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Los votantes emiten sus votos presidenciales de EE.UU. después de esperar en una fila de casi cuatro horas durante la votación anticipada del fin de semana en un centro de votación en North Hollywood, California, el 5 de noviembre de 2016. Archivo.
Los votantes emiten sus votos presidenciales de EE.UU. después de esperar en una fila de casi cuatro horas durante la votación anticipada del fin de semana en un centro de votación en North Hollywood, California, el 5 de noviembre de 2016. Archivo.

Voto por Correo: el Nuevo Debate Político Post Pandemia

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La crisis social y de salud detonada por la pandemia del Coronavirus ha replanteado nuestra manera de vivir desde –casi– todos los ángulos.

Mientras el trabajo remoto, las llamadas por Zoom y la digitalización de nuestros hábitos se han vuelto nuestro día a día, hay líneas que la política no se atreve a cruzar.

Sobre todo si hay una elección presidencial en juego.

Cuando el presidente Donald Trump decía en Twitter el 7 de abril que la votación por correo “no funciona bien para los republicanos”, y a pesar de que argumentaba su supuesto riesgo al fraude, estaba haciendo alusión a un asunto clave en el proceso democrático estadounidense, que ha mantenido a partidos conservadores al mando gracias a la supresión de votos.

El presidente recurría a la red social para quejarse de lo sucedido el día anterior en Milwaukee, donde a pesar de la orden de quedarse en casa y el distanciamiento social impuesto como prevención al COVID-19, miles de votantes debieron asistir a los puestos de votación por orden de la Corte Suprema.

La reducción de puestos de votación de 180 a 5 y los múltiples reportes de problemas en las boletas de voto en ausencia anunciaban lo que pasaría en el futuro en un país donde el distanciamiento social será la única medida de protección contra un virus que aún no tiene vacuna.

La solución existe

"Los votantes ya se han visto obligados a elegir entre su salud y la emisión de su voto", dijo Sean Eldridge, el fundador y presidente del grupo de defensa progresista Stand Up America, en una conferencia telefónica . "Debemos preparar nuestros sistemas de votación tanto para las próximas primarias como para las elecciones generales de este otoño."

A pesar de que estados como Hawaii, Colorado, Oregon, Utah y Washington llevan a cabo sus votaciones casi por completo por correo, la decisión no es unánime en todo el territorio.

En los Estados unidos, los votos en ausencia se emiten una vez el votante se registra y emite en un lugar distinto al de su mesa electoral designada el día de las elecciones. Las puede enviar por correo, correo electrónico o fax, y debe solicitarse la boleta en ausencia al menos una semana antes de la celebración de las elecciones.

El Secretario de Estado o el Director de Elecciones de cada estado está a cargo de ese proceso electoral, incluyendo la inscripción de votantes y solicitudes de boletas, y los materiales son frecuentemente enviados a través del Servicio Postal sin pago anticipado.

De todos los estados, 33 más el Distrito de Columbia permiten votación anticipada sin necesidad de excusa, y 20 estados permiten a los votantes votar en ausencia pero con la presentación de una excusa.

Una batalla política en el horizonte

Casos como el de Carolina del Norte en febrero del 2019, donde las elecciones del congreso se vieron manchadas por la estrategia del candidato republicano Mark Harris de falsificar cientos de boletas de votación en ausencia, han dado el argumento para su propio partido de oponerse a las elecciones por correo este año.

Varios miembros del partido republicano, como el presidente de la Cámara del estado de Georgia, David Ralston, han advertido estas últimas semanas que el voto por correo “será extremadamente devastador para los republicanos y conservadores”, según reportó CBS News.

Sin embargo, saber a quién beneficia el voto por correo es más complicado de lo que parece.

Según explica el New York Times, tradicionalmente, la mayoría de los votos ausentes eran emitidos por los republicanos, por lo que un gran aumento ayudaría desproporcionadamente a la participación de los demócratas. Y como la participación siempre había sido mayor entre los votantes más ricos y mejor educados que tendían a ser republicanos, cualquier cosa que facilitara la votación de minorías y personas de bajo estrato socioeconómico beneficiaría a los demócratas.

Sin embargo, durante la era Trump, los cambios demográficos han tendido más hacia un grueso votante demócrata más educado y rico, mientras los republicanos se han hecho con el corazón de la América blanca poco educada.

Un estudio reciente de la Universidad de Stanford sobre el voto por correo en Colorado demostró que el mecanismo aumenta la participación en 9,4 puntos porcentuales, y que sus efectos son “significativamente mayores” entre los grupos de votantes de menor proporción, como los jóvenes, trabajadores, votantes con menor nivel educativo y los votantes de color.

“Los resultados sugieren que los investigadores y los políticos deberían considerar el enfoque de la votación por correo de Colorado como un modelo efectivo para aumentar la participación agregada y reducir las disparidades entre los subgrupos,” agrega el estudio.

El problema, al parecer, es que son precisamente esos subgrupos los que podrían decidir las próximas elecciones a favor del Partido Demócrata.

La querella personal del presidente contra el Correo Postal

Considerando este escenario, no es difícil unir los puntos entre el riesgo del voto por correo para algunos y la guerra que ha montado el presidente Trump contra el servicio de correo postal durante la pandemia.

Después de que el Congreso aprobara el paquete de rescate económico a finales de marzo, y ante las llamadas de auxilio de los trabajadores del correo postal, Trump y su secretario del Tesoro Steven Mnuchin tomaron la postura de achacar la crisis económica del servicio a su propio equipo.

“El servicio postal es una broma”, declaraba entonces el presidente, asegurando que no apoyaría de manera económica al organismo al menos que aumentara las tarifas de los paquetes en un 400%, según explicó el New York Times.

Como era esperable, los Demócratas se pusieron del lado del servicio postal, que ha sido símbolo de trabajo en las clases sociales más bajas.

"Tenemos que luchar por el correo", dijo la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi. "Su objetivo siempre ha sido privatizar, obtener un beneficio del Servicio Postal para fines privados", añadió refiriéndose a los republicanos. "Estamos a favor del público que el Servicio Postal responda al interés público, no a algún interés especial".

La presidenta del Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes, Carolyn Maloney, y el representante Gerry Conolly, que dirige el subcomité que supervisa el Servicio Postal, dieron la alarma de que la agencia podría quedarse sin fondos para junio si el Congreso no actúa pronto.

"En base a una serie de sesiones informativas y advertencias de esta semana sobre una caída crítica del correo en todo el país, ha quedado claro que el Servicio Postal no sobrevivirá el verano sin la ayuda inmediata del Congreso y la Casa Blanca", dijeron los dos en una declaración conjunta del 23 de marzo, pidiendo al Congreso que asigne 25 millones de dólares en fondos de emergencia a la agencia.

"En un momento en que muchos estadounidenses deben quedarse en casa - dependiendo de las oficinas de correos para entregar suministros, medicamentos o incluso cheques de la seguridad social - la idea de dejar que el Servicio Postal se quede sin fondos o cierre completamente es indignante", dijo Ryan Thomas, un portavoz de la organización de base progresista Stand Up America, al Business Insider. "Es aún más indignante si el motivo es impedir que la gente vote".