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This woman is a part of a clandestine network of "abortion doulas" in Chile.Liam Miller / Pudumedia.com
This woman is a part of a clandestine network of "abortion doulas" in Chile.Liam Miller / Pudumedia.com

El derecho al aborto no hace cuarentena

La crisis sanitaria en América Latina por la COVID–19 ha dificultado el acceso al aborto seguro para millones de mujeres. 

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Incluso en los países en que el aborto está legalizado para algunos casos como el abuso o cuando la supervivencia de la madre está comprometida, el acceso a un aborto seguro se ha obstaculizado a raíz de la pandemia de COVID–19 en la región.

Por una parte, el temor a contagiarse en los hospitales ha hecho que mujeres que habrían podido cobijarse a las causales legales para buscar un aborto no lo hagan y, por otra, los índices de maltrato y abuso intrafamiliar han crecido porque debido a las cuarentenas, miles de mujeres se han visto obligadas a permanecer encerradas con sus abusadores.

En esta medida, la cuarentena no ha parado algunas de las formas de violencia que las mujeres enfrentan en condiciones regulares, ni los embarazos ni, por tanto, la necesidad de abortar.

En América Latina hay múltiples grupos de sororidad, doulas del aborto, que apoyan y guían a otras mujeres para practicarse abortos seguros desde sus casas. Dado que el aborto no es legal para todas las causales –en América del Sur sólo lo es en Uruguay–, estos grupos de sororidad también ayudan en la consecución de los medicamentos necesarios para llevar a cabo los procedimientos.

Lo hacen porque la legislación de los países no es suficientemente amplia para proteger a las mujeres en todas las causales –los índices de mortandad materna se reducen sistemáticamente en la medida en que el aborto legal y seguro sea más fácilmente accesible–, porque las actuales condiciones de la pandemia dificultan su acceso incluso en los casos en que lo sería y porque incluso cuando legalmente las mujeres tienen derecho a abortar, es frecuente que encuentren obstáculos para hacerlo en la medida en que los médicos declaren objeciones de conciencia y se nieguen a hacerlo.

Estos grupos de doulas, Las Parceras (Colombia), Con Las Amigas y En La Casa (Chile), Socorristas en Red (Argentina), Fondo María MX (México), Las Comadres (Ecuador), han declarado abiertamente y de forma coordinada que el derecho al aborto no hace cuarentena en América Latina y han seguido divulgando su disponibilidad incondicional a apoyar a las mujeres que las necesiten.

El principal reto, según le dijo una doula chilena a NBC News en condición de anonimidad, está en que la pandemia ha cortado las cadenas de distribución –muchas veces clandestinas– con que accedían a los medicamentos necesarios y no pasará mucho tiempo antes de que se queden sin suministros. 

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