Abogados Latinos: pocos y poco frecuentes
La presencia latina en la profesión del derecho en Filadelfia, se remonta a los años 60, de acuerdo a documentos proporcionados por la Asociación de Abogados Hispanos de Pennsylvania. Aunque la presencia existe, muchos abogados dentro de la profesión enfrentan dificultades que ya existían para sus predecesores, sobretodo en términos de acceder a las redes de trabajo de las que ya se aprovechaban sus compañeros al egresar.
La presencia latina en la profesión del derecho en Filadelfia, se remonta a los años 60, de acuerdo a documentos proporcionados por la Asociación de Abogados Hispanos de Pennsylvania. Aunque la presencia existe, muchos abogados dentro de la profesión enfrentan dificultades que ya existían para sus predecesores, sobretodo en términos de acceder a las redes de trabajo de las que ya se aprovechaban sus compañeros al egresar.
Bien fuere la falta de números o la falta de conexiones, muchos abogados latinos son los únicos representantes de sus firmas. Un estudio en el 2015 hecho por el Colegio de Abogados, demostró que la profesión del derecho es avasallantemente blanca, con un 88% de abogados identificados como blancos y tan sólo un 3.7% se han identificado como Latinos o Hispanos.
El pequeño porcentaje, aunado a los obstáculos naturales y la falta de acceso que muchos de los abogados en el área pueden encontrar, contribuye a que los abogados Latinos todavía se encuentren necesitando de asociaciones como el Colegio de Abogados Latino para reducir las distancias y obtener oportunidades para las cuales cumplen con los requisitos.
Y aunque existe un gran obstáculo en términos de representación y es difícil de sobrellevar, la historia de los abogados Latinos en Filadelfia y las áreas circundantes, está lleno de grandes logros y una gran excelencia.
El Colegio de Abogados Hispanos de Pennsylvania destaca a Juan Silva, como uno de los primeros Latinos admitidos en el Colegio de Pennsylvania en 1965. Ellos cuentan la historia de Silva, a quien posteriormente se sumó Silvio Sanabria, para convertirse ambos en los mentores de los abogados Latinos, uniendo esfuerzos para promover la representación y la voz legal de la comunidad Hispana del área.
Si bien esta necesidad siempre estuvo latente, el Colegio de Abogados Hispano fue creado en los años 70 mientras la comunidad Latina seguía en crecimiento dentro de la ciudad y el propio Colegio de Abogados de Filadelfia reconoció la necesidad de proveer representación a la comunidad hispano parlante.
Desde el honorable Nelson Díaz, el primer abogado puertorriqueño en ser admitido en el Colegio de Pennsylvania, hasta el Honorable Nitza I. Quiñones-Alejandro, el legado de los abogados Latinos en la ciudad es larga e impresionante. Mientras las generaciones más jóvenes siguen los pasos de quienes les precedieron, han logrado descubrir nuevas maneras de reducir las distancias y crear redes de trabajo entre sí mismos y la comunidad. Es a través de la resiliencia y una mirada aguda hacia el pasado, que estas incipientes carreras no hacen sino sobresalir.
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