En medio de la conmemoración del Grito de Independencia y de la instalación de las sesiones del Congreso, Colombia vive hoy una jornada de protestas en las principales ciudades del país, con un pasado reciente de fuertes choques con la Policía y la violación de derechos humanos por varias agentes del orden, que dejaron al menos 60 muertes.

Para celebrar la primera gran revuelta contra la corona española, ocurrida en 1810, habitualmente por las ventanas de las viviendas se coloca la bandera nacional y muchas familias programan salir a las calles para ver el desfile militar hacia el mediodía. En la tarde, después de las 3, el Presidente de la República habla ante senadores y representantes a la Cámara para instalar las sesiones legislativas.

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Eso es lo habitual. Pero las cosas han cambiado en Colombia. Hoy no hubo desfile militar público de la magnitud de antes y la apertura del Congreso ocurrió en la mañana. En lugar del plan familiar, miles de hombres y mujeres salieron a las calles para marchar y protestar contra el gobierno Iván Duque, en un episodio de continuación de al menos dos intensos meses de manifestaciones contra la política económica y las promesas incumplidas, agravadas con la crisis causada por el impacto de la pandemia.

Las protestas se iniciaron el 28 de abril con la convocatoria del Paro Nacional por un proyecto del Gobierno para subir los impuestos. en los momentos más difíciles de una compleja situación social, política y económica. Lo que pocos tenían presupuestado era la resistencia de los manifestantes. Por casi ocho semanas se registraron choques y una violencia generalizada, especialmente a cargo de miembros del grupo de choque de la Policía para controlar las protestas, conocido como Esmad, y de sectores que aprovecharon los reclamos para destruir comercios. En videos quedaron registrados momentos en los cuales miembros de la Policía disparaban contra civiles, civiles destruyendo estaciones del transporte, civiles del lado de las autoridades usando sus armas contra los manifestantes, en una colección de pruebas de la violación de derechos humanos.

La acción policial implicó la visita de una delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), que hizo público un fuerte informe, en el cual pide separar a la Policía Nacional del Ministerio de Defensa, así como tomar medidas para impedir los abusos de los uniformados.

A esta hora, en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena, centrales obreras, estudiantes y representantes de sectores de la sociedad civil marchan sin contratiempos y en las dimensiones de lo que ocurre durante el Primero de Mayo. En las últimas semanas, el Gobierno dictó medidas para regular la protesta social, prohibió el uso de casos y escudos y el bloqueo de vías.

No más en Bogotá están programadas 35 movilizaciones. En contraste, la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, advirtió que “no se tolerará el vandalismo” y se dispuso la presencia de más de 4.000 policías y 2.700 militares en los sectores de concentración de manifestantes en la capital del país.

Al comienzo de la jornada, el presidente Iván Duque instaló las sesiones del Congreso, en una intervención criticada por los partidos de la oposición. Además, el mandatario abandonó el recito precisamente cuando era el turno de los legisladores adversos a su gobierno.

"Escuchamos a Duque y pensamos que vive en un país que no es Colombia. Se va justo cuando va a hablar la oposición. Entonces tomamos la decisión de no hablarle a un presidente que delega sus orejas, sino a Colombia”. Así empezó su discurso la congresista María José Pizarro, hija de Carlos Pizarro Leongómez, comandante del grupo guerrillero M-19 que firmó la paz el 9 de marzo de1990 y asesinado el 26 de abril siguiente cuando era candidato a la Presidencia.

Por su parte, Antonio Sanguino, senador del Partido Verde, cuestionó la postura del Presidente de evadir la responsabilidad de la fuerza pública en las violaciones a los derechos humanos. “En lugar de reconocer sus errores, garantizar la protección de los derechos humanos y acoger las recomendaciones, acudió al irrespeto del principio de buena fe y de las obligaciones internacionales de Colombia”, dijo al referirse al informe de CIDH.

Lo que ocurra en el resto del día en las calles es una incógnita, si se tiene en cuenta las medidas tomadas por e l Gobierno y lo ocurrido en los últimos meses con los choques entre manifestantes y miembros del grupo de choque de la Policía para controlar las protestas, conocido como Esmad.

En el 2022 Colombia tendrá elecciones para Presidencia y Congreso, lo que ha acelerado la radicalización en el país. Asimismo, la imagen del presidente Duque y del Centro Democrático, el partido de gobierno no es la mejor. De acuerdo con la más reciente encuesta, Duque tiene el 72 por ciento de desaprobación.