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El español Pablo Isla, presidente de Inditex. Photo: Los40 / El País.
La cantante Rosalía y el presidente de Inditex, Pablo Isla. ¿Son hispanos? Photo: Los40 / El País.

“¿Hispano?” Un artículo del New York Times crea polémica en España

Cuando el diario consideró al presidente de Inditex, Pablo Isla, como “hispano”, la respuesta de los internautas fue mayúscula.

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Un océano y varios husos horarios imponen una distancia que no es sólo física sino también cultural. Mientras que en Estados Unidos, la comunidad latina lleva años reflexionando en torno a la diferencia entre ser “latino” y ser “hispano”, con todas las connotaciones históricas y raciales que ello pueda comportar, en España se ha vivido con sorpresa la clasificación de un de los empresarios más afamados del país como persona “hispana”.

Ocurrió el pasado 9 de septiembre en un reportaje publicado por el diario NYT y titulado “Las caras del poder: un 80% de las personas más influyentes son blancas incluso cuando Estados Unidos se vuelve más diverso”.

En el mismo, se agrupan a 922 personalidades del país por categorías -políticos, empresarios, altos cargos policiales- indicando cuáles son blancos y cuáles no. Entre ellos, aparece citado el presidente de Inditex, Pablo Isla, que es, por así decirlo, el español “más español” que una pueda imaginar -nacido en Madrid y de padres madrileños-, pero el periódico lo sitúa como persona “hispana”, lo que ha causado confusión entre numerosos internautas. 

“¿Por qué, si en España consideraríamos que Isla es blanco, no aparece como tal?”, se pregunta el diario El País en un artículo que trata de dar explicación a la clasificación dada al empresario por el medio norteamericano. 

Para más tarde, revelar a los lectores que el criterio que utilizó el NYT es el mismo que lleva empleándose en U.S. desde 1970, cuando la Oficina para la Gestión y el Presupuesto del Gobierno estadounidense (OMB) incluyó la categoría “hispano” y “no-hispano” para recopilar estadísticas sobre raza y etnia. 

“Hasta entonces, los estadounidenses nacidos en México o en España, por ejemplo, tenían que resignarse a escoger en el censo entre "blanco", "negro" u "otro", aunque estas categorías ignoraran sus orígenes y peculiaridades”, apunta El País. 

Si bien en un principio esta categoría sirvió para representar a aquellas personas de origen latinoamericano que no se consideran negros pero vivían en una situación no-blanca, el término “hispano” adquirió una connotación negativa por su relación con la conquista de América y los activistas prefirieron la denominación “latino”. 

¿Recuerdan la polémica del pasado año en los MTV con la presunta “latinidad” de la cantante española Rosalía? El debate también llegó a España, ya que para los españoles “hispano” y “latino” son palabras sinónimas que se usan para referirse a personas de origen latinoamericano. Sin embargo, en Estados Unidos “hispano” y “latino” se emplean a menudo con los hablantes de español -de ahí que Rosalía sea vista en cierto sentido como “latina”-, pero un latino a la vez es la persona descendiente de latinoamericanos, incluyendo a indígenas y afrolatinos, aunque no hablen español como en el caso de Brasil.

Así que el embrollo está servido y, al parecer, a un lado y otro del océano incluyendo, además, la cuestión de la raza. 

Aunque en los censos, como ocurre en Estados Unidos, se recurra a estas etiquetas por una razón puramente práctica -o porque no se ha sabido hacer mejor-, en la calle, como cuenta a El País el profesor del centro de Estudios de Etnicidad y Raza de la Universidad de Columbia, Ed Morales, es otro cantar.

“Si un español [que se considere blanco] parece más mediterráneo o va con personas latinas de piel oscura, o habla inglés con acento, quizás no lo perciban como blanco, independientemente del color de su piel”, explica. “De la misma manera, un mestizo latinoamericano bien vestido que va con un grupo de blancos hablando un inglés perfecto puede ser considerado blanco”. Morales añade: "Uno puede ser racializado (percibido en términos de raza no blanca) por el mero hecho de hablar español, por lo que hablar esta lengua en espacios públicos puede hacerte sujeto de discriminación racial".

¿Es puramente sorpresa o curiosidad lo que sintieron los internautas españoles al ver catalogado al presidente de Inditex como persona “no blanca” o responde a un atavismo racista? Algo labrado muy dentro, una especie de supremacismo colonial que las etiquetas sacan a relucir? 

La polémica está más que servida.