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"Palas por pistolas" en la Bienal de Lyon, 2009. Via Wikipedia. 
"Palas por pistolas" en la Bienal de Lyon, 2009. Via Wikipedia. 

Palas por pistolas: Las armas también tienen una segunda oportunidad

El artista mexicano Pedro Reyes recolecta armas y las transforma en objetos que en vez de destruir, crean. Y hay mucho más que palas...

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Los fallos no existen, dice el artista Pedro Reyes, 47, para quien la noción de equívoco en nuestra cultura moderna es una simple cuestión de perspectiva. Nacido en Mexico, un país donde cada día se reportan un centenar de asesinatos, especialmente en el norte, en ciudades como Juárez o Culiacán, trincheras centrales de la guerra del narco, Reyes cree que todo objeto que siega y destruye vida, tiene una segunda oportunidad. 

Inspirado por un viaje que hizo a las plantas de reciclaje donde los funcionarios del gobierno convierten las armas incautadas en materia prima, creó “Palas por pistolas”, una obra de arte para la que recolectó 15.27 pistolas y fusiles - la mitad automáticos y de uso militar-, entregando a sus propietarios un vale para comprar electrodomésticos y electrónica a cambio de renunciar a ellas.

Luego, él y sus colaboradores las apisonaron y aplastaron durante un acto público y las llevaron a una fundición, donde se obró el proceso alquímicio que acabó transformándolas en palas para plantar árboles, con una leyenda en el mango donde se explica cada una de las historias. 

“Creo que el propósito del arte es encontrar maneras de transformar los instintos más negativos en instintos creativos…”

Más tarde, estas 1.527 palas que podrían servir para plantar 1.527 árboles, fueron enviadas a colegios, museos o galerías como el Instituto de Arte de San Francisco como una invitación a revertir el ciclo de muerte a través de nuestra mirada. 

"Desarme", de Pedro Reyes. Vía NGV.

De los tiroteos a los conciertos

Habituado a viajar por zonas peligrosas de su país y con la firme convicción de que el arte puede reinventar el mundo, o cómo mínimo, mejorar una pequeña parcela, en su último proyecto, “Desarmar”, las armas se convierten en instrumentos musicales que se tocan solos, programados y operados por ordenador. Así que en vez de tiroteos, hay conciertos. 

La materia prima para este proyecto, que el artista definió en una entrevista con Vice como “redención del metal”, son pistolas incautadas por el ejército mexicano a los cárteles:

“Creo que el propósito del arte es encontrar maneras de transformar los instintos más negativos en instintos creativos…”, dijo el artista, quien se sorprendió de que las armas no solo produjeran sonidos ásperos, sino también suaves como una canción de cuna. 

Más rudimentarias, como una pala, o modernas como una guitarra manejada por ordenador, las armas de “creación” de Pedro Reyes son la prueba de que la tecnología no es ni buena ni mala; tanto puede servir para causar destrucción y miseria, como para sembrar vida y ponerla a bailar.