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Un santuario OVNI en el malecón de Playa Miramar. Photo: La Vanguardia
Un santuario OVNI en el malecón de Playa Miramar. Photo: La Vanguardia

El Roswell mexicano donde los huracanes no llegan

Ufólogos y amantes de los OVNIS están convencidos de que las regiones costeras de Tamaulipas son protegidas desde hace medio siglo por una base extraterrestre.

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Llega la temporada de huracanes a México cuando el país apenas saca la cabeza azotado por la pandemia del coronavirus. Mientras muchos se preparan para la peor distopía real de los últimos tiempos, en las ciudades de la costa del Golfo algunas personas afirman sentirse protegidas de tormentas tropicales como el Cristina que, anuncian los meteorólogos, llegará a Tamaulipas en forma de chubascos. ¿La razón?

Una base extraterrestre ubicada, según dicen, bajo Playa Miramar, en la localidad de Ciudad Madero y también en Tampico, cuyos dueños intergalácticos llevan más de medio siglo desviando ciclones. 

Así lo asegura un grupo de ufólogos de la Asociación de Investigación Científica sobre OVNIS de Tamaulipas (Aicot), cuyo presidente, Juan Carlos Ramón López Díaz, dijo haber visitado la base alienígena, conocida como Amupac, durante un viaje astral. Aunque son muchos en esta región quienes afirman haber visto platillos volantes e incluso haber sido abducidos por misteriosos guardianes del clima. 

Según López y sus colaboradores, la base de Amupac debió establecerse a mediados o finales de los años 60’, poco después de que el huracán Inez provocase innumerables daños en el Caribe, Bahamas, Florida y también en México, donde 74 personas fallecieron. Pero lo que de verdad protege a esta región no son los hombrecillos en sí, sino la fe de los vecinos, que han convertido las tiendas del malecón de Playa Miramar en un santuario donde puede comprarse todo tipo de figurillas de vidrio y murales en forma de marciano. Incluso tienen su día grande, el Día del Marciano, que se celebra el último martes de octubre, a pesar de que no exista como tal y que, al igual que el marciano verde que presidió la playa en 2013, fuese idea de una televisión local. 

“La mente colectiva está cargada de este concepto, por lo que genera un gran campo de fuerza de repulsión”, dijo el ufólogo a The Guardian. 

También hay quien habla de campos magnéticos y una estructura con barras de diferentes materiales enterrados en el fondo del mar, cerca de la playa, que desvía las tormentas por consejo de "los visitantes". O se limite a aceptar el inexplicable y bendito fenómeno sin echarle demasiada cuenta, como hace el historiador de Tampico Marco Flores, quien declaró al periódico británico: "Si la ciencia no nos da ninguna explicación, la obtendremos por arte de magia", dijo. "La fantasía siempre es más atractiva que la realidad".

Para la investigadora Rosario Romero, que trabaja sobre el clima en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), no hay nada misterioso en que Ciudad Madero sea un enclave libre de huracanes o con tormentas tropicales menos intensas. Lo más probable, aseguró, es que otras condiciones atmosféricas más amplias, como los vientos que predominan en el oeste o los sistemas subtropicales de alta presión, estén conduciendo los huracanes hacia la costa sur de los Estados Unidos.

También advirtió que a pesar de no verse golpeada directamente por ningún huracán desde 1966, Ciudad Madero sí sufrió importantes inundaciones en 2013, producidas por el huracán Ingrid, y que es importante que los vecinos se preparen siempre para los giros inespectados que puedan tomar las tormentas. 

"Ahora contamos con avanzados sistemas de vigilancia y modelos numéricos que nos permiten predecir la intensidad y la trayectoria de una tormenta - pero las trayectorias siguen variando ampliamente en función de esas condiciones atmosféricas más amplias", concluyó Romero. 

Por su parte, el director de Protección Civil de Ciudad Madero, Romel Martínez, que fue entrevistado recientemente por Gabriela Castillo, explicó que este fenómeno en el que los huracanes se desvían en el último momento es conocido como "tampicazo":

“Nos indican en ocasiones que (los huracanes) vienen directamente hacia lo que es Tampico, Altamira y Madero”, señaló Martínez. “Nosotros tomamos todas las precauciones, hacemos nuestro trabajo: boletines informativos y recorridos. Hasta tenemos listos nuestros refugios temporales. No es la primera vez que nos pasa, ya ha sucedido en muchas ocasiones”.

A pesar de que la ciencia intenta imponer sus pronósticos y advertencias, los investigadores de las estrellas y los bañistas de Playa Miramar, que ya no pueden disfrutar de las olas por la alerta de COVID-19, siguen con la vista puesta en el océano y les invade una suerte de agradecimiento a los vigilantes intergalácticos, sobre todo con la que está cayendo.