El viernes pasado en la provincia de Salta, al noroeste de Argentina, la doctora Miranda Ruiz, de 33 años, fue detenida luego de realizar un aborto a una joven embarazada, a quien, según  acusan, la doctora obligó a realizarlo pese a que ésta se arrepintió. Organizaciones de mujeres se han manifestado en rechazo la decisión judicial, horas más tarde la médica salió libre.

Algunos medios locales informaron que la médica Ruiz trabajaba en el hospital Juan Domingo Perón, de la ciudad de Tartagal, y el pasado 24 de agosto trató a una paciente de 21 años en la interrupción de su embarazo de 22 semanas. Una práctica se encuentra contemplada en la legislación argentina.

La  doctora Ruiz reafirmó que el procedimiento se realizó de manera completamente legal y que su detención no tiene fundamento. El procedimiento se realizó bajo un régimen autoadministrado de pastillas, por lo que la teoría de que obligó  a la paciente se ve descartada. “Que alguien me explique cómo hago yo como médica para obligar a una paciente a tener media hora las pastillas debajo de la lengua y que las trague durante tres horas hasta una expulsión”, dijo a AM750. 

La denuncia hacia la doctora no fue realizada por la paciente, sino presuntamente, por una de las tías de la paciente. Según la propia Ruiz, es posible que  “los familiares fueron utilizados políticamente por un sector de la sociedad que está militando en contra de la ley de aborto”. Gonzalo Ariel Vega, fiscal penal de la Unidad de Graves Atentados contra las Personas de Tartagal, es el encargado de la investigación y quien solicitó la detención de la médica al Juzgado de Garantías 2 de esa ciudad, a cargo del juez Fernando Mariscal Astigueta.

En Argentina, la práctica de interrupción voluntaria del embarazo es legal desde que el Congreso aprobó una ley específica a fines de 2020.