En el camino de una Filadelfia saludable
La población latina de Filadelfia podría tener los mayores índices de enfermedades cardiovasculares, pero algunos cambios puntuales con el apoyo de iniciativas…
El futuro de Filadelfia no se ve muy positivo en asuntos de salud. De acuerdo con la Evaluación de Salud Comunitaria del 2016 del Departamento de Salud Pública de Filadelfia, la ciudad está a la delantera en los índices de enfermedades crónicas, muy por delante de otras ciudades grandes como Nueva York y Los Ángeles.
Con una prevalencia del 11.5% de diabetes en ciudades grandes (en comparación con el 12.5% de Bronx y el 10.2 de Kings, en Nueva York) y una prevalencia de diabetes del 34.3% en comparación con el 29.2 del Bronx, Filadelfia es la ciudad que más sufre en asuntos de salud.
Pero la causa de preocupación no se queda allí. Los datos demuestran que algunos de los grupos en mayor riesgo de ser afectados por este tipo de enfermedades son los afroamericanos y los Latinos. Destacando con algunas de las cifras más altas, los Latinos se ven afectados por la baja salud cardiovascular de manera desalentadora, con una menor esperanza de vida y problemas adicionales de salud debidos a enfermedades vinculadas.
Tan sólo hace falta echar un ojo a los números: la tasa de mortalidad de filadelfianos con enfermedad prematura del corazón es del 59.6%, un hecho que la Dra. Cheryl Bettigole, directora de la división de prevención de las enfermedades crónicas, ha apoyado en su conferencia sobre la manera en la que esta enfermedad afecta a la comunidad Latina:
“Una de las cosas que tenemos que mencionar es que los latinos vienen de segundos, después de los afroamericanos, en casos de hipertensión y diabetes. Observamos que su tasa de mortalidad una vez diagnosticados es muy alta”, dijo la Dra. Bettigole.
Y tras el aumento constante de las enfermedades prevalecientes en un 38.2% de hipertensión en la ciudad, los latinos representan el 31.7% de ese grupo. Lo mismo sucede con la diabetes. Con un leve descenso desde el 2012, actualmente el 15.4% de los pacientes diabéticos son latinos.
Los factores que pueden conllevar a este problema son vastos y variados pero dos de ellos resaltan son los factores familiares y la manera en la que el estatus familiar puede alterar las vidas diarias de los ciudadanos, procurando más complicaciones de salud.
De acuerdo a la Dra. Bettigole, estos dos factores están más relacionados de lo que se podría pensar: “De hecho están conectados. Tienes más probabilidades de ser obeso si intentas guardar dinero y pides comida rápida. Pero también tienes más probabilidades de desarrollar las enfermedades si vives por debajo de la línea de pobreza y no puedes trabajar por problemas de salud”, dijo la Dra. Bettigole.
Calificándole de círculo vicioso, la Dra. Bettigole continuó resaltando que algunos de los distritos más pobres de la ciudad son también aquellos con la menor esperanza de vida y aquellos quienes se ven frecuentemente afectados por este tipo de enfermedades en altos índices.
Es decir que los más pobres son también los menos saludables.
Pero incluso con estos desoladores números, la Dra. Bettigole tiene esperanza. El hecho es que estas enfermedades, si bien son crónicas y graves – especialmente al combinarse con el ciclo de pobreza – pueden ser prevenidas o controladas de manera que quienes se encuentren en riesgo o afectados por ellas puedan vivir una vida saludable y próspera.
“La genética y la familia juegan un rol muy importante en la probabilidad de contraer estas enfermedades. Sé que puede sonar desalentador, pero hay muchas maneras de contrarrestar o combatir la influencia de la genética en nuestra vida”, dice la Dra. Bettigole.
Una recomendación clave de la doctora es que estas enfermedades tienden a afectar a familias enteras, por lo que sugirió mejorar la salud en conjunto. “Cuando le digo a las mujeres que necesitan perder peso, suelen decirme que es difícil por culpa de la familia. Cuando recomendamos comer saludable, siempre dicen ‘A mi familia no le va a gustar’, entonces frecuentemente se encuentran haciendo dos comidas diferentes al día, una para ellas y otra para su familia”, dijo la doctora.
Pero Bettigole insiste fehacientemente en no hacer esto, volviendo al punto original de que las familias deben estar saludables juntas. “Los niños hacen lo que nosotros hacemos, no lo que decimos”, continúa.
Desde cenas más saludables con vegetales y trigo integral hasta caminar en el parque, Bettigole asegura que los niños son más propensos a desarrollar un hábito si lo ven normalizado en los modelos que presencian.
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Sin embargo, para algunas de las familias con las que Bettigole habla, escoger comida no saludable es una decisión financiera. Escoger comida rápida más barata en vez de el costoso precio de frutas perecibles y vegetales, es frecuentemente una decisión tomada para ayudar a la familia a sobrevivir.
“Pero no tiene por qué ser así. Una de las cosas que suelo sugerir son los vegetales congelados. Suelen costar menos, son más fáciles de preservar y puedes cocinarles de manera fácil”, dice Bettigole.
Por otra parte, la economía no es sólo un factor de comedor. Encontrar lugares seguros para ejercitarse puede ser también un obstáculo frente a una vida más saludable.
Vivir en un distrito de bajos ingresos, puede no facilitar salir a caminar o al parque por la falta de seguridad y espacios verdes, pero recursos como Philly Powered, un directorio en línea que permite ubicar lugares seguros para ejercitarse en la ciudad, existen para hacer las vías de guía.
Lanzado en otoño del 2015, durante la tendencia de aumento en la obesidad, diabetes e hipertensión, el sitio web fue creado para ayudar a aquellos que se encontraran en cualquier barrio de la ciudad y quisieran conseguir algún sitio para ejercitarse.
Otra iniciativa para quienes necesitan un poco de ayuda al cambiar de hábitos es The Food trust. En asociación con Get Healthy Philly, el Food Trust es una colección de mercados de agricultores que aceptan SNAP y estampillas de comida como forma de pago. El camino para una comida más saludable está más al alcance que nunca en diversos puntos de la ciudad.
Aunque las tasas de estas enfermedades siguen en aumento, Bettigole y otros profesionales de la salud están seguros de que una Filadelfia más sana, especialmente para la comunidad latina, es posible, poco a poco, con pequeños esfuerzos y un poco de investigación.
Para más información sobre Philly Powered, visitar PhillyPowered.org (página disponible en inglés y en español).
Para más información sobre Food Trust, visitar TheFoodTrust.org
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