Lo que el catálogo Pantone nos enseña sobre la identidad y la raza
¿De qué color es el color ‘carne’?
La poeta Caroline Randall Williams escribió acerca de su historia y genética familiar: “Soy descendiente de mujeres negras que eran sirvientas domésticas y hombres blancos que violaban a sus empleadas”.
La noción de raza e identidad no es algo tan sencillo y estanco como trataron hacernos creer ilustrados del siglo XVIII como el naturalista sueco Carlos Linneo, cuyo afán clasificatorio le llevó a dividir las razas en cuatro y asociar a cada una de ellas no sólo rasgos físicos como el color de piel o el tipo de cabello, sino también de carácter - los ‘afer’ eran negros, con nariz ancha, astutos y perezosos; los ‘asiaticus’, amarillos, melancólicos y vestían largas túnicas; los ‘europaeus’, blancos, musculosos, de cabellos claros, inconstantes y normativos; los ‘americanus’, rojos, de nariz grande, amantes de la libertad y cuerpos pintados.
El mestizaje se encuentra en el ADN del ser humano hasta el punto de que la raza se convierte en un constructo cargado de prejuicios -meras creencias, artificios- y es imposible hablar de pureza, al igual que es imposible negar como bien contaba Randall Williams la suma de opresiones que forman parte de nuestra historia heredada. Algo a lo que también se refiere la gran autora de ciencia ficción Octavia Butler en novelas como ‘Parentesco’, donde el accidental viaje en el tiempo de una mujer afroamericana le lleva a descubrir su árbol genealógico ‘torcido’.
“En las escalas Pantone los colores primarios tienen tanta importancia como los mezclados”, dijo la fotógrafa y artista brasileña Angélica Dass en una TED Talk.
Nacida en una familia grande y mestiza, donde ella misma se reconoce como una parte negra, una parte blanca y también parte nativa -su larga herencia-, Dass jamás entendió en la escuela por qué había un color ‘carne’ cuando los cuerpos y las pieles son tan diversos.
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En 2012 empezó a trabajar con el catálogo Pantone para tratar de reformular un catálogo de colores reales e infinitos más allá de las nociones estancas, coloniales y racistas de ‘blanco’, ‘amarillo’ o ‘negro’. El resultado es ‘Humanae’, un work in progress de más de 4.000 retratos que revelan la infinita tonalidad de las pieles de las personas.
“El inventario cromático se hace de una manera muy sencilla y fácil de repetir, utilizando un fondo blanco y cogiendo un cuadradito de 11x11 píxeles de la nariz que aplico al Pantone”, explicó. “La elección de la nariz es intencional porque es la primera parte que cambia cuando tomamos el sol o estamos resfriados. Ni uno mismo tiene un único color”.
La fuerza del Movimiento Black Lives Matter y la reflexión en torno a la raza y la discriminación asociada a ella, ha vuelto a poner en el mapa este proyecto en curso que crece en las redes de manera orgánica y abierta, como un hermoso e infinito catálogo de diversidad y colores.
El proyecto, que empezó como algo “familiar”, ha tomado, según la fotógrafa, dimensiones “borgianas” y son muchos quienes lo utilizan para hablar de raza e identidad como un ‘fluido’, desde profesores universitarios a familias adoptivas o de acogida, que utilizan el Pantone de “Humanae” como un juego hogareño.
¿De qué color es el color carne? Véalo AQUÍ.
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