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Foto de archivo que muestra a una partidaria cubano-americana de Donald Trump durante el mes de marzo del 2016 en Coral Gables. Crédito: Tim Padgett/WLRN.org
Foto de archivo que muestra a una partidaria cubano-americana de Donald Trump durante el mes de marzo del 2016 en Coral Gables. Crédito: Tim Padgett/WLRN.org

Latinos a favor del muro: rompiendo el mito del inmigrante

Encuestas recientes han determinado que el apoyo de la comunidad Latina al presidente Trump se encuentra en un 34% a nivel nacional, incluyendo muchos que…

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La tendencia más acentuada en política es la radicalización de los discursos.

En la Era Trump, ese divisionismo se ha visto acentuado por quienes le consideran un radical de derecha versus quienes leen entre las líneas de sus planteamientos.

El mismo caso aplica para la comunidad inmigrante, específicamente hispana, en Estados Unidos.

Aún cuando la campaña presidencial de Donald Trump se centró en la estigmatización del inmigrante proveniente del sur de la frontera, una gran parte de los Latinos que se identifican como Republicanos han mantenido su postura política, exhibiendo escasos cambios en el apoyo al partido.

El abanico de características en la comunidad es tan diverso que da cabida tanto a religiosos tradicionalistas como a progresistas liberales, rompiendo el mito de la comunidad “monolítica” que muchos pretenden perpetuar.

Cuando a principios de año el presidente hacía alarde del aumento del apoyo Latino a su administración, su fondo no era del todo descabellado.

El analista de datos y columnista político para el Washington Post, David Byler, explica el fenómeno de “Latinos por Trump” argumentando una base preexistente en el partido republicano integrada fundamentalmente por hispanos cuyos intereses distan mucho de la mera inmigración.

“Los votantes hispanos y latinos no son una identidad homogénea”, explica Byler. “Al igual que con cualquier otra categoría racial y étnica grande (blanco, negro, asiático), hay mucha diversidad interna cuando miras por debajo del capó”.

El columnista explica que esta heterogeneidad se ve influenciada especialmente por la gran cantidad de países Latinos que existe, y cómo el origen y el contexto generan comunidades profundamente distintas, tal como sucede con los Asiático-Americanos.

Asimismo, las nuevas generaciones – segunda o tercera generación – tienden más a identificarse como estadounidenses que como Latinos, lo que rompe también con el prejuicio del Latino demócrata en la era Trump.

Son precisamente estos hispanos quienes consideran que la salud pública, la seguridad nacional y/o el acceso a la educación, son asuntos que preceden a la inmigración cuando de votar se trata.

La incomprensión a este fenómeno es lo que permitió que cuando Rolando Rodríguez, quien reside a una milla de la frontera, dijo a CNN que quería “un muro de 2.600 millas que sea más largo y más alto”, el periodista Miguel Márquez quedara atónito.

“No creo que el muro vaya a ser una barrera real para la gente buena”, agregó Rodríguez. “Será una barrera para la gente mala”.

Este argumento ha sido utilizado por otros Latinos incluso para hacer política.

Durante las elecciones de mitad de período, Fred Rangel compitió para el puesto de representante en el Distrito 125 de la Cámara en Texas por el Partido Republicano, y contó con el masivo apoyo de la coalición Latinos for Trump.

Rangel utilizó el muro fronterizo como una de sus armas de campaña, así como la oposición radical al aborto y los comentarios religiosos.

 A pesar de los esfuerzos de Latinos for Trump, Rangel fue vencido por el Demócrata Ray López con 54% de los votos.

Sin embargo, es precisamente esta franja de apoyo hispano lo que podría cambiar radicalmente el panorama de las elecciones en el 2020 a favor de Trump.

La campaña de la Administración por ejercer presión contra el “socialismo” en Venezuela ha sumado gran apoyo en estados como la Florida, de mayoría Republicana, y la tendencia mantenida de apoyo al gobierno podría implicar un segundo mandato para Trump.

La advertencia para los demócratas es la de sencillamente dejar de hacer campaña a partir de la inmigración y tomar a los Latinos e Hispanos como votantes con las mismas necesidades que todos los demás.