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Marsha P. Johnson (izquierda) y Sylvia Rivera marchan en la ciudad de Nueva York en 1973. Foto cortesía de Netflix
Marsha P. Johnson (izquierda) y Sylvia Rivera marchan en la ciudad de Nueva York en 1973. Foto cortesía de Netflix.

Sylvia Rivera, activista trans latinx de Stonewall tendrá un monumento en Nueva York

50 años después, la ciudad pide disculpas a las pioneras de la revolución LGBTQ.

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Este 28 de junio se conmemoran 50 años de las revueltas en Stonewall Inn y de la semilla de lo que ahora se celebra como la marcha del Orgullo Gay.

Fue en ese bar del barrio de Greenwich, en Manhattan (NY), que comenzó la primera gran protesta por los derechos civiles de la comunidad LGBT+, luego de que la policía de Nueva York hiciera una de sus acostumbradas redadas en contra de los jóvenes gays.

Esa noche, entre las primeras en las filas de la resistencia contra las fuerzas policiales estuvieron dos activistas trans: la afroamericana Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera, de origen latino.

Dos mujeres comprometidas con causas sociales que experimentaron la pobreza extrema, llegando a vivir en las calles de Nueva York, y sufriendo durante gran parte de sus vidas de violencia, abuso policial y discriminación incluso dentro de la propia comunidad gay que no aceptaba sus raíces étnicas, su color de piel y hasta su forma de vestir.

Ahora, 50 años después de que comenzara la liberación LGBT+ y la lucha por los derechos igualitarios, el estado de Nueva York organizó durante todo el mes de junio el WorldPride, para enaltecer el respeto a la diversidad y conmemorar a todos los que lucharon en Stonewall.

Como parte de la celebración, el estado de Nueva York izó por primera vez en la historia la bandera gay en el capitolio, una acción desafiante si se toma en cuenta que la administración de Trump prohibió que se hiciera lo mismo en las embajadas de Estados Unidos en el mundo.

Y mientras Trump impide que las personas trans sirvan a su país en las Fuerzas Armadas, Nueva York anunció que levantará dos estatuas en honor a Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera.

El monumento estará ubicado en la misma calle del bar, en Christopher Street, y será inaugurado en 2021 con un presupuesto de 750 mil dólares. Será la primera obra de este tipo levantada en honor a activistas trans, según The New York Times.

Latinx y pionera

Desde pequeña Sylvia Rivera siempre tuvo muy claro quién era y qué quería ser cuando creciera. Aunque su vida, al principio, fue un infierno.

Sylvia era hija de un padre puertorriqueño que desapareció poco después de que naciera, y de una madre venezolana que se suicidó cuando ella tenía solo tres años de edad.

Huérfana cuando todavía era una bebé, Sylvia pasó a vivir junto a su hermana en casa de su abuela materna -también venezolana- que despreciaba su feminidad, haciéndoselo saber con repetidas palizas.

El bullying en el colegio comenzó cuando Sylvia decidió maquillarse en cuarto grado y tuvo su punto final en sexto grado, cuando abandonó los estudios formales.

Su adolescencia comenzó como su vida: de forma turbia y trágica. Comenzó a vivir por temporada en diferentes casas, luego en un internado católico, y finalmente en la calle a los 11 años de edad. Allí conseguiría un nuevo nombre, Sylvia, y una nueva familia: las drag queens de Nueva York.

Fue junto a las drag queens (a la propia Sylvia se le consideraba una de ellas) que empezó su activismo a favor de su comunidad, de los marginados, y de los jóvenes LGBT+ que vivían en la calle.

Y aunque hay muchos detractores sobre este hecho histórico, se cree ampliamente que Sylvia fue la primera en arrojar una piedra en contra contra la policía aquella noche de 1969 en Stonewall. De lo que no hay duda es que ella y su mejor amiga Marsha P. Johnson comenzaron un movimiento de liberación de alcance mundial que se mantiene vigente hasta estos días.

El activismo político de Sylvia se mantuvo hasta su muerte en 2002, cuando falleció a los 50 años de edad debido al cáncer de hígado que sufría.

La policía de Nueva York se disculpa​​​​​​​

Este Mes del Orgullo es particularmente especial, no solo por lo expuesto antes en este artículo, sino también porque, por primera vez en la historia, la policía de Nueva York se disculpa con la comunidad LGBT+ por la actuación de sus oficiales en Stonewall hace 50 años atrás. 

El jefe de la Policía de Nueva York, James O'Neill dijo a The New York Times que “lo que ocurrió no debió haber ocurrido. Las acciones de la policía de Nueva York fueron incorrectas, simple y llanamente. Las acciones y las leyes eran discriminatorias y opresivas y, por ello, pido disculpas".

Mejor tarde que nunca.

Y otra muestra más de que no importa cuánto tiempo pase, el amor siempre gana.