En los países en vía de desarrollo se suele hablar de un fenómeno migratorio que con el tiempo ha debilitado sus economías: la fuga de cerebros. Pues bien, parece que lo que debilita a otros está fortaleciendo a Filadelfia.

Según un artículo de Philly.com, las empresas de la ciudad cada vez están importando más de esos cerebros fugados de otras latitudes. Eso se desprende de las cifras del Departamento de Trabajo que la ubican tercera, después de Nueva York (con 60.000 solicitudes) y Houston (con 30.000), entre las ciudades cuyas empresas solicitan más visas de trabajo para sus empleados extranjeros.

Con poco más de 29.000 solicitudes de visas tipo H-1B radicadas el año pasado, cientos de empresas del sector de la tecnología como Comcats, universidades como Temple y UPenn, escuelas y hasta estudios de yoga buscaron incorporar trabajadores calificados a sus plantas laborales.

Aunque no todas las solicitudes fueron aceptadas, los perfiles profesionales que las empresas de Filadelfia más buscan fuera de Estados Unidos tiene que ver con el sector de las tecnologías, medicina y academia. Desarrolladores de software, técnicos, investigadores , doctores y maestros son  algunos de los perfiles de esos otros inmigrantes en la ciudad. 

El Departamento de Trabajo concede en promedio 80.000 visas de trabajo, una porción pequeña comparada con la fuerza de trabajo al interior del país. Para Philly.com, sin embargo es llamativo que en algunos casos el rango de remuneración ofrecido por las empresas locales a profesionales extranjeros para cargos o posiciones específicas está por encima de los niveles reconocidos incluso oficialmente por el Departamento de Trabajo.

Desde los cargos administrativos con salarios por encima de los 600.000 dólares a instructores de yoga con salarios mayores a los 30.000 anuales, son algunos de los casos reportados por el medio local.