El sábado 16 de julio, la vicepresidenta Kamala Harris llegó a Filadelfia como parte de un esfuerzo nacional para convocar a líderes que han estado en la primera línea del derecho al aborto a nivel estatal.

"Les agradezco que, en esta mañana de sábado, podamos debatir lo que está en juego y lo que estamos dispuestos a hacer colectivamente para luchar por los derechos del pueblo estadounidense", dijo Harris. 

Harris se reunió con representantes locales y estatales en una mesa redonda para abordar la situación actual. El acto tuvo lugar en un salón sindical, donde asistieron más de 40 legisladores estatales y miembros del Congreso. 

"Es reconfortante saber que tenemos una aliada en la vicepresidenta Kamala Harris que entiende la importancia de salvar nuestros derechos reproductivos y la lucha por preservar el acceso libre y justo al voto", dijo la copresidenta del Caucus de Salud de la Mujer de la Cámara de Representantes, Morgan Cephas.

"En el futuro inmediato, tenemos que asegurar que el sistema de salud de Pensilvania puede manejar la afluencia de mujeres que buscan un aborto o la atención de la salud reproductiva de los estados vecinos donde se ha prohibido o hecho más difícil el acceso. A largo plazo, el Caucus de la Salud de la Mujer seguirá trabajando para mejorar la infraestructura de la atención sanitaria materna, reducir las tasas de mortalidad materna y luchar a todos los niveles para garantizar que nuestros derechos permanezcan intactos para las generaciones venideras", añadió. 

Los republicanos de Pensilvania avanzaron en las cámaras del Senado unas enmiendas constitucionales que, de ser aprobadas en dos ocasiones, se convertirán en una cuestión que los votantes decidirán en las urnas. Los legisladores estatales demócratas se opusieron con vehemencia, acusando a sus homólogos conservadores de introducir a hurtadillas la legislación sin que nadie lo viera. 

La diputada estatal Joanna McClinton fue una de las voces más feroces, criticando a los republicanos por intentar eludir el escrutinio público.

"Cuando nos silencian y no nos permiten enmendar proyectos de ley que no permiten que la gente vote, que no permiten que las mujeres tomen sus propias decisiones, nos están silenciando a todos", denunció McClinton.

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Si tiene éxito, la enmienda prohibiría el aborto por completo en Pensilvania.

"Sé que estáis luchando contra grandes obstáculos, y que no os dejáis intimidar, y que estáis en defensa, de nuevo, de estos derechos más fundamentales", dijo Harris, dirigiéndose a la mesa redonda. 

Tras la anulación de la histórica sentencia Roe contra Wade, la mansión del gobernador ha servido de bastión, impidiendo y vetando nuevas leyes de los legisladores republicanos para restringir significativamente el derecho al aborto en la mancomunidad. 

La carrera por la gobernación de Pensilvania ha atraído la atención de la Casa Blanca, ya que los dos candidatos representan polos opuestos en la política del aborto. El gobernador elegido podría determinar la aprobación segura de la legislación antiabortista.

Tras la mesa redonda, Harris se dirigió al edificio Samuel Staten Jr. del Consejo del Distrito de los Trabajadores en una aparición sorpresa para hacer campaña por Josh Shapiro, el candidato demócrata a gobernador.