Dejemos de hacer del discurso de Oprah un asunto presidencial
Lo que realmente cuenta, lo que realmente importa de su poderoso discurso durante los Golden Globes es que el momento es ahora, se acabó el tiempo y un nuevo…
Tras la primera gala de la industria cinematográfica después de que se desencadenara el Efecto Weinstein, los titulares y los medios hacían eco de que Oprah Winfrey sería presuntamente la próxima candidata presidencial para las elecciones del 2020.
Los rumores se detonaron no sólo por los comentarios del anfitrión del evento, Seth Meyers, durante su monólogo introductorio, sino porque muchos interpretaron la frase acuñada por la presentadora, “se asoma un nuevo día”, como un guiño a sus intereses políticos.
Pero si hacemos de un discurso tan potente como el Oprah un asunto presidencial, entonces todo el movimiento que está detrás perdería el ángulo y, en el peor de los casos, todo su ímpetu.
Winfrey recordó el origen de su carrera gracias al haber visto personajes de color llegar a donde una pobre niña del Milwaukee de 1964 jamás habría pensado poder llegar. Este domingo, casi 60 años después, esa niña no sólo lo logró con una impecable carrera en el entretenimiento y en el activismo, sino que se transformó en la primera mujer de color en recibir el Cecil B DeMille Award por todo lo logrado en su trayectoria.
“He intentado muchas, muchas veces explicar lo que un momento como ese significa para una pequeña joven, una niña mirando desde los asientos baratos mientras mi madre llegaba por la puerta, cansada hasta los huesos de limpiar casas ajenas”, dijo la presentadora, recordando la vez que vio a Sidney Poitier ganar el Oscar a Mejor Actor en 1964.
“Hay algunas niñas viendo como yo me transformo en la primera mujer de color en recibir (el premio)”, continuó.
Winfrey no sólo hizo referencia al momento que vive la prensa, sino el momento que viven todas las industrias a nivel nacional, cuando el terremoto social del movimiento #MeToo se transformó en el #TIMESUP, asegurando que este es el momento en el que todo cambiará para las mujeres y para las víctimas de abuso de poder.
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“Todos en esta sala somos celebrados por las historias que contamos, y este año fuimos nosotros quienes nos transformamos en historia. Pero no es sólo una historia que afecta la industria del entretenimiento”, aseguró Winfrey. “Es una historia que trasciende cualquier cultura, geografía, raza, religión, política o lugar de trabajo”.
La presentadora recordó a Recy Taylor, a Rosa Parks y reconoció en especial la labor y el coraje de tantas personas que decidieron poner fin a una macabra tradición de abuso y humillación de la mano del patriarcado.
“Así que le quiero decir a todas las niñas que están viendo, aquí y ahora, que un día está en el horizonte. Y que cuando ese día finalmente amanezca, será por todas las mujeres magníficas y algunos hombres fantásticos que están luchando con fuerza para asegurarse de que lleguen a ser los líderes que nos lleven a un tiempo en el que nadie tenga que volver a decir ‘yo también’ de nuevo”.
Si bien las decenas de presidentes estadounidenses hubiesen matado por haber pronunciado un discurso con tanta fortaleza, ese no fue el motor detrás de las profundas palabras de Oprah Winfrey.
Esta mujer ha reconocido la lucha de tantas minorías (mujeres, negros e inmigrantes) por lograr el “sueño americano” en un país que hoy por hoy se ve más que nunca amenazado por los odios más enraizados y latentes en nuestra sociedad.
Esta mujer sacó lágrimas de cientos de miles de espectadores no sólo durante sus programas diarios, sino ahora desde un escenario donde se reconoce el valor, la perseverancia y la integridad de los que creen que un mundo mejor es posible, si se decide contar la verdad.
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