LIVE STREAMING
Mientras que parece que los británicos en masa sigan apoyando a su monarquía, las personas menores de 25 años se encuentran mucho más cercanas a Harry y Meghan de lo que cabría pensar. ¿Por qué? Photo: Metro.
Mientras que parece que los británicos en masa sigan apoyando a su monarquía, las personas menores de 25 años se encuentran mucho más cercanas a Harry y Meghan de lo que cabría pensar. ¿Por qué? Photo: Metro.

La polémica portada de “Charlie Hebdo” que compara a Meghan Markle con George Floyd

El semanario satírico francés pone en el punto de mira el racismo de la Casa Real británica tras la entrevista que el príncipe Harry y su esposa tuvieron con…

MÁS EN ESTA SECCIÓN

Thanksgiving: ¿cómo estuvo?

"Black Friday antiinflación"

Dinosaurio con Huesos Verdes

Origen Carnaval de Pasto

Cultura hispana en el cine

Carnaval 2025

La luna fue volcánica

Uso de los velos en cara

COMPARTA ESTE CONTENIDO:

Una imagen de la Reina Isabel II hincando la rodilla en el cuello de Meghan Markle mientras ella suplica: “Yo tampoco puedo respirar” ha provocado oleadas de indignación en Reino Unido y ha puesto de relieve algo infinitamente más interesante, que la sociedad británica está generacionalmente dividida. Pero, ¿realmente puede considerarse a la esposa del príncipe Harry una figura similar a George Floyd.

Vayamos por partes.

Durante la entrevista concedida por Harry y su esposa, que pasará a los anales de la historia televisiva, ellos explicaron a Oprah que Markle había sufrido racismo por parte de la familia real británica y que incluso tuvieron que hacer frente a comentarios sobre lo oscura que iba a ser la piel de Archie, el hijo de la pareja. 

La opresión vivida en Buckingham obligó al matrimonio a abandonar Inglaterra y emigrar a Estados Unidos, dijeron. Aunque dejaron claro que esos comentarios no los había vertido la Reina ni tampoco su esposo, sí expusieron un racismo sistémico que sigue soterrado pero ruidosamente vivo en Reino Unido.

“No puedo respirar”

Una vez más, el semanario francés “Charlie Hebdo” ha vuelto a hacer lo que se le da mejor, causar indignación defendiendo el derecho a la libertad de expresión y poniendo sobre la mesa cuestiones muy espinosas para provocar debate. 

Aunque se la juegue, y a veces, como en el atentado que sufrieron los miembros de la redacción en 2015 por unas caricaturas de Mahoma, ponga fuertemente en riesgo su vida. 

En su última portada, la revista satirizó las acusaciones de Meghan contra la familia real demostrando que nadie se salva del racismo pero también comparando a la actriz con Floyd, que murió a manos de la policía y que se ha convertido en un símbolo de la lucha contra la violencia racial y por la justicia social en todo el mundo. 

"Esto no empuja los límites, no hace reír a nadie y no desafía el racismo", Halima Begun.

“Repugnante”, dijeron algunos, acusando a la publicación de racismo por hacer una parodia de George Floyd. Otros internautas interpretaron el rodillazo como un gesto de simpatía hacia Markle y una denuncia social.

Halima Begun, directora ejecutiva del grupo de igualdad racial Runnymede Trust, declaró que la caricatura estaba “mal en todos los niveles”.

“¿La reina como el asesino de George Floyd aplastando el cuello de Meghan? ¿Meghan diciendo que no puede respirar? Esto no empuja los límites, no hace reír a nadie y no desafía el racismo. Degrada los problemas y causa ofensas en todos los ámbitos”, afirmó en Twitter.

Incluso el príncipe William y la propia Casa Real tuvieron que salir al paso y declarar abiertamente que “No somos una familia racista” y que se tomaban muy en serio las acusaciones de los duques de Sussex.

Sátira y realidad

Las guerras culturales que se viven en Estados Unidos están empezando a llegar a Europa con fuerza, sacando lo que muchos ocultan bajo los felpudos -incluso los felpudos reales.

Mientras que parece que los británicos en masa sigan apoyando a su monarquía, las personas menores de 25 años se encuentran mucho más cercanas a Harry y Meghan de lo que cabría pensar. 

Sobre todo, porque la realidad de estas generaciones más jóvenes, tanto moral como políticamente, está a años luz de lo que ocurre en la Cámara de los Lores. 

Según una encuesta realizada en el verano de 2020 por la consultora Number Cruncher Politics, un 49% de la población blanca asegura que hay “bastante” racismo en el país y un 14%, “mucho”. Mientras que las minorías étnicas, que conforman el 13% de la población, lo ven aún peor -el 55% consideró que el racismo había permanecido o incluso empeorado con los años.

Otro dato que revela el pulso racista del país es que casi uno de cada cinco británicos cree que “algunas razas o grupos étnicos nacen menos inteligentes”, de acuerdo a la Encuesta Social Europea. 

Si bien Reino Unido no es el país más racista de Europa -algunas encuestas sitúan a República Checa y Portugal a la cabeza y otras, como en el caso del acoso racial, a Finlandia, Luxemburgo e Irlanda-, el supremacismo es una epidemia en todo el continente. 

"En toda la UE, los afrodescendientes se enfrentan a prejuicios y exclusión generalizados y arraigados. La discriminación y el acoso raciales son habituales", asegura la Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea. 

En suma, tal vez Isabel II no hiciera ningún comentario racista sobre Meghan Markle, ni la duquesa puede compararse a George Floyd ni a las vidas de afroamericanos corrientes amenazadas constantemente por la policía. Pero lo que ha conseguido Charlie Hebdo con esa explosiva portada es poner de relieve las fallas del sistema, lo peligroso y absolutamente desigual que es todo.

Un racismo que abona las calles, que sacude a diferentes niveles y al que no pueden sustraerse ni reyes, ni papas, ni nadie en realidad.