La economía de Estados Unidos ha entrado en un periodo de desaceleración en los primeros meses del año, según el Índice de Condiciones Económicas Aruoba-Diebold-Scotti (ADS) de la Reserva Federal de Filadelfia. Este indicador, que mide la actividad económica en tiempo real, muestra una tendencia a la baja desde diciembre, reflejando una menor dinamismo en el empleo, la producción industrial y el consumo.

Claramente la transición gubernamental ha tenido impacto. Luego de las elecciones, el indicador tocó un máximo de 0,48 puntos y en la primera semana de febrero ya había caído hasta 0,20. Dos cosas pueden explicar esta tendencia. Primero, un optimismo desmedido por la victoria contundente de Donald Trump en las urnas y sus promesas sobre facilitación de la actividad privada y el comercio. Eso explicaría el impulso que tuvo el indicador justo después de conocerse los resultados en noviembre. El otro aspecto fue el impacto negativo que tuvo en el clima general de negocios y actividad económica de sus anuncios sobre incremento de aranceles, por ejemplo. Eso explicaría la cautela entre los agentes económicos.
 

Este índice combina múltiples fuentes de datos macroeconómicos de alta frecuencia para reflejar el estado de la economía con mayor rapidez que otros indicadores tradicionales. Se actualiza a medida que se publican nuevos datos, proporcionando una visión casi en tiempo real del ciclo económico. Dentro de los datos empleados están las nóminas no agrícolas, la producción industrial, el ingreso personal real menos transferencias para medir el poder adquisitivo de los consumidores, las ventas manufactureras y del comercio, las solicitudes iniciales de desempleo y el más reciente dato de PIB real.

Según lo explica la propia Reserva Federal de Filadelfia, "el valor medio del índice ADS es cero. Los valores positivos progresivamente mayores indican condiciones progresivamente mejores que la media, mientras que los valores progresivamente más negativos indican condiciones progresivamente peores que la media".

Un panorama enrarecido

Los distintos anuncios del presidente Trump han generado mucha incertidumbre entre diferentes actores de la economía. Por ejemplo, las expectativas sobre cambios en políticas fiscales, regulatorias y comerciales pueden generar volatilidad en los mercados. En esta ocasión, los anuncios económicos del gobierno han generado reacciones mixtas en los inversionistas, con preocupaciones sobre el proteccionismo y el manejo del déficit fiscal.

Trump ha reiterado su postura en favor del proteccionismo económico, incluyendo el aumento de aranceles y la renegociación de acuerdos comerciales clave. Esto ha provocado incertidumbre en el sector industrial y comercial, impactando la inversión y las exportaciones. Además tiene el efecto colateral de aumento en los precios, lo que podría afectar la política monetaria. De hecho, la FED ya se ha mostrado más cautelosa con el nivel de tasas actual y se espera que en cualquier momento del año inicie un nuevo proceso de incremento de tasas.

Al analizar el comportamiento del ADS Index en las transiciones de los últimos cinco gobiernos, encontramos que la economía suele experimentar volatilidad en estos períodos.
  - Biden (2020-2021): Recuperación post-COVID con paquetes de estímulo fiscal.
  - Trump (2016-2017): Optimismo por recortes fiscales, pero preocupación por proteccionismo.
  - Obama (2008-2009): Fuerte caída por la crisis financiera global.
  - Bush (2000-2001): Desaceleración tras el colapso de la burbuja puntocom.

En comparación, la situación actual presenta características similares a la de Trump en 2017, con incertidumbre sobre políticas comerciales, pero sin una crisis financiera inmediata.

A esto se suman factores estructurales como la inflación, la política monetaria de la Reserva Federal y el endeudamiento del gobierno. Si bien el empleo sigue siendo robusto, la desaceleración del consumo y la inversión podrían afectar el crecimiento en los próximos meses.

La desaceleración del ADS Index es una señal de alerta sobre el estado de la economía en el corto plazo. Sin embargo, el impacto final dependerá de cómo evolucionen las políticas económicas en los próximos meses y de cómo reaccione el mercado ante las decisiones del gobierno.

Estados Unidos enfrenta un escenario desafiante, donde la confianza del sector privado y la estabilidad del mercado laboral serán claves para evitar una recesión mayor. El próximo trimestre será determinante para conocer el verdadero rumbo de la economía más grande del mundo.