Op-Ed: Diana Trujillo, una mujer “perseverante” es su lucha contra los estereotipos
La ingeniera latina lleva años inspirando a los jóvenes latinoamericanos a que persigan sus sueños. Ahora su mensaje se ha esparcido por toda la galaxia.
En 2018 se difundió “La Emboscada Colombiana”, una campaña publicitaria desarrollada por una agencia texana por encargo de Bancolombia, El Colombiano y la alcaldía de Medellín para combatir los estereotipos vertidos sobre el país en un sinnúmero de películas de Hollywood, y donde Colombia queda reducida a un lugar de secuestros, narcotráfico y prostitución.
En un inteligente giro del cliché del narco, Dieste, la agencia de publicidad con sede en Dallas, hacía aparecer en el video a un puñado de peligrosos matones que discuten en relación a un maletín. ¿Qué hay en su interior, drogas? Pues no, al final de la trama se resuelve que lo que lleva el maletín son las obras más importantes del escritor García Márquez.
En uno de estos videos, dirigido por el director colombiano Simón Brand, aparece una mujer cuyo nombre resuena con fuerza estos días en la Tierra e incluso en Marte, la ingeniera aeroespacial Diana Trujillo -de hecho, una actriz que interpreta a la científica.
Aquí pueden ver el video protagonizado por la “otra” Trujillo y donde habla de una misión anterior liderada por ella, Curiosity:
La campaña tuvo eco internacional. Tres años después, el pasado 18 de febrero, la misión Perseverance aterrizó en Marte consiguiendo una proeza histórica. O varias…
Porque en el centro de esta nueva misión, que pretende encontrar rastros de vida microbiana de hace miles de millones de años en Marte, estaba Diana Trujillo.
La científica es la líder del equipo de ingenieros que desarrollaron el brazo robótico del Perseverance y también la voz que por primera vez en la historia de la NASA narró en español y para el mundo la llegada del rover al planeta rojo.
“El objetivo era que este momento histórico llegara no solo a los científicos y a los ingenieros que hablan inglés, sino a las abuelas, los abuelos, las mamás, los papás y sobre todo a las niñas y niños de América Latina y España”, dijo la caleña a El País.
Desde entonces, la popularidad de la científica, que lleva años inspirando a jóvenes latinx que sueñan con entrar en la NASA, se ha hecho estratosférica. Llegando a convertirse en trending de Google -las búsquedas de su nombre crecieron más de un 2.000%, e igualmente las palabras “colombianas en la NASA-, y protagonizando titulares en todo el planeta.
Algunos más afortunados que otros…
El diario La Repubblica, uno de los periódicos más conocidos de Italia, saltó a la polémica con un muy desafortunado titular donde se hacía eco de la noticia.
Decía:
“De la Colombia de narcos a Marte: la científica que mueve la sonda”.
Inmediatamente, los lectores e internautas italianos manifestaron su indignación en redes por la forma en que el periodista contribuía a estigmatizar a los colombianos; la Cancillería de Colombia, a través de su consulado en Roma, también se quejó a la dirección de La Reppublica y un grupo de intelectuales se unieron para protestar.
Este lunes el periódico se retractó con el siguiente titular:
“De Colombia a la NASA, la vida marciana de la científica”.
La “marcianada” le salió muy cara al medio, pero ayudó a poner de relieve algo:
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Aún hoy, los estereotipos sobre los colombianos y los latinos en general siguen tan arraigados como aquel día de 2018 en que una Diana Trujillo disfrazada del “cliché” de mujer colombiana sorprendía a un chulo de bar hablándole de brazos robóticos.
La periodista que esto escribe ha tenido que reflexionar mucho acerca de cómo informamos de los grandes avances protagonizados por latinos -y, sobre todo, latinas- en los medios.
Desde que Diana Trujillo saltó a los titulares por sus contribuciones a la investigación espacial con misiones como Curiosity o Mars 2020, su historia vital, la que la condujo a Estados Unidos, ha inspirado a muchos. Pero también se ha tendido a convertir en anecdótica. Una suerte de cuento de la Cenicienta.
“El ‘despegue’ de Diana Trujillo, de limpiar aseos en U.S. a liderar una misión en Marte”.
Este titular lo escribí en agosto de 2020 en relación a la participación de la colombiana en la misión Perseverance.
Nada creativo, tan sólo una repetición del arsenal de titulares de los grandes medios sobre Trujillo: Que llegó a Estados Unidos sin hablar una palabra de inglés y con 300 dólares en el bolsillo, que trabajó limpiando casas para pagarse los estudios...
Pero realmente Diana Trujillo fue la primera migrante latina en formar parte de un programa de la Academia de la NASA.
Una investigadora eminente. Alguien que ha construido junto a su equipo el robot más avanzado de la agencia espacial y que aparecerá muy posiblemente en los libros de historia -si existe tal cosa en el futuro- como una de las personalidades que aportaron al desarrollo de las futuras investigaciones en Marte y quién sabe si también a su colonización.
Para entonces, tal vez que sea mujer, que sea colombiana, que empezase su carrera limpiando baños o que fuese migrante serán cuestiones menores. Tan superadas por un mundo que hoy está en constante cambio como lo estarán las etiquetas y los prejuicios.
En respuesta al titular de La Reppublica, Trujillo contestó como sólo responde alguien que se encuentra ya varios años luz por delante de nuestra dichosa manía de juzgar, nuestro racismo y machismo rampante:
“Colombia debe continuar siendo conocido por el talento que producimos día a día las personas innovadoras, artistas, atletas e incluso, ingenieras espaciales, que ejemplifican la hermosa cultura de nuestro país”.
No hay más verdad que esa.
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