La estrategia de la Casa Blanca contra el impeachment: poner a Trump por encima de la ley
La Casa Blanca se ha negado a cooperar con la investigación de un juicio político contra el presidente Donald Trump argumentando una peligrosa “ilegitimidad”…
Lo que sea que el Congreso está a punto de descubrir en la Casa Blanca parece estar muy podrido.
La desesperación de los asesores del gobierno y de todos los involucrados por evitar que los comités de la Cámara de Representantes den con la verdad es tal, que han empezado a recurrir a medidas abiertamente anti-constitucionales.
El pasado lunes, el abogado de la Casa Blanca, Pat Cipollone, envió una carta a la presidenta de la Cámara, Nancy Pelosi, declarando que “la Administración Trump se negará a participar en un proceso que considera constitucionalmente inválido”.
Cipollone asegura que la investigación de los Comités está basada en “numerosas demandas, legalmente no respaldadas, hechas como parte de lo que se ha calificado como contrario a la Constitución de los Estados Unidos”.
Es obvio ahora que la Casa Blanca pretende invertir el juego de poder en la amenaza más grande que ha enfrentado la presidencia de Donald Trump.
El abogado acusa a Pelosi de haber llevado los procedimientos en secreto, haber violado las libertades civiles y la separación de poderes al amenazar a los funcionarios del Poder Ejecutivo, y haber violado la Constitución.
“En pocas palabras, usted busca anular los resultados de las elecciones del 2016 y privar al pueblo estadounidense del presidente que han elegido libremente”, sentencia la carta.
Por su parte, Pelosi respondió que Cipollone buscaba “encubrir la traición [de Trump] a nuestra democracia”, según reportó Politico.
“Se debe advertir a la Casa Blanca que los continuos esfuerzos por ocultar la verdad del abuso de poder del presidente al pueblo estadounidense se considerarán como una prueba más de obstrucción”, dijo Pelosi en un comunicado. “Señor Presidente, usted no está por encima de la ley. Tendrá que rendir cuentas”.
Tras haber perdido la mayoría en la Cámara de Representantes el año pasado, los Republicanos que aún se mantienen fieles al presidente estadounidense parecen estar aprovechando el momento para impulsar una campaña política de dimensiones descomunales.
Politico explica cómo, mientras muchos representantes han anunciado su retiro, ya existe una maquinaria de recaudación de fondos puesta en marcha para aprovechar la turbulencia política.
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“Una ola de jubilaciones de verano ha socavado el mensaje del Partido Republicano de que la mayoría esté al alcance, y el Comité Nacional Republicano del Congreso ha seguido el impulso de la campaña demócrata en la Cámara para recaudar fondos”, explica el medio.
Por su parte, algunos defensores del presidente han ido un paso más allá y se han puesto directamente delante de las cámaras.
El día martes, el líder conservador Jim Jordan de Ohio, Mark Meadows de Carolina del Norte y Matt Gaetz de Florida dieron una improvisada rueda de prensa en el sótano del Capitolio durante el receso del Congreso.
“Este no es un proceso justo”, dijo Meadows. “Pasamos más tiempo en el SCIF la última vez con el embajador Volker que Adam Schiff. Pueden darse cuenta que él está ausente. ¿Qué hizo? Dio esta cosa benigna y luego corrió a una recaudación de fondos”.
Ante la evidencia soltada a cuentagotas por los Demócratas en la Cámara, el país se mantiene más dividido que nunca con respecto al juicio político contra el presidente.
Según reportó Vox, el apoyo al impeachment contra Trump está aumentando día a día, al punto de que este miércoles la mayoría de los estadounidenses están a favor.
Comparando las encuestas de Civiqs, Washington Post-Schar y el análisis de FiveThirtyEight, desde que se hiciera pública la denuncia del informante en la Casa Blanca sobre la llamada entre Trump y el presidente ucraniano Volodymyr Zelensky, el 50.1 por ciento de los estadounidenses apoyan la destitución.
Entre los demócratas, el apoyo está en un 82.7%; entre los independientes es del 45.7, y entre Republicanos la cifra varía entre el 8 y el 12%.
La pataleta de la Casa Blanca por no colaborar con el proceso podría inclinar la balanza a favor de Pelosi y su equipo, siempre y cuando se logre explicar claramente al público que lo realmente anti-constitucional del asunto son las estratagemas de quienes quieren cubrirse las espaldas y mantener el barco a flote.
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