Entre el fact-checking y la censura, Trump coquetea con la autocracia
El pasado martes Twitter comenzó a incorporar anuncios de comprobación de hechos en los tweets del presidente, detonando un nuevo debate sobre la censura y el…
Cuando Hitler comenzaba a hacer ruido en Alemania, el presidente Herbert Hoover advertía sobre la paradoja del mecanismo dictatorial de llegar al poder “por la escalera de la libertad de expresión” para luego suprimirla a toda costa.
Es muy difícil pasar por alto las advertencias de la historia cuando el presidente estadounidense actual se engancha en una guerra de mayúsculas con las redes sociales que deciden cuestionar la veracidad de sus comentarios.
Twitter ha decidido por primera vez esta semana marcar los tweets de Donald Trump en la plataforma con una etiqueta de “revisión de hechos”, un mecanismo que ayuda al control de diseminación de noticias falsas y especulación.
Para un hombre acostumbrado a romper con cualquier filtro social y a elucubrar sobre la realidad como mejor le conviene, esto no es otra cosa que un agravio personal.
"Los republicanos sienten que las plataformas de medios sociales silencian totalmente las voces de los conservadores", tuiteó Trump. "Regularemos fuertemente, o los cerraremos, antes de que podamos permitir que esto suceda. Vimos lo que intentaron hacer, y fallaron, en 2016. No podemos dejar que una versión más sofisticada de eso... vuelva a suceder".
Amenazó en un tweet posterior con respecto a Twitter que había "¡Una gran acción a seguir!"
Según explicó un portavoz de Twitter, la decisión de etiquetar los comentarios del presidente fue tomada por contener información “potencialmente engañosa” sobre el carácter fraudulento del voto por correo en las elecciones nacionales.
Las etiquetas llevan a los usuarios a una página de información adicional, agregando que “estas afirmaciones no tienen fundamento, según CNN, el Washington Post y otros."
"Los expertos dicen que los votos por correo rara vez se relacionan con el fraude electoral". La página también incluye tweets de los principales medios de comunicación y periodistas dando los hechos detrás de la votación por correo y las afirmaciones del Sr. Trump,” agrega la página.
La respuesta del presidente ha sido la de amenazar la plataforma con “fuertes regulaciones” o incluso cerrarles, acusándoles de “sofocar la libertad de expresión”.
Pero esta no es primera vez que el presidente o su equipo acusan a los gigantes tecnológicos de censurar a conservadores.
Según recordó NPR, Brad Parscale, el director de campaña de Trump para el 2020, sugirió también que Twitter estaba intentando socavar los derechos a la libre expresión del presidente, e incluso acusó a la compañía de ser “anti-Trump”.
"Siempre supimos que Silicon Valley haría todo lo posible para obstruir e interferir con el Presidente Trump para que su mensaje llegara a los votantes", dijo Parscale. "Asociarse con los falsos medios de noticias sesgados 'fact checkers' es sólo una pantalla de humo que Twitter está usando para tratar de prestar a sus obvias tácticas políticas alguna falsa credibilidad. Hay muchas razones por las que la campaña de Trump retiró toda nuestra publicidad de Twitter hace meses, y su claro sesgo político es una de ellas".
Sin embargo, y tomando en especial consideración los hallazgos de la investigación Mueller sobre la injerencia de la inteligencia rusa en los comicios del 2016 a través de las redes sociales, Twitter confirmó su compromiso con el control de la información en las redes.
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Durante la pandemia del Coronavirus, esto también fue clave.
Una encuesta Gallup del 2018 encontró que el 79% de los estadounidenses consideran que las compañías de redes sociales deben ser reguladas de una u otra manera, y la comparecencia de Mark Zuckerberg ante el Senado por la permeabilidad de Facebook a noticias falsas confirió cierta razón a este alegato.
Y es que los algoritmos de la nueva era digital permiten la curaduría de preferencias sociales que luego dan pie a nichos de información sesgada.
Sin embargo, y según explica Niam Yaraghi, fellow del Center of Technology Innovation, este tipo de regulaciones varían de acuerdo a la ideología política, donde los conservadores abogan por mayor libertad de expresión y los liberales se inclinan por el derecho a la información transparente.
Es sencillamente un arma de doble filo.
“La intervención del gobierno que proponen es potencialmente más dañina que el problema que quieren resolver,” explica Yaraghi. “Si los conservadores creen que ciertas empresas tienen suficiente poder e influencia para infringir su libertad de expresión, ¿cómo pueden proponer que el gobierno, una entidad mucho más poderosa e influyente, entre en este espacio?”
Esta es una manera distópica de describir escenarios como el que vive la sociedad china desde hace años, donde el régimen ha construido “el sistema de censura de internet más grande y sofisticado del mundo”, según un reciente reporte compilado por PEN America.
Según el informe, el régimen chino ha tenido un éxito notable al permitir que sus ciudadanos se sientan libres de utilizar los medios sociales para enriquecer sus vidas en una amplia gama de formas, al tiempo que crea un sistema que permanece bajo el control del régimen.
Y es que el coqueteo del presidente Trump con modelos de gobierno autocráticos no es nada nuevo, y sus amenazas de cerrar Twitter son tan sólo una muestra más de ello.
David Vladeck, profesor de derecho de la Universidad de Georgetown y ex alto funcionario de protección al consumidor de la FTC, dijo a CNN que cualquier presión del gobierno para restringir la forma en que las plataformas privadas moderan sus sitios web podría plantear preguntas sobre la Primera Enmienda.
"Este es sólo otro ejemplo de que Trump piensa que la Constitución lo hace rey, pero no es así", dijo.
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