Un tesoro desconocido de la historia estadounidense
Una exhibición de documentos de 225 años de antigüedad se propone revelar detalles de la historia nacional hasta ahora desconocidos por la mayoría de…
¿Sabía usted que durante el proceso de redacción de la Constitución de Estados Unidos cinco hombres fueron los encargados de poner en un solo texto las ideas que fundamentaban la creación de una nueva nación? ¿Sabe cuántas veces se redactó el texto antes de que se convirtiera en la Constitución de Estados Unidos de América?
¿Conoce cómo fue el proceso y cuánto tiempo pasó desde que se escribió la primera letra hasta la publicación del texto final que le dio vida a una nueva forma de gobierno? ¿Cree que ese proceso estuvo ajeno de conflictos y diferencias?
Estos y otros interrogantes tienen respuestas en un laberinto de bóvedas donde se guardan documentos de más de 225 años de antigüedad, celosamente preservados por la Sociedad Histórica de Pensilvania (HSP, por su sigla en inglés), y que desde el próximo 4 de mayo, en alianza con el National Constitution Center, pondrán ser conocidos por el público de la ciudad en lo que promete ser una de las exhibiciones más interesantes de este 2017.
Bajo el nombre de American Treasures: Documenting the Nation’s Founding, la HSP y el National Constitution Center se proponen develar aspectos desconocidos de la fundación de la nación en el verano de 1787, mediante la primera exhibición en 50 años de los borradores de la Constitución, documentos que —en palabras de Charles Cullen, presidente y CEO de la HSP—, “brindan nuevas luces sobre la manera en que hemos interpretado el proceso en que nuestra Constitución llegó a ser lo que es hoy”.
Y no es para menos. Se trata de una serie de documentos (los primeros cuatro borradores y la primera copia impresa oficial del texto final) que hablan de un proceso de puja entre los diferentes estados confederados que entonces sostenían un arduo debate sobre cómo formar un nuevo gobierno sin poner en riesgo la libertad recientemente adquirida.
Eso se concluye luego de un vistazo al primer intento de constitución escrito a mano alzada, y en una excelente caligrafía, por el abogado y representante de Pensilvania en la Convención Constitucional, James Wilson.
En el primer borrador se lee el encabezado “nosotros, la gente de los estados de New Hampshire, Massachusetts…”, como si la nueva patria fuera aún una especie de sumatoria, estado por estado, de sociedades particulares que se unían entonces aún con desconfianza al Estado naciente.
Para Lee Arnold, director senior de la librería de la HSP, esta diferencia con el texto final representa mucho más de lo que parece. Según el encargado de proteger esta colección, “no es insignificante que hayan pasado de hacer una lista de los 13 estados de la unión a decir “nosotros, el pueblo de Estados Unidos” porque eso significa que tuvieron un cambio de idea: reconocieron la necesidad de dejar de verse como estados independientes y pasar a verse como una unión. Eso es muy significativo, no es solo un cambio cosmético”.
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Otras de las diferencias es el nombre del país. Antes de la Constitución final, la primera idea fue llamarnos Los Pueblos y Estados Unidos de América, eso cambió a partir del segundo borrador. Ideas como las de incluir la forma de pago de los senadores y representantes así como la libertad de expresión, aunque fueron discutidas y consignadas, fueron descartadas en el texto final.
Sobre la importancia de esta exhibición, Cullen asegura que no ha habido nunca una que se enfoque en en el proceso de redactar la Constitución, "ha habido muchas sobre la Constitución, pero nadie ha intentado revelar el proceso como tal de su elaboración”.
Y es que los borradores también arrojan luces sobre cómo se homologaron todas las ideas -y diferencias- de entonces a través del trabajo del Comité de Detalles, el encargado de poner en un solo texto todo lo discutido y acordado en la Convención de Filadelfia.
“Estudiando los borradores de James Wilson se puede evidenciar la importancia del Comité de Detalle (…) Cuando se leen los borradores, casi todos escritos por Wilson, la primera impresión es que quizá fueron sus ideas —no sabemos si las escribió solo o acompañado—, pero, si se toman estos documentos (a los que nadie tuvo acceso hasta casi 1880), si se leen las notas de los debates que siguieron al trabajo del comité, y las notas de las personas que estuvieron en él, se podrá ver los roles que jugaron cada miembro del comité y de dónde salieron las propuestas que terminaron incluidas en la Constitución”, afirma.
Los borradores de la Constitución, aunque no tienen efecto legal, constituyen una especie de brújula que guía al espectador en un viaje 225 años atrás para ser parte de la historia nacional e imaginar las acaloradas discusiones y extensas horas de trabajo preliminares al nacimiento del país.
Tal y como opina Cullen, “se puede leer nuestra constitución hoy y ver lo que hay, pero para entender en realidad lo que significa, sirve mucho ver lo que estos borradores dicen: Los principios, las ideas de separar los poderes, mantener el balance, los intereses de la gente y que el país le pertenece al pueblo… todo eso quedó consignado ahí”.
La exhibición tendrá lugar en el National Constitution Center a partir del próximo 4 de mayo.
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