su poca experiencia en el campo político, ha sentado las bases de una fuerte campaña basada en la asistencia médica, proteger los fondos educativos y mejorar las condiciones de trabajo.

“Gil rechaza las contribuciones de los Comités de Acción Política (PAC) porque cree que el gobierno debería trabajar para la gente, no para intereses especiales corporativos”, explica la página web de su campaña.

Asimismo, el DCCC ha anunciado el lanzamiento de un anuncio electoral en español “a favor del candidato de origen latino”.

“El candidato demócrata al Congreso, Gil Cisneros, cree en el sueño americano porque lo ha vivido”, sostiene el anuncio. “Fue el primero de su familia en graduarse de la universidad, y se ha comprometido a darle esa oportunidad a los estudiantes de hoy y de mañana. Pero los republicanos en el Congreso buscan recortar fondos para la educación y ayuda financiera, y siguen negándole a los Dreamers un camino a la ciudadanía”.

El director de comunicación para medios hispanos de la DCCC, Javier Gamboa, aseguró que “las familias latinas se merecen un campeón que luche por ellos y por su futuro, y es por este motivo que el compromiso de Gil Cisneros de dar poder a los jóvenes estudiantes latinos y de proteger a los soñadores que trabajan duramente le convierte en la mejor opción”, explicó Gamboa en un comunicado.

Según explica el Post, “las encuestas publicadas por la campaña de Cisneros lo han mostrado liderando el campo, con solo el 19 por ciento de la votación en general.”

Con una formación militar en la marina y en ciencias políticas por la George Washington University, este candidato podría ser una de las piezas fundamentales para la llamada “Ola Azul” en las elecciones de mitad de período en noviembre.